Tal como el debate en torno a la reforma educacional aparece vinculado estrechamente con la reforma tributaria, que debería proporcionar los recursos necesarios para implantar y desarrollar una educación sustancialmente gratuita y de calidad, en la discusión de la reforma tributaria aparece y desaparece la idea de utilizar parte de las ganancias de la gran […]
Tal como el debate en torno a la reforma educacional aparece vinculado estrechamente con la reforma tributaria, que debería proporcionar los recursos necesarios para implantar y desarrollar una educación sustancialmente gratuita y de calidad, en la discusión de la reforma tributaria aparece y desaparece la idea de utilizar parte de las ganancias de la gran minería del cobre para financiar las reformas, y aprovechar la coyuntura para dar un vuelco efectivo hacia una sociedad más justa y equitativa y hacia un Estado plenamente soberano.
Todavía el tema del cobre no se posiciona en el centro del interés nacional, pero hay indicios anticipatorios. El debate en torno a la nueva Constitución podría ser la oportunidad. La propiedad minera, cuyo titular es el Estado, debe mantenerse y fortalecerse, terminando con el sistema de concesiones basado en un supuesto derecho real de concesión que transforma en letra muerta el dominio estatal. Entretanto, aparecen opiniones sustantivas. No pocas provienen de los trabajadores de Codelco. La Federación de Trabajadores del Cobre tiene una clara posición de defensa del cobre chileno. Igualmente sus profesionales y técnicos, agrupados en la Federación de Sindicatos de Supervisores y Profesionales de Codelco, Fesuc, a cuyo presidente, el sicólogo Ricardo Calderón Galaz, entrevistamos.
¿Qué le han parecido las declaraciones del subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, en orden a utilizar parte de las reservas en dólares que respaldan planes sociales, depositadas en bancos extranjeros, para inyectarlas como dinero fresco a Codelco para sus planes estructurales?(1)
«Indudablemente, constituyeron una buena noticia, incluso por el lugar en que fue hecha esa declaración. Está en línea con lo que hemos sostenido desde hace mucho tiempo a la par con la Federación de Trabajadores del Cobre, que acaba de fijar un plazo de cien días para que se materialice efectivamente la iniciativa. Por un parte no se aumentaría la deuda de Codelco, que ya excede los nueve mil millones de dólares; se aseguraría la entrega de dinero fresco y, al mismo tiempo, se canalizarían hacia actividades rentables sumas actualmente depositadas corriendo riesgo y recibiendo un interés bajo. La medida propuesta por el subsecretario Micco haría mucho más expedito el manejo de los recursos, que hasta ahora han tenido que pasar por el Ministerio de Hacienda, con la consiguiente inseguridad y eventual dilación de los proyectos.
En todo caso, el respaldo del cobre a las deudas que se contraigan es lo suficientemente fuerte como para tener una muy alta calificación ante la banca internacional. Esto vale tanto para la deuda de Codelco como para la que tuviera que asumir el Estado de Chile.
Hay que tener en cuenta que el plan de inversiones para los próximos años es del orden de treinta mil millones de dólares. Igualmente importante es considerar que con esa enorme inversión, basta para mantener los actuales niveles de producción o bien subirlos un poco, si se hace efectivo el proyecto Andina 244. Codelco, por lo tanto, seguirá produciendo un tercio o un poco menos de la producción nacional de cobre. Con esas inversiones tendríamos que cubrir las bajas de producción debido al agotamiento de las minas, a dificultades técnicas y a la pérdida de posiciones derivada del aumento de producción de las minas controladas por empresas trasnacionales. Estamos pues en el mundo de la sobrevivencia. No en el mundo del crecimiento hacia niveles mayoritarios en la producción a que se debe aspirar, si se piensa en una nacionalización».
PROBLEMAS DE CODELCO
¿Cuáles son los principales problemas de Codelco?
«Darían para una conversación especial porque son muchos, como es normal en una empresa tan grande y compleja. Mencionaré no más titulares, y no todos. Los costos que deberían tender a disminuir, que se relacionan con la subcontratación que en Codelco ha sido excesiva. Los problemas productivos, como los de la fundición de Chuquicamata derivados de malas decisiones que determinaron la salida de ingenieros de alto nivel, de mucha experiencia en un tipo de trabajo de mucho de sensibilidad, que sólo se logra con los años, el estudio y el sentido de trabajo en equipo. Otro problema grave es la necesidad de un grupo de trabajo especial para Codelco Norte, dada la presencia excesiva de arsénico y otras complejidades mineralógicas. La relación con las comunidades, muy afectadas por la contaminación, la falta de agua, la energía , en fin. Agrego la necesidad de apurar la solución del problema de El Salvador, virtualmente agotado, y que debería reemplazarse por Rajo Inca, aprovechando el potenciamiento de la fundición de Potrerillos, la buena disponibilidad de agua y de personal experimentado. Un problema clave es la exploración. Codelco explora muy poco, mucho menos de la décima parte de lo que exploran las grandes mineras privadas, y sin exploración la producción corre peligro. Y aquí el trabajo debería hacerse con Sernageomin. En ese plano, es también indispensable el estudio y la formación de especialistas como lo hacía el Centro de Investigaciones Mineras y Metalúrgicas, ahora privatizado, y la articulación estrecha con universidades y centros de formación técnica.
En cuanto al 10% que se saca a Codelco para las fuerzas armadas, este sigue vigente aunque hay un acuerdo con la derecha para terminarlo. Lo que no quiere decir mucho, si se saca el dinero equivalente del Presupuesto Nacional. La derogación del 10% no será más dinero para Codelco, no son ‘platas que queden libres’. Distinto sería si hubiera un plan de desarme y esos fondos pasaran a la realización de proyectos productivos o de bienestar social, salud, educación, vivienda. Sin olvidar, que hay algunos que dicen que el famoso 10% para las fuerzas armadas es un seguro para que Codelco no sea privatizada, porque nadie compraría una empresa gravada con esa carga.
El tema de Codelco se inscribe en la política general del cobre y del país. Tiene que ver con la diferencia de impuestos, con el royalty, con la producción de concentrados, las concesiones, las enormes utilidades de la gran minería privada, la necesidad de una nacionalización, con la reforma tributaria, etc.
Hoy, la política del cobre, o mejor dicho la ‘no política’ es perfectamente neoliberal. Y en esto se sigue un camino trazado durante la dictadura. Se mantiene Codelco como empresa histórica en manos del Estado, no se invierte en ella y todo el recurso minero disponible se entrega a los consorcios. ¿Qué gana el Estado? Impuestos extremadamente bajos que impresionan debido a la magnitud de la producción, sin pensar que se trata de un recurso no renovable, que es nuestra principal riqueza, que, como se dice en la jerga neoliberal, es nuestra principal ventaja comparativa, que justifica lo que en los hechos se convierte en un saqueo. Y se prefiere que todo siga igual. Lo que nosotros queremos, y por lo que luchamos, es hacer claridad sobre lo que está pasando a través de un debate público que entregue conclusiones que obliguen al gobierno. La falta de una política minera afecta seriamente el patrimonio nacional y, al mismo tiempo, afecta a las regiones en que se concentra la actividad productiva, especialmente en el norte, donde hay una relación conflictiva entre las empresas y las comunidades».
FUNDICION Y REFINACION EN CHILE
¿Cree usted que hay base para avanzar?
«Hay confusión, falta de información, hay apatía, divisiones pero, al mismo tiempo, en todas las encuestas la nacionalización -o segunda nacionalización como preferimos llamarla porque no es volver a lo que había-, una muy amplia mayoría se pronuncia a favor. En la última: el 83%. Lo central es recuperar para Chile los recursos naturales y la renta que aprovecha el capital transnacional en desmedro del Estado de Chile.
Las condiciones objetivas están. Las otras todavía no maduran. La verdad es que no se ve voluntad en el gobierno ni en la presidenta Bachelet. Pero la misma realidad va imponiendo situaciones: ¿Por qué, por ejemplo, no pensamos efectivamente en un royalty -porque lo que hay es un engaño- que permitiría financiar parte importante de las reformas? ¿Por qué no se busca por el lado de los concentrados? Por su control, el cobro de impuestos por los metales y elementos asociados. Por otra parte, su posible obtención en Chile ampliando la capacidad de fundición y refinación.
Pero hay un punto estratégico serio. Chile para su ingreso a la OCDE comprometió ciertos límites a la contaminación producida por las cinco fundiciones existentes, que son antiguas y, por lo mismo, no tienen un funcionamiento óptimo, que sí podrían tenerlo con la instalación de equipos mitigadores. El Estado -o mejor dicho sus representantes- negociaron y Codelco tiene que hacer las inversiones anticontaminantes. Ese es un punto. El otro es que la producción de las transnacionales es casi exclusivamente de concentrados, con la consiguiente pérdida de los productos asociados. Y Chile, además, no puede llegar al mercado con concentrados: en el mercado de materias primas sólo se está con cobre catódico. Las transnacionales, entretanto, sacan concentrados y los funden y refinan en sus propias instalaciones en el exterior. Nosotros debemos llegar hasta los cátodos y después podríamos producir alambrón, cables, tuberías, etc. Pero actualmente somos parte de la arquitectura del funcionamiento global de la producción económica, en que Codelco compite con transnacionales que extraen el cobre del mismo país, lo exportan como concentrados y lo procesan en el exterior.
Como se sabe, la parte del negocio minero que produce más ganancias es la explotación y extracción, las otras etapas de agregación de valor son más o menos marginales, desde el punto de vista de su rentabilidad. Y por eso para las transnacionales lo mejor es producir concentrados. Nosotros, en cambio, como país no necesitamos una rentabilidad de corto plazo, sino un avance basado en conocimientos, en industrialización, en creación de subproductos que nos permita crear una plataforma de valor y generación de recursos para que en el futuro podamos seguir siendo un país minero, aunque ya nuestras minas se hayan agotado».
FUTURO DEL LITIO
¿Por qué no se aborda el tema de las concesiones que, en los hechos, son indefinidas y burlan la norma constitucional del dominio estatal de los minerales?
«Por lo mismo estamos muy interesados en el litio, una riqueza que distribuida entre Bolivia, Argentina y Chile, con el Salar de Atacama, podría constituirse en la reserva más importante del mundo.
Ahora tiene una importancia grande en la fabricación de baterías, pero podría tener valor estratégico a medida que avance la fusión nuclear. El litio, obviamente, escapa al radio de acción de Codelco, pero es urgente que se reserve exclusivamente para el Estado, que podría explotarlo a través de una empresa específica, que a lo menos en una primera etapa pudiera tener ayuda de Codelco.
La verdad es que existe un veto de las grandes corporaciones mineras para discutir siquiera el problema del cobre. Estoy convencido que los miembros del Consejo Minero saben que en Chile disfrutan de condiciones y garantías que no tendrían en ningún otro país. Prefieren, por eso, el silencio, y cuentan con buenos aliados internos. Incluso se discute sobre los costos y productividad de Codelco como una cortina de humo para que no se hable de lo que efectivamente importa, que el cobre está mayoritariamente en manos privadas, siendo de todos los chilenos como lo establece la Constitución. Codelco es productivo y enormemente rentable para Chile. Desde la nacionalización, en 1971, hasta ahora le ha significado más de 107 mil millones de dólares. Y las minas privatizadas han sido mucho más rentables para las transnacionales. A tal punto que lo que se han llevado es varias veces superior a lo que ha ganado Chile».
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(1) Con posterioridad a la entrevista, el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, rechazó la idea de capitalizar Codelco con esos recursos.
Publicado en «Punto Final», edición Nº 803, 2 de mayo, 2014