Vilma Cecilia Salgado Benavides, secretaria de la junta directiva de la Asociación de Desplazados Asentados en el Municipio de Barrancabermeja (Asodesamuba) fue secuestrada en esa ciudad el 13 de agosto por paramilitares, quienes la sometieron a tortura física y psicológica durante tres días, y finalmente la abandonaron cerca de la carretera que conduce a Puerto […]
Vilma Cecilia Salgado Benavides, secretaria de la junta directiva de la Asociación de Desplazados Asentados en el Municipio de Barrancabermeja (Asodesamuba) fue secuestrada en esa ciudad el 13 de agosto por paramilitares, quienes la sometieron a tortura física y psicológica durante tres días, y finalmente la abandonaron cerca de la carretera que conduce a Puerto Wilches.
La dirigente social se recupera en un centro médico, ya que estuvo privada de alimentos durante su secuestro, en el que también fue sometida a abusos sexuales, golpes y amenazas. Al parecer, su libertad se logró gracias a la intervención oportuna de organizaciones humanitarias y medios de comunicación.
La persecución contra la organización de desplazados no es nueva. Otros integrantes de Asodesamuba han sido asesinados, desaparecidos y desplazados hacia otros lugares del país. El 24 de abril de 2001, los paracos asesinaron al fiscal de la junta directiva, Luis Adolfo Cossio, y el 23 de diciembre de 2002, raptaron a Henry Palomo Robles, vicepresidente de Asodesamuba, a quien liberaron después, gracias a la intervención de la Defensoría del Pueblo y la policía de Barrancabermeja.
Los miembros de Asodesamuba denuncian que siguen siendo objeto de persecución, amenazas y seguimientos por parte de paramilitares de la región, quienes están en proceso de negociación con el gobierno nacional y supuestamente dejaron las armas. Los mismos «desmovilizados» vienen cometiendo ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, desplazamientos, amenazas e imponiendo reglas de comportamiento social, a pesar de que Barrancabermeja es una ciudad absolutamente militarizada.