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Devolución de las ayudas fiscales a los astilleros

Otro capítulo hacia el fin de la industria naval

Fuentes: Gara

La industria naval vasca ha perdido mucho fuelle. Se hunde o la hunden. Ocho astilleros han desaparecido y se ha perdido más de la mitad del empleo del sector. La Naval se privatizó en 2006 y apenas tiene 300 trabajadores directos, cuando en sus mejores momentos llegó a 4.000. La privatización ha sido un fracaso. […]

La industria naval vasca ha perdido mucho fuelle. Se hunde o la hunden. Ocho astilleros han desaparecido y se ha perdido más de la mitad del empleo del sector. La Naval se privatizó en 2006 y apenas tiene 300 trabajadores directos, cuando en sus mejores momentos llegó a 4.000. La privatización ha sido un fracaso.

La batalla que se libra en estos momentos en los astilleros sobre la devolución de la financiación ilegal es otro capítulo que encamina a la industria naval a su desaparición. En torno a 17.000 empleos en los astilleros vascos, directos e indirectos, están en juego, y 98.000 en conjunto en el resto del Estado español. La competencia en la construcción naval a nivel mundial está reactivando la aparición de fuertes lobbys que están imponiendo sus preferencias.

En este momento, el desencuentro con la Comisión Europea sobre las ayudas ilegales que recibieron desde 2005 a 2011 los astilleros privados supone que deberán devolver 3.000 millones, de los que 1.000 millones corresponden a los astilleros vascos. El sector naval dice que si pasa eso, «será la muerte definitiva».

En realidad, ese es el objetivo trazado desde hace décadas por los gobiernos del PSOE y PP para eliminar los grandes astilleros públicos, que generaban solo en la Ría del Ibaizabal más de 10.000 puestos directos de trabajo y, al menos, otros 30.000 indirectos, aunque los puestos directos en el conjunto de los astilleros vascos se acercaron a los 15.000 en sus mejores tiempos, al inicio de la década de los 80 del siglo pasado. El PNV miró, en estos casos, hacia otro lado, amparándose en la falta de competencias, y aceptando que esa industria estratégica perdiera ese peso tan importante en Euskal Herria. Apostó por los astilleros privados, con menor capacidad, aunque también son los que tecnológicamente han mejorado más.

Reconversión de los ochenta

El sector de la Construcción Naval en el Estado español inició su reconversión en la década de los 80 del pasado siglo. La excusa fue la creciente internacionalización del mercado de producción de buques, tanto civil como militar, y la necesidad de transformar y modernizar una actividad que constituyó un motor industrial. Sin embargo, dentro de la Unión Europea se ha desarrollado una batalla entre astilleros y, mientras que los del norte han conseguido mantenerse y activar su producción, a los del sur se les impusieron fuertes recortes y la desinversión pública en los mismos. La salida del sector público en el Estado español comenzó en 1984 con la decisión de cierre del astillero Euskalduna hasta 2006, cuando se privatizaron los astilleros públicos. Solo los militares se han quedado en manos del control estatal. Todos esos que se privatizaron en el Estado español, salvo La Naval, ha desaparecido o están ya en un proceso concursal.

En estos momentos, los astilleros vascos dedicados a la construcción de buques son Astilleros Murueta, Astilleros Zamakona, Construcciones navales del Norte (La Naval), astilleros Balenciaga y Bilbao Centro Naval. Hoy, no existen astilleros públicos en la costa vasca, y muchos privados y públicos también han desaparecido como Asua, Celaya, ARN. En la Ría del Ibaizabal desaparecieron cinco astilleros y en Pasaia, otros tres astilleros-talleres. El conjunto de instalaciones privados de la construcción naval en estos momentos da empleo a 6.430 puestos directos, a los que se añaden los 8.300 puestos de trabajo indirectos.

En 1998, Antxon Askorreta, ex presidente del Foro Marítimo Vasco, reconoció que el sector dio empleo directo a 15.000 trabajadores, más del doble que el año pasado. Entre los datos, explicaba que en 1982 había en la costa vasca 42 empresas navieras, que manejaban 168 buques, mientras que en 1998 se redujeron a seis y 32 buques. En este momento, es inferior.

