Al cumplirse 16 años del triunfo de la opción No en el plebiscito que derrotó al ex dictador Augusto Pinochet en 1988, el gobierno de Ricardo Lagos enfrenta paros nacionales, protestas y miles de cesantes, producto de las políticas neoliberales aplicadas por los tres gobiernos concertacionistas.«El plebiscito lo ganó el pueblo, lo ganaron los trabajadores, […]
Al cumplirse 16 años del triunfo de la opción No en el plebiscito que derrotó al ex dictador Augusto Pinochet en 1988, el gobierno de Ricardo Lagos enfrenta paros nacionales, protestas y miles de cesantes, producto de las políticas neoliberales aplicadas por los tres gobiernos concertacionistas.
«El plebiscito lo ganó el pueblo, lo ganaron los trabajadores, los jóvenes y por tanto, que nadie más se lo atribuya y celebre. Nosotros lo vamos a conmemorar de una manera distinta, eso es todo. Otras veces hemos participado en actividades para recordar esa fecha histórica, pero esta vez los trabajadores lo van a celebrar luchando»,dijo Raúl de la Puente presidente de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF).
Las palabras de la Puente, debelan una mirada que sostienen elementos muy objetivos. Desgraciadamente la coalición de gobierno de la Concertación no cumplió con su compromiso programático y de esa forma traicionó sus propias promesas al pueblo de Chile que la apoyó mayoritariamente en las urnas.
Entre los temas más emblemáticos que levantó la Concertación a fines de los 80 y que no ha cumplido hasta hoy están: revisar y anular las privatizaciones, dar una nueva Constitución y terminar con el sistema binominal, verdad, justicia y castigo a los responsables de violaciones a los derechos humanos, recuperar y devolver el 10, 6 por ciento a los jubilados y pensionados que le había robado la dictadura.
Para el dirigente comunista, Lautaro Carmona, al cumplirse 16 años del triunfo del NO en 1988, los gobiernos «democráticos de los presidentes Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, en los hechos no sólo han mantenido el sistema neoliberal que fue impuesto a sangre y fuego por la dictadura, no sólo lo ha administrado, lo ha profundizado, lo ha desarrollado logrando hacer de Chile el modelo neoliberal para el mundo».
Durante estos últimos 14 años, desde que asumiera Aylwin, la primera magistratura de la nación, los que se han beneficiado no son los trabajadores, sino por el contrario, explicó Carmona, es el gran capital transnacional.
Paros y protestas
Los 65 mil funcionarios fiscales se agrupan en la ANEF, comenzaron hoy un paro nacional, para exigir una reparación al daño que les significó traspasar en 1980 sus ahorros a las AFP, lo que les reduce la jubilación al 30 por ciento del sueldo actual.
Pero además, otro aspecto muy relevante que han denunciado los dirigentes sindicales chilenos es la precarización del trabajo y la desocupación que aumentó a un 10 por ciento.
Según Carmona, el aspecto más importante de las políticas neoliberales impuestas por los gobiernos de la concertación está la flexibilidad laboral.
«El trabajo está en la disputa de lo que las transnacionales han llamado las ventajas comparativas para resolver sus inversiones», explicó el militante comunista.
La flexibilidad laboral elimina la previsión, la salud, las jornadas laborales de ocho horas, el domingo como día de descanso, que en definitiva son las grandes demandas que levantaron y conquistaron los trabajadores a principios del siglo pasado.
Carmona explicó, que el problema que la desocupación y la flexibilidad laboral, es una causa estructural, el modelo concibe en sí mismo con nivel altísimo de desempleo y precario de trabajo.
En este contexto la dirigente metropolitana de la Dirección del Trabajo, Náyade Zúñiga, señaló que están en paro nacional desde fines de septiembre porque «el gobierno representada por la directora Maria Ester Feres, no quiere reconocer la ley de planta, es decir que la mitad de los funcionarios estamos solo a contrata o entregamos boletas de honorarios y en cualquier momento podemos ser despedidos».
La dirigente explicó que la preocupación de los trabajadores de servicio público, es que se repita la ola de despidos que ya se produjeron en el misterio de Obras Públicas, donde más de 100 funcionarios fueron cesados.
Otro aspecto que denunció Zúñiga, es el objetivo de la repartición, «la función nuestra es fiscalizar que los derechos de los trabajadores sean respetados por los empleadores y hoy no contamos con más profesionales», pero lo más importante, señaló la dirigenta, «es que no hay voluntad política por parte del gobierno de fiscalizar a los empresarios. Todos los días los trabajadores copan nuestras oficinas para denunciar los atropellos de los empleadores y la ley no nos permite hacer más en defensa de sus derechos.
