¡Una vez más y más! Nos persigue el paramilitarismo, bajo los viejos sables que rondan y caminan…. El ministro de defensa de Colombia Juan Carlos Pinzón– dotado de un rostro adusto, soberbio, confiando siempre en sus gestos precisos, sin asomo de gracia, permea su figura pública de corte militar e inconmutables gestos, junto a sus […]
¡Una vez más y más! Nos persigue el paramilitarismo, bajo los viejos sables que rondan y caminan….
El ministro de defensa de Colombia Juan Carlos Pinzón– dotado de un rostro adusto, soberbio, confiando siempre en sus gestos precisos, sin asomo de gracia, permea su figura pública de corte militar e inconmutables gestos, junto a sus Fuerzas Militares. Así, siempre se exhibe. Siempre, delante de sus fuerzas militares y bajo la seña de su presidente Juan Manuel Santos, hacia un público que lo puede alcanzar con sus ojos…
Este ministro y sus fuerzas militares, salen, se recogen, se atisban como los grandes nenúfares – flor blanca de fruto capsular que se extiende como un rizoma, vierte un candoroso olor, pero para vivir se alimenta de livianas y profundas aguas podridas. Así, como los nenúfares que viven bajo materiales acumulados, bajo fondos de charcas y pantanos livianos…Así es el ministro Juan Carlos Pinzón y sus fuerzas militares.
Vivo organismo que alimentan su corroída institucionalidad, creciendo bajo aguas de corrupción, trazos de conspiración, mentiras y engaños para el pueblo colombiano y las miles de víctimas por las ejecuciones realizadas, bajo el circuito delincuencial de sus fuerzas militares. Todo bajo la institucionalidad actual del señor presidente Juan Manuel Santos.
En este atisbo- señor presidente Juan Manuel Santos, cabe más que recordarle, como están de comprometidos sus militares en el consabido rizoma de muerte [1] , por los miles de desaparecidos en Colombia. Sin temor la sociedad colombiana le exige:
Que no le ofrezca más privilegios a sus militares, implicados en el gran circuito de la muerte de jóvenes, bajo crímenes de ejecuciones extrajudiciales, con cuentas que no son tan pequeñas,-señor presidente hay un limbo de más de 5000 jóvenes desaparecidos.
Es claro para el pueblo que sus militares no deben seguir recluidos con beneficios procesales, ni privilegios- Se sabe el grado de corrupción que se perpetra desde la emisión de leyes y decretos que los privilegian. La sociedad, las madres de Soacha, otras madres y familiares de los desaparecidos, le recuerda por si, no lo sabe- las fuerzas militares no trabajan solitos, hay implicación de agentes civiles al servicio del estado y eso hace parte del tramado rizomatico de la muerte, convirtiéndose en toda una institucionalidad paramilitar.
Así se ciñen señor presidente amenazas y corrupción mire como usted justificó la expulsión floja del general Leonardo Barrero, un deslenguado que pide que el coronel (r) Robinson Gonzales del Río establezca «una mafia contra los fiscales» por la investigación del asesinato de dos campesinos en Caldas en el 2007. Esto es solo, es un ejemplo- para que se entere, por si no está enterado como aumenta el rizoma – el pueblo no es tonto, la tardanza en las investigaciones de crímenes realizados por militares, los beneficios bajo guarniciones militares, las desviaciones de fondos y los negocios bajo contratos millonarios que no sueltan los militares , ni aun estando privados de su libertad…Para colmo – la falta de celeridad del fiscal general Eduardo Montealegre para investigar los miles de crímenes que reposan en folios y expedientes por acusaciones de los militares implicados y agentes civiles al servicio del Estado colombiano.
Este rizoma de la muerte, señor Presidente, es todo un circuito militar: no solo la instrumentalización de desaparecer a miles de jóvenes, sino que responde a toda una estructura rizomatica paramilitar, que sin duda- crece y se expande lentamente como los nenúfares. Ello no es un cuento literario, es una verdad de frente, donde las madres y familiares han tenido que recurrir con toda una vida familiar, exigiendo, privándose de muchos roles, arriesgando sus vidas, y hasta las vidas de sus propias familias, para que no lleguen los tentáculos de ese rizoma paramilitar institucionalizado.
Cabe recordarle al señor presidente Juan Manuel Santos – usted que tanto anhela pasar a la historia con su cuentico de la Paz- tómese en serio el dialogo de paz que ofrece la insurgencia y el clamor de Paz de toda una sociedad civil.
Es imperativo que el ministro Juan Carlos Pinzón sea destituido, pero más allá de la destitución de este funcionario de su gobierno, destape y desactive toda la estructura rizomatica paramilitar. – Sí, de verdad usted cree en la paz y no en la guerra, clarifíquele al país como se adentran esas aguas profundas y podridas, que recordando al nenúfar- en este caso, sus instituciones alimentan la muerte y el genocidio en Colombia.
Así, con admiración a las madres de Soacha y a otras madres que buscan a sus familiares, víctimas del paramilitarismo institucional, me uno al estribillo: ¡Por la justicia y contra la impunidad, ni un paso atrás!
NOTAS:
1] Para hacerlo simple, recurro al término biológico «rizoma»: tallo subterráneo de ciertas plantas, generalmente horizontal, donde se almacenan las sustancias de reserva. Queda explícito al lector.
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