Motores de la industria naval

Los motores principales de la actividad de la gran construcción naval vasca fueron el astillero Euskalduna (fundado en 1900), ubicado en Bilbo, La Naval (1915), de Sestao, y Astilleros Reunidos del Nervión (ARN), que se dedicaban a la construcción de petroleros, cargueros, bacaladeros y de gas. El astillero de Sestao se especializó desde finales de los años noventa del siglo pasado en los gaseros. De sus instalaciones salieron grandes buques para armadores como Jaime Tapias o el noruego Knutsen, que tienen un reconocimiento a nivel mundial.

El astillero de Sestao cuenta con la tecnología y los trabajadores mejor preparados para la construcción de este tipo de buques. Pero la entrada del capital privado y la falta de pedidos le han hecho adelgazar hasta el punto de que apenas tiene 300 trabajadores en plantilla, cuando en sus buenos tiempos logró cerca de 4.000 y «contrataba a otros 12.000 de la industria auxiliar cuando en las gradas de Sestao había tres o cuatro barcos en los muelles construyéndose», según señala un extrabajador de ese centro, que lamenta la situación actual. Porque, admite, por otro lado, que «La Naval puede dar empleo a 2.000 personas, pero hay que traer carga de trabajo».

En Gipuzkoa, la construcción naval estuvo asociada a la renovación de la flota pesquera. Entonces los astilleros más importantes fueron Andonaegi, Luzuriaga y Balenciaga, que se mantiene.

Según los datos del Ministerio español de Industria, Energía y Turismo, en 1975 los astilleros públicos empleaban de forma directa y en plantilla a 36.097 trabajadores y en estos momentos ha quedado reducido a poco más de 505 trabajadores. El sector público se ha concentrado en la industria naval militar, que cuenta con 5.500 trabajadores en el Estado español. Los demás se convirtieron en astilleros privados en 2006. Fueron los de Sestao, Gijón, Sevilla, Manises, que redujeron 3.000 empleos directos. Siete años después de esa decisión de privatizar los astilleros, firmada por CCOO y UGT, porque «ahí estaba su futuro», resulta que solo queda La Naval como astillero privatizado procedente del sector público. Los demás han desaparecido. «Lo que iba a ser una floreciente industria naval y sobre la que se justificó su privatización ha quedado reducida a nada». El conjunto de los astilleros en el Estado español emplean a 39.000 personas, casi los mismos que lo hacían solo entre ocho públicos, antes de estas reconversiones que están llevando a la desaparición de esta industria.

Carga de trabajo

Este periódico ha podido saber que el exconsejero de Industria del Gobierno de Gasteiz, Bernabé Unda, que ha vuelto a su antiguo puesto en la industria naval en Madrid, está liderando un proceso para atraer, a través de Navantia, que es la empresa pública militar de construcción naval, varios gaseros que se construirían por partes y que, si el problema de la devolución de la financiación ilegal no lo impide, atraería trabajo para La Naval.

Porque se está pensando en que los cascos de esos gaseros se construyan en Turquía, otra parte se realice en Puerto Real y Ferrol, mientras que se dejaría la parte tecnológica en el tema de los gaseros para el astillero de Sestao. El problema es el que existe en todos los contratos: para iniciar un proyecto se necesita financiación. Este proyecto depende del Gobierno español, porque Navantia es público.

Dos tercios de los astilleros europeos han desaparecido

La Comisión Europea reconoce que dos tercios de los astilleros han desaparecido y los empleos se han reducido de 460.000 puestos en 1975 a algo más de 100.000 empleos directos en estos momentos, aunque la producción de buques se mantuvo bastante estable hasta los 4,6 millones de toneladas de arqueo bruto hasta 2004, mientras que después fue en aumento hasta los 6,6 millones de Europa. Lejos de los 16,2 millones de toneladas en la cartera de pedidos de Japón, o los 31,1 millones de toneladas de Corea y los 41,5 millones de los chinos.

Por otro lado, la cartera de pedidos en el Estado español suma 59 buques. En Galicia tienen 12 pedidos por 69.389 toneladas de arqueo bruto; en Asturias suman 27 pedidos, 95.983 toneladas. En la CAV hay 16 pedidos, con 128.355 toneladas, otros 3 son para Valencia y 1 para Andalucía.

Fuente: http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130714/413325/es/Otro-capitulo-hacia-fin-industria-naval