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Paz express + pax romana

Fuentes: Rebelión

La oligarquía dominante colombiana quiere la paz de los sepulcros, del exterminio y la derrota de la insurgencia campesina revolucionaria que por más de 50 años ha realizado una lucha épica por la democracia y el socialismo. Pretenden la paz neoliberal que niegue de plano los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los ciudadanos. […]

La oligarquía dominante colombiana quiere la paz de los sepulcros, del exterminio y la derrota de la insurgencia campesina revolucionaria que por más de 50 años ha realizado una lucha épica por la democracia y el socialismo.
Pretenden la paz neoliberal que niegue de plano los derechos políticos, sociales, económicos y culturales de los ciudadanos.

Es una paz conservadora, funcional al régimen liberal representativo de partidos empresas y clientelares que se alimentan en la corrupción, las altas pensiones, los privilegios burocráticos, las cuotas en las regalías, la asociación con los paramilitares y el despojo de los patrimonios y bienes públicos.

Paz del mercado y el individualismo a ultranza que profundiza la la pobreza, la miseria y exclusión de millones de colombianos.

Es la paz del Banco Mundial, de las transnacionales, del PNUD y de las ONG rentísticas que han acompañado durante los últimos años la imposición del neoliberalismo mediante «n» reformas del Estado para descargarlo de sus responsabilidades sociales con la educación, la salud, el empleo, la tierra, los desplazados, las víctimas de la violencia, la violación sistemática de los derechos humanos, las pensiones, los niños, los indígenas y la participación popular; y reformas a la sociedad civil (entendida como campo hegeliano del conflicto de los particularismos) para colocarla en manos de ONGs (como ciertas de derechos humanos y víctimas) de empresarios que acumulan enormes riquezas con sus teorias filantropicas, y socavar las auténticas organizaciones populares, sindicales, revolucionarias y comunales que expresan la voluntad y la potencia de los explotados en su lucha contra el sistema feudal capitalista prevaleciente.

El señor Santos pretende una «paz express», a velocidad de crucero. Amenaza con plazos y fechas porque su objetivo es el del fin del conflicto a como de lugar. Ha convertido el derecho a la paz de todos los colombianos en rehén de sus planes electoreros de reelección, que por lo visto cada día se hunden más, y de sus pretensiones para ser el próximo Secretario General de Naciones Unidas, que, obviamente, no tiene sustento dada su enorme responsabilidad penal en los «falsos positivos» que cegaron la vida de miles de jóvenes por parte de soldados y oficiales que cumplían las ordenes impartidas desde el Ministerio de Defensa. Eso ante el mundo no se puede esconder como lo han hecho hasta el momento acá con el fuero militar aprobado para la impunidad.

La «paz express» es la de los afanes de la oligarquía. No es la paz de los pueblos que implica la justicia social para los pobres.

La paz del señor Santos es, desde luego, la «pax romana». La paz de los sepulcros, de los vencidos y del exterminio que hacen los militares financiados por el imperialismo norteamericano. Bajo la lógica de la pax romana se considera que primero que hay que derrotar al adversario para sentarlo a la Mesa a pedir su capitulación y su entrega a cambio de nada. Es el «modelo» de negociación convertido en la política oficial del Estado y del actual gobierno, que ha fracasado y fracasará ya que no resuelve las causas que originaron el conflicto social y armado y las organizaciones revolucionarias que lo expresan cabalmente.

Es la «pax romana» que impide el cese al fuego y de hostilidades bilateral porque Santos y su cúpula militarista hace cálculos bélicos errados con sus drones y asaltos aéreos. Quiere fortalecerse militarmente canalizando gigantescas partidas presupuestales para la maquina armada estatal y sus innumerables planes de muerte, que incluyen la reactivación de los grupos paramilitares en Bogota, Cundinamarca, Putumayo, el Catatumbo, Caquetá y Urabá.
 
Decir que un cese al fuego bilateral se dará en un supuesto final del conflicto es desconocer el texto del Acuerdo especial de La Habana, que dispone que un segundo punto de conversaciones, después del tema agrario, será acordado por los plenipotenciarios. Y bien puede ser que ese punto sea el tercero en la Agenda temática donde está previsto tratar el Cese bilateral de hostilidades, que puede implementarse inmediatamente para darle bases ciertas a las conversaciones. Cortando así las consabidas trampas de Santos, que quiere colocar contra la pared la delegación de la resistencia revolucionaria en Cuba.

Paz express + pax romana debe ser derrotada con la movilización popular y con grandes acciones como las previstas para la fecha histórica del 9 de abril en la plaza de Bolívar de Bogota que reunirá cientos de campesinos y trabajadores como en abril del 2012.

La paz del pueblo es la de la justicia social, la de la democracia popular y la del Socialismo. Lo demás son engaños politiqueros de los mismos de siempre.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.