Lo que sea del partido de las FARC afectará a todas las fuerzas de cambio. Tenemos el deber de intervenir en el debate sobre su orientación. @antequerajose Este semestre 2-2017 se han celebrado (celebrarán) los congresos de la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano, la Juventud Rebelde, las FARC-EP y la Marcha Patriótica. La […]
Lo que sea del partido de las FARC afectará a todas las fuerzas de cambio. Tenemos el deber de intervenir en el debate sobre su orientación. @antequerajose
Este semestre 2-2017 se han celebrado (celebrarán) los congresos de la Unión Patriótica, el Partido Comunista Colombiano, la Juventud Rebelde, las FARC-EP y la Marcha Patriótica. La familia comunista del país como leí en el semanario voz, o los herederos de Marx, Lenin y Bolívar como lo veo yo. En un escenario ideal (o universo paralelo para mí) todo sería una sola organización y las cinco discusiones de este semestre serían una sola que ganaría en profundidad lo que seguramente se repitió-repetirá varias veces en estos escenarios.
Existió un momento revolucionario que el comunismo colombiano no supo (no fue capaz o se vio desbordado) aprovechar que fue el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán en 1948 y la consecuencia de ese momento no fue un salto adelante en la historia de nuestro país sino una guerra de la que todavía no salimos a pesar de los relatos heroicos de poder obrero: por ejemplo las semanas de autogobierno popular que hubo en Barrancabermeja a partir de las revueltas posteriores al asesinato de Gaitán que no tuvieron la solidez suficiente para consolidarse, pero sí se mantienen en la memoria como un hecho aislado de lo que pudo ser el país a partir de ese momento de ruptura.
Sin la intención de ser irrespetuoso con lo que ha significado el comunismo para la democratización de Colombia, los hechos nos dicen que no hubo la capacidad organizativa suficiente para hacer de este hecho de ruptura una revolución. Las FARC-EP es hija de ese momento.
A 100 años de la Revolución Rusa (1917) las FARC-EP en Colombia se acerca a la legalización de su organización político-militar y a pensarse-proyectarse para los próximos años de hacer política en nuestro país. En medio de eso una de las discusiones más relevantes es sobre el carácter del partido legal en el que se transformaran las FARC-EP. Sobre todo su línea marxista leninista y ante todo porque al tiempo dicen tener la intención de ser un partido lo suficientemente amplio como para ocupar un rol fundamental en la construcción de la Nueva Colombia que necesitamos. Todo esto teniendo en cuenta que nuestra sociedad es en su medula anticomunista y esta es una de las victorias culturales (no definitivas) de la oligarquía tradicional en Colombia.
Existen perdedores en la historia que no merecían perder, eso está clarísimo. También está claro que no es suficiente tener la razón cuando de política se trata, toca tener el poder, y la lucha por el poder nunca ha sido justa, testigo trágico de esto es el genocidio de la Unión Patriótica en Colombia. No se puede ser ingenuo ante esta clase de precedentes.
Es absurdo querer transformar las realidades del mundo en 2017 pensando como si fuera 1917. @jairoriverah
¿Por qué comienzo con la revolución rusa? Las FARC-EP plantean esa proyección de su accionar político en los próximos años a partir de lo que el comunismo de siempre ha denominado el marxismo-leninismo. Aunque nunca han ocultado su proyecto socialista para el país yo sí creo que toca poner en discusión si la base de su organización será la misma de los últimos 50 años, ya que ahí está la diferencia en sobrevivir como una reliquia del pasado que no volverá o triunfar como una realidad victoriosa de un futuro mejor.
¿En las discusiones preparatorias al congreso de las FARC-EP dónde está la reflexión sobre los problemas que en los últimos años han tenido gobiernos como el venezolano en sus procesos de transformación? Que no solo se explican por el acoso imperial; ¿por qué no aprender de los errores de los otros? ¿Dónde está la autocrítica en las formas organizativas y los debates de la izquierda colombiana -o la familia comunista para ser más específico- más allá de la consigna eterna de la unidad que nadie está dispuesto a concretar en la urgencia que esta tiene?
¿Qué significa pensarse la revolución hoy en día? ¿Asaltar el palacio de invierno al estilo bolchevique? ¿Llegar a la plaza de Bolívar en mula escoltado por miles de guerrilleros como se lo soñaba Jacobo Arenas? ¿Qué tal que signifique democratización en su versión más radical?
Más que «#UnNuevoPartidoQue» a mí me gustaría ver #UnaNuevaMilitanciaQuedeje la conspiración, la cizaña y el secretismo como método. @aycarmelamaria
¿Cómo ha funcionado el comunismo en este país? El comunismo es la organización de las comunidades para resolver sus necesidades sin la intermediación del Estado, lo que va entre llegar a eso y la destitución del Estado actual y su articulación al sistema capitalista es lo que para mí es el socialismo.
El marxismo-leninismo en Colombia ha sido sobre todo centralismo democrático (que en la mayoría de los casos se ha quedado en el verticalismo obediente), la crítica y la autocrítica (que poco se practica a diferencia del chisme y la cizaña), la dirección colectiva (que finalmente es las camarillas alrededor de algunos personajes eternos por la incapacidad de relevo generacional). Ante esto, la pregunta es: ¿nadie está dispuesto a corregir realmente estas prácticas? La crítica no es a la teoría marxista-leninista ni al comunismo en sí, la crítica es a lo que lo han convertido en este país en la práctica política cotidiana.
La disculpa siempre es que se le está haciendo el juego al enemigo, pero la realidad es que el secretismo, la cizaña y la conspiración como método es el favor más grande que se le ha venido haciendo al enemigo desde siempre.