Los temores de los trabajadores chilenos fueron ratificados por Carmona, al señalar que el propio estado chileno, hace rotar a los trabajadores, logrando con ello un empleo precario en donde los trabajadores laboran con un sueldo que es la mitad del mínimo legal y por solo tres meses.
«Hoy se está implementado un precario empleo, a las remuneraciones, a la actividad productiva, a la falta de previsión en salud y jubilación. Esto es el timbre de agua a una política de estado que ha sumido un modelo neoliberal de desarrollo por opción propia sobre al base de perjudicar a la inmensa mayoría de los chilenos», espetó Carmona.
Otro aspecto no menor es que los trabajadores no tan solo están luchando por reivindicaciones saláriales, el presidente del Confederación de Trabajadores de la Salud, (Confenats), Jorge Araya, informó que el próximo 19 realizaran un Paro Nacional en contra de la privatización de los centros de salud Pública y la suspensión del pago de horas extraordinarias.
El alto dirigente de los trabajadores de salud acusó al gobierno que la aprobación del Plan Auge (Atención Universal de Garantías Explicitas) sin el Fondo Solidario «significa la instalación de una reforma a la salud neoliberal y es uno de los proyectos que termina con un sector que siempre fue mirado como un sector sensible, desde el punto de vista de la atención a la población más pobre, hoy día pasa a convertirse en un medio donde los negocios van a jugar con el clima de los intereses o los derechos de los más débiles».
El líder gremial, además explicó que con este tipo de reforma resulta «a la medida del modelo y no a la medida de las necesidades de la gente por lo tanto nosotros sabemos que la implementación del proyecto va ha encontrar oposición de parte de los trabajadores de la salud, porque nosotros vamos a denunciar todas las contradicciones del Auge y del proyecto de Autoridad Sanitaria en la aplicación y discriminación que se ejercerá con la población».
Cesantía una carga que rompe el bolso de la mentira
A fines del mes de septiembre el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) anunció que en el trimestre junio-agosto la cesantía llegó al 9.9 por ciento, es decir más de 600 mil chilenos que no tienen trabajo.
Estas cifras son consecuentes con las tendencias alcistas durante el año 2004, que van desde un 8.1 por ciento al 9.4, 9.6, 9.7 y 9.9.
Para el Secretario General del Partido Comunista, Guillermo Teillier, estas cifras son más que la crisis de credibilidad en que ha caído la Concertación, «que ha venido manifestando hace tiempo en el crecimiento económico, la macroeconomía, los tratados de libre comercio y toda una serie de planes que iban a solucionar los problemas económicos de la gente, pero no ha sido así».
En esa misma fecha un grupo de académicos chilenos estableció en un estudio del INE que entre 1992 y el 2002 la distribución del ingreso sigue siendo muy desigual entre los nacionales.
El texto denominado «Cómo le ha cambiado la vida a los chilenos» los profesionales señalan que «la distribución del ingreso es y sigue siendo muy desigual en Chile. La diferencia del ingreso entre el quintil (rango de ingreso) más rico y el quintil más pobre es del orden de 14 a 1, una de las distribuciones más desiguales de América Latina, así como del mundo , siendo esta el doble de la prevaleciente en los países desarrollados».
Estas cifras aunque reflejan una realidad, para el sociólogo del Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz, Daniel Núñez, la medición del INE no es rigurosa, ya que hay más cesantes de lo que indica sus estudios.
«En primer lugar la encuesta oficial no mide a las personas han trabajado por mas de tres horas a la semana, porque para el INE, significa que tiene empleo», apuntó Núñez, y la otra es que «INE considera que aquella persona que estando desempleada, no buscó trabajo en el último mes, pasa ha ser inactivo y no es contado como cesante».
«La realidad es que entre los inactivos hay por lo menos un 30 por ciento de chilenos que se aburrieron de buscar trabajo, porque en realidad no encuentran, y no son contados como cesantes», explicó el investigador.
Las medidas de Lagos
Ante esta realidad y las presiones de todos los sectores sociales y políticos el presidente chileno, Ricardo Lagos, tomo medidas destinadas a disminuir el desempleo y para ello anunció que para el próximo año 180 mil nuevo trabajos entregados por el estado.
Estas medidas fueron catalogadas como electoralistas, y que no solucionan el problema de fondo de la cesantía en el país.
Otro aspecto fue el cambio de gabinete realizado por Lagos, un después del anunció del INE decide sacar del gobierno a la Ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, y la Ministra de Defensa, Michelle Bachelet, quienes son dos de las principales candidatas a la presidencia del país.
Según algunos analistas políticos, entienden la decisión presidencial, como una medida de urgencia para desviar la atención sobre los altos índices de desempleo que hay en el país, como a su vez, poder revertir la baja electoral que tendrá la coalición de gobierno en las elecciones municipales del próximo 31 de octubre.