Ha concluido una primera fase del trabajo de la Mesa de conversaciones de paz en La Habana. Las partes han hecho informes positivos, que deben impactar el ambiente enrarecido por la inusitada depresión cívica, estimulada por la retícula mediática y sus encuestas, y por el «asunto San Andrés», que el caudillo patriotero utiliza para pescar […]
Ha concluido una primera fase del trabajo de la Mesa de conversaciones de paz en La Habana. Las partes han hecho informes positivos, que deben impactar el ambiente enrarecido por la inusitada depresión cívica, estimulada por la retícula mediática y sus encuestas, y por el «asunto San Andrés», que el caudillo patriotero utiliza para pescar en río revuelto. Serenidad, dijo el paisa. Esto apenas da sus pasos iniciales.
Los primeros días se han ocupado del tema agrario y la participación social en los diálogos. Los asuntos del agro avanzados en la Mesa se ampliarán en un Foro programado para los días 17, 18 y 19 de diciembre en Bogotá, organizado por la Universidad Nacional y las Naciones Unidas. Quiere decir Agenda y reglas de funcionamiento en armonía, tal como lo dispone el Acuerdo General suscrito por los plenipotenciarios de las partes.
Lo deseable es que los principios del preámbulo del Pacto General, cinco esenciales, sean la referencia de la discusión teórica del certamen de diciembre, en el que necesariamente se darán enfoques no compatibles sobre el campo.
La demanda campesina focaliza la necesidad de realizar una reforma agraria sustancial, que elimine, por ejemplo, el macrolatifundio de un millón de hectáreas del narcoesmeraldero Victor Carranza, quien previendo lo que se viene, ha organizado ya un ejército de supuestos «campesinos», testaferros, quienes están ocupando (lo vi hoy en el Meta, para que no se diga que lo invento), de manera muy organizada, sus extensos predios en Puerto López, Puerto Gaitan, Cesar, Quindío, Córdoba, la Sabana, Bolívar, Uraba, Casanare, Norte de Santander, para hacer transferencia jurídicas «
El «modelo Carranza» ya está siendo clonado por otros poderosos terratenientes a lo largo del territorio nacional, para anticiparse a las implementación de la tercera fase de los acuerdos a que se llegue en la Mesa de Conversaciones. Grandes hacendados están organizando, en diversos puntos de la geografía, amplios conglomerados de peones (las peonadas del siglo XXI), dispuestos a prestar sus nombres para la maniobra de fragmentacion ficticia de los latifundios.
Obviamente este movimiento real de la propiedad de la tierra en curso será adornado con el discurso técnico de los consultores oficialistas sobre enfoque territorial, ordenamiento rural, agronegocio y desarrollo rural moderno de capitalismo verde. Los veremos en el Foro, muy serios y graves con su verbo asalariado.
Al margen de los «giros lingüísticos» posmodernos en boga, las organizaciones campesinas deben actuar ocupando las tierras del latifundio para democratizarlo de facto.
Como quiera que el tema de la participación de la sociedad civil es un regla de funcionamiento con muchos campos de operación, a la Mesa le conviene construir canales de comunicación con los 1200 alcaldes del país y los 39 gobernadores de los departamentos, tal vez organizados por regiones.Desde luego, incluyendo las autoridades de los Resguardos y Cabildos indígenas y los directivos de los Consejos Comunitarios afrodescendientes, regulados por la Ley 70. Los foros corren el riesgo de una retórica difusa, técnicamente irrelevante, con flancos muy débiles que le dan papaya a los eternos y conocidos enemigos de la paz que ahora actúan armados de Twitter y facebook.
Por fortuna el del 17/18/19 de diciembre cuenta con la muy reputada gerencia de la Universidad Nacional/PNUD, garantía de que ese escenario no será un ejercicio estéril de democracia participativa.
Nota: La tierra es para el campesino que la trabaja y para eso necesitamos una reforma agraria democrática e integral con la acción de masas revolucionaria de los pobres del campo.
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