Quien se plantee una perspectiva socialista para un país como el nuestro está planteando la socialización de la riqueza (no la pobreza y/o las perdidas como ha ocurrido históricamente) y la responsabilidad de la producción. También se está planteando una ampliación real de la participación ciudadana más allá de los difíciles y pocos usados mecanismos actuales, la abstención electoral o los intentos desde arriba de limitar las iniciativas de autodeterminación de las comunidades como ha ocurrido en el último año con las consultas populares mineras.
La discusión con el marxismo leninismo en Colombia pasa por el hecho fundamental de que cuando los modelos teóricos se tienen que enfrentar a la realidad la realidad se la pone muy difícil a los modelos teóricos. Los proyectos políticos no los definen los objetivos de los revolucionarios sino la dura realidad. Hacer política implica defraudar expectativas y no llegar a los máximos propuestos.
Toda revolución es una excepcionalidad, pero a la vez es un inevitable. Es un hecho extraordinario, imprevisible, tiende a ser un acontecimiento irrepetible. No existe fórmula para predecir una revolución. Los acontecimientos revolucionarios desbordan el análisis político. Es por eso que por ejemplo la oportunidad perdida que fue el levantamiento popular del 9 de abril de 1948 no se recuperará y lo que estamos haciendo es prepararnos para lo que se venga. Los partidos que se reivindiquen como comunistas, marxistas-leninistas son organizaciones con posibilidades reales de poder en momentos de crisis. En la normalidad el comunismo no es nada sexy.
Así como ocurre con la humanidad, la revolución no es homogeneidad, y la clave de la revolución es ganar la autoridad política y moral. Disputar el monopolio de la voluntad general en el país de RCN, Caracol, la jerarquía católica y las iglesias cristianas no es una tarea fácil, y muchas veces desde el comunismo colombiano les dejamos su rol (el de productores de una opinión pública antisubversiva, psicópata y paramilitar) muchísimo más fácil del que ya tienen.
Aunque la ciencia política la use más la derecha política que la militancia de izquierda, y la militancia se le note más a la izquierda que la academia a la derecha política, en Colombia creo que es importante ver donde empieza la ciencia política en cuanto a Marx, Lenin y el marxismo-leninismo se trata en medio de los congresos del comunismo colombiano.
En vez de reducir el marxismo-leninismo a una ideología deberíamos tratarlo desde la teoría política y para eso toca hablar por un lado del marxismo y por el otro del leninismo (de manera articulada y paralela). El marxismo-leninismo es un invento forzado de la era de Stalin que no tiene mayor solidez teórica más allá de unos principios de trabajo con los que personalmente estoy de acuerdo, los clásicos y ya mencionados más arriba: centralismo democrático, dirección colectiva, crítica y autocrítica, esos principios no lo hacen una teoría política sólida, lo cual menciono advirtiendo que el mayor crimen que se puede cometer contra Lenin es santificarlo-momificarlo, que es finalmente lo que hizo Stalin mientras lo copiaban los partidos comunistas del mundo.
¿Qué es el leninismo? Lenin tiene más similitudes con Maquiavelo y Schmidt cuando entiende que hay fronteras que solo se resuelven en política a partir de quien tenga más fuerza para imponerse. La lucha de clases marxista se la tomó muy enserio Lenin. El leninismo desde la teoría política significa comprender la política como algo que puede desafiar a la historia. El realismo leninista dice que lo imposible se puede convertir en real. En Bolívar eso es la articulación entre lo que él llamaba el «raciocinio probable» y el «deseo racional». En síntesis, que la historia no es mecánica, que la historia la hacen los pueblos. Si Lenin se hubiera puesto a hacerle caso a Marx y santificarlo no se le hubiera pasado por la cabeza que en un país feudal como Rusia se podía hacer una revolución como la que dirigió.
La genialidad bolchevique está en construir una teoría política para ganar inspirada en la onceava tesis de Feuerbach. La política le puede ganar a la historia. El bolchevismo es eficacia y flexibilidad en política. Construyeron una ciencia política para los de abajo más potente que la ciencia política de los de arriba haciéndolos temibles. Lenin es un genio de la conquista del poder político más no de la construcción del socialismo y esa es la parte que el comunismo colombiano debería estar discutiendo. Lenin y sus ideas y prácticas políticas son responsables del movimiento social más importante en la historia del siglo xx occidental: el comunismo.
Lo que se debería estar discutiendo ante el marxismo-leninismo de las FARC-EP en mi opinión deberían ser estos puntos:
· La tensión entre la verticalidad de la organización y la necesaria horizontalidad. Existen nuevas formas de tomar decisiones gracias a herramientas virtuales que permitirían por ejemplo que las decisiones políticas importantes las tomen la mayoría militante (o cualquier interesado o simpatizante) y así evitar las decisiones verticales-autoritarias de direcciones por el argumento de la rapidez-efectividad.
· La idea del partido-movimiento que responda a las realidades de la estructura de una sociedad de clases rota por el neoliberalismo en donde no hay tiempo para la militancia profesional ya que la mayoría debemos utilizar la mayor parte de nuestro tiempo en sobrevivir.
· Hasta dónde se puede organizar la sociedad y dónde se debe responder a las lógicas espontaneas de indignación social. Las revoluciones no se fabrican en laboratorios de marketing político pero el marketing no se puede obviar en la política actual.
· La tensión entre un partido de masas y uno electoral. La tensión entre un partido reformista y uno revolucionario.
· La necesidad de rescatar la emoción, el entusiasmo y la fraternidad en la práctica política, pero tomándolo enserio.
También cuestiones más puntuales, pero al mismo tiempo también urgentes y necesarias si de verdad se quieren construir en lo concreto nuevas formas de hacer política:
· La necesidad de que las finanzas del partido sean transparentes. Cualquier colombiana o colombiano debