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Urgente. Mesa de dialogo de los ciudadanos con el gobierno en relación con el Paramilitarismo

Paramilitarismo en el Quindio, ¿cauce o modelo de seguridad nacional?

Fuentes: Rebelión

Esta masa silenciada de los muertos no era temida antes como si de algo inanimado se tratase. Se suponía que en otra parte continuarían viviendo a su manera, de nuevo todos juntos, y en el fondo debía ser una vida semejante a aquella que uno mismo había conocido. Los enemigos que yacían como cadáveres representaban […]

Esta masa silenciada de los muertos no era temida antes como si de algo inanimado se tratase. Se suponía que en otra parte continuarían viviendo a su manera, de nuevo todos juntos, y en el fondo debía ser una vida semejante a aquella que uno mismo había conocido. Los enemigos que yacían como cadáveres representaban así para el observador el caso extremo de una masa retenida. Elías Canetti en Masa y Poder. 

 

Un homenaje sincero a mí amada y bella Doris Q.E.P.D.

El país debería mira a los territorios con sus propias pupilas, el Estado con sus ventanas lo ignora. El paramilitarismo continúa como naturaleza de Estado.

El departamento del Quindío cuenta con 27 mil desplazados, actualmente hacen presencian los paramilitares «Los Urabeños», quienes avanzan escaladamente asesinando selectivamente ciudadanos, constituyendo «masacres agregativas», los cuales, hacen presencia gradualmente en los territorios; constituyéndose como fuerza militar en las localidades de barrios y veredas, donde se han asesinado 36 ciudadanos en lo que lleva ocurrido este año del 2016.1

Bajo este modelo multi-escalar, continúan en el territorio nacional, las amenazas y asesinatos a líderes, ciudadanos e integrantes de las organizaciones sociales bajo una configuración multi-variada de asesinatos selectivos, prevaleciendo el desplazamiento forzado focal de individuos en los territorios2. Esta configuración territorial en los diversos espacios geográficos es preocupante, dado los acuerdos de Paz previstos y lo desarrollado entre el gobierno y las FARC-EP en materia de Paz.

Los Paramilitares y su eje militar no están solos, cuenta con una gran infraestructura multi-escalar en el territorio que permite la continuación de la fascitizacion del Estado. Lo más grave es que no se des-paramilitariza la naturaleza -misma del Estado colombiano y se sigue hablando de un proceso de paz que avanza, donde los organismo internacionales garantes deben poner atención ante este tema. Las intenciones y la voluntad de los movimientos insurgente Farc-EP y el ELN, han generado una postura clara: el paramilitarismo debe acabarse para hablar de Paz, lo demás a mi modo de ver, si no se cumple ello, será un cuento bien contado, pero nada asimilable, mientras los fascios no se acaben….

Los paramilitares en el territorio nacional no están solos, hay un exclusivo acompañamiento militar, político y económico. Hasta ahora, los gremios económicos nacionales que financian el paramilitarismo en los territorios del Valle del Cauca, Córdoba, Antioquia, Atlántico, Meta, Cauca, Nariño, El Quindío, entre otros departamentos no han sido tocados judicialmente. Un verdadero eco-paramilitarismo empresarial. Solo algunos casos y excepcionalmente se puso sobre un plano mediático, la multinacional Chiquita Brand, quien estuvo seriamente comprometida en graves violaciones de derechos humanos, salió sin pena, ni gloria evadiendo la justicia sobre la financiación del paramilitarismo en la zona de Urabá, y la no ejemplarizante multinacional Coca-Cola, ligada en la persecución laboral y personal a líderes e integrantes de sindicatos, los cuales han sido asesinados por más de dos décadas en la más completa impunidad. No hay responsables judicialmente, ni nunca hubo un boicoteo por sus productos en nuestro país.3 Y no hablemos de las empresas nacionales que no han sido investigadas y mucho menos judicializadas por el Estado sobre su responsabilidad local en el financiamiento de los grupos paramilitares. Una total impunidad por parte del Estado. Una degradación total del ser humano y más aún una sordera por parte del Estado colombiano y en parte de una gran sociedad indiferente e indolente, ante la ejecución execrable hacia miles de hombres, mujeres, jóvenes, niños y ancianos pertenecientes a comunidades campesinas, indígenas, afros y mestizos en manos de esta horda de asesinos.

En ese plano yace el modelo neo-liberal y los tentáculos del capitalismo, versados en todo un modelo cuántico de eliminación: el fascismo con su carga.

Los ciudadanos deben convocar al gobierno Nacional para que responda por la presencia territorial de las estructuras del paramilitarismo.

EL paramilitarismo hay que acabarlo para que hay paz en Colombia. Así como el paramilitarismo es una organización con naturaleza del Estado para delinquir y asesinar, la sociedad debe converger con ideas asociativas, con firme reunión de dialogo con el Estado colombiano para que termine el paramilitarismo en el territorio nacional.

Es fundamental que los ciudadanos convoquen a una Mesa de diálogo bajo una Mesa Popular ciudadana (MPCP), para trabajar solo el tema del paramilitarismo en los territorios. Ello merece una atención urgente, es y será una apuesta por la paz. La vida por encima de cualquier interés.

Este tema es de competencia de toda la sociedad civil, no es exclusiva de los movimientos insurgentes resolverla. Saquemos del closet el tema paramilitar, hablemos de él abiertamente y sobre una gran parte de la sociedad civil, la cual, ha pesado la muerte.

Es urgente y necesario la voz de los ciudadanos en el tema paramilitar, si es que se quiere la Paz en Colombia, una ruta en la voz que ha sido negada por posiciones uniseculares por parte del Estado colombiano. Sí, el Estado no des-paramilitariza los territorios no habrá paz. La sociedad civil le apuesta a la paz, como un presente histórico pero, si ello no se cumple irremediablemente la rebelión armada bajo otros contenidos será la opción. Los pueblos pasivamente, no deben dejarse masacrar.

Es necesario que el Estado escuche las voces ciudadanas, sobre quienes pesa el sufrimiento de la muerte de sus familiares, vecinos, amigos y el desarraigo geográfico impuesto sobre sus espacios de vida en: las manzanas barriales, los barrios, ciudades, veredas, resguardos indígenas, consejos comunitarios, donde los paramilitares han perseguido y asesinado a miles de ciudadanos.

El tema del paramilitarismo, hay que des-territorializarlo como eje temático y darle una salida desde las localidades con la población; que día a día se ve vulnerada por las organizaciones armadas. Son ellos los que deben hablar, bajo reuniones locales, para empezar a dar una ruta de trabajo gradual sobre este tema: local, regional y nacional con veeduría internacional. No basta denunciar, existen miles de folios, denuncias e investigaciones nacionales e internacionales; la pregunta-¿Cómo acabar el paramilitarismo? ¿En manos de quién está la responsabilidad? El Estado tiene una responsabilidad y el gobierno de Juan Manuel Santos debe acabarlo si quiere paz en los territorios. La paz no es unilateral, ni los ciudadanos deben colocar sus vidas para consolidar el control hegemónico de una clase política o de los gremios económicos en la apuesta por la Paz.

Estas voces civiles, son determinantes para la Paz. Es la voz de los ciudadanos reclamando el derecho hacer escuchados, no como forma endógena, sino que se haga parte de una voz que imprime nuevas subjetividades, identidades de participación civil e inserción social, exógena y articulada en la mesa por el esclarecimiento y la responsabilidad en el tema paramilitar en el territorio nacional.

Una población que no ha estado en una senda militarista, pero que ignominiosamente fue asesinada en sus territorios y aún se continúa asesinando a integrantes de una población: campesina, indígena, afros e integrantes de varios sectores populares en el territorio urbano y rural, tiene su derecho alzar su voz ciudadana y ser escuchados de manera incluyente en la ruta, sobre los cordones de poder contra-popular que afianzan los grupos paramilitares en todo el territorio. El Estado debe escuchar estas voces, sino la Paz será un fracaso y la responsabilidad de una fallida Paz no será de los movimientos insurgentes, sino del Estado mismo.

Esta Mesa Popular Ciudadana P, interlocutora, civil , incluyente no solo de los movimientos sociales, sino también de esa población afectada en los barrios y las zonas rurales por el paramilitarismo, debe servir como ruta metodológica, en lo acordado con las FARC-EP en la mesa de la Habana y el posible acuerdo con el ELN, en materia de Paz, el cual debe dar luces al tema del paramilitarismo estatal, que bajo un modelo neoliberal el gobierno del presidente Juan Manuel Santos continúa sin resolver la permanencia paramilitar en los territorios y que se establecen sin compasión, arremetiendo contra todo los integrantes del movimiento social y las diversas comunidades en el territorio nacional.

Es urgente y necesario hablar del tema multi-escalar del paramilitarismo en los territorios, en concordancia con las reflexiones de los movimientos insurgentes que ha significado estos, sobre la presencia paramilitar en los territorios, y los grupos sociales que han avanzado en el tema. Identificar tres tipos de líneas de trabajo para una Mesa Popular Ciudadana (MPCP) en relación con el paramilitarismo:

  1. Las relaciones y determinaciones que se ejercen en la infra-estructura geo-económica de los espacios sociales urbanos. Un avance de interlocución con las localidades urbanas municipales: lo municipios y las voces civiles ante los territorios donde el paramilitarismo se ha radicalizando cada día en los barrios, donde no son fronteras invisibles, sino espacios geográficos urbanos de guerra visibles. Este punto implica, la generación de interlocución no solo lo estipulado en la mesa de víctimas, ni bajo la exclusión de una veeduría, sino por la instancia trazar por prioridad dado los alcances de violencia en los territorios y de manera urgente una agenda especial de participación que bajo una Mesa Popular Ciudadana-Contra el Paramilitarismo (MPCP), complemento a lo acordado en la Habana con las FARC-EP y con lo expuesto por el movimiento insurgente del ELN en el tema del paramilitarismo. El tema de la estructura estatal e incidencia territorial paramilitar por parte de una ciudadanía afectada. Esto implica de un lado, desestructurar la presencia de la financiación geo-económica multi-escalar urbana: las pequeñas localidades urbanas deben intervenir temáticamente al interior de cada municipalidad en la estructura del paramilitarismo estatal, sobre el gran contra-poder que el Estado ha generado en los territorios. En este sentido, los sistemas económicos que intervienen de manera directa en la composición socio-espacial de la comunidad vulnerada y en segundo lugar, la identificación geo-militar, en el cual, se ejerce un agenciamiento de guerra militar represor y eliminador de ciudadanos hacia las localidades, los barrios, el cual ha implicado una ofensiva dirigida y localizada en las comunas de los municipios.

  1. La Des-territorializacion Paramilitar: Es la reflexión geográfica sobre la polarización territorial y la continuación de agentes paramilitares en territorios rurales, implica un diálogo sobre la tensión que impera sobre los espacios geográficos vividos por las comunidades: territorios indígenas, consejos comunitarios y comunidades urbanas, (LGTB, cabildos indígenas urbanos, líderes, desplazados, y ciudadanos).

Es la acción que debe ejercer los ciudadanos sobre el tema paramilitar y la responsabilidad del Estado en desestructurar geográficamente la incursión armada -paramilitar. En este contexto, son las vías a generar no solo garantías territoriales como la libre circulación, el derecho a la vida, la ejecución de proyectos como una acción por la vida, el derecho individual y colectivo, sino acciones locales territoriales para el esclarecimiento y la garantía a la comunidad sobre la des-territorializaciòn en la paramilitarización de los diversos espacios geográficos de vida. Esto implica generar acciones sobre las localidades, sujetas y vulnerables al paramilitarismo. Los ciudadanos en un trazo de histórico, deben participar en ejes temáticos bajo una ruta gradual sobre los componentes de cada territorio en: las implicaciones y presencia del paramilitarismo en los resguardos indígenas, comunas, cabildos urbanos, consejos comunitarios, sectores populares, ciudadanos, para generar acciones de derechos y legitimidad territorial ciudadana.

Esta ruta implica, identificar la presencia armada de grupos paramilitares, los ejes de financiación, el agenciamiento estatal por parte de sectores militares y de la policía, como ejes de represión territorial en las zonas rurales y urbanas. La comunidad sabe quiénes hacen a diario la guerra de Estado., ahora no es allanarse de tanto experto, los ciudadanos de a pie, tienen identificado las acciones de los organismos represores y eliminadores. El Estado desde los municipios más vulnerados sobre la presencia paramilitar, debe con urgencia atender formas de inserción y atención en el tema de la paz a los ciudadanos y no proteger a grupos armados de paramilitares. Hay que esclarecer y eliminar las fuerzas paramilitares en los territorios, si se desea la paz. El Estado debe colocar atención a las voces ciudadanas, que salen como tensión hacia una nueva subjetividad de paz.

  1. El tema de garantías de participación política y social de la comunidad, implica una reflexión local desde los municipios, no solo de los líderes de los movimientos sociales, quienes representan las mesas de los movimientos sociales, sino los ciudadanos del común, de pie, que están siendo afectados, en su cotidianidad, en su diario vivir, expuestos por el fenómeno paramilitar tanto de las comunas urbanas y de localidades rurales. Es la voz de la comunidad, en relación con los organismos del estado, la insurgencia por la paz, los movimientos sociales de la población indígena, afro, LGTB, campesinos, ciudadanos del común los cuales, en esta ruta de diálogo, debe insertarse hacia mesa locales de participación ciudadana contra el paramilitarismo, pues son ellos los que se ven enfrentados día a día por el fenómeno paramilitar.

 

¡La triste victoria de la animalidad doméstica por la Fuerza!….

Anticiparse a la derrota, es el triste recurso de los pueblos que no merecen ni el honor de ser vencidos.

Luchar o abdicar.

Vencer o perecer.

Unirnos o morirnos.

La unión o la desaparición.;

he ahí el inexorable dilema ;

es necesario escoger;

escojamos…..

José María Vargas Vila- Los Bárbaros. (Escritor colombiano)

Notas

 

1 Ver sobre esto último la crónica del Quindío : http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-35_homicidios_en_el_quindo_durante_el_primer_mes_de_2016-seccion-la_judicial-nota-95721.htm

2 40 personas desplazadas en Armenia en este año. Conversación con un líder.

3 Un dato curioso, hace 15 años ante la arremetida de las masacres en Urabá, una cadena de restaurantes en Miami decidieron no incluir en su menú el banano, declarándose en contra de las masacres. (Versión de un gran amigo John Edison Rivera Q.E.P.D.). En Colombia el circuito de consumo de los mercados nacionales, se hicieron los sordos, pusieron a consumir banano al resto de los colombianos, con la sangre de cientos de hombres asesinados. Un eco-paramilitarismo.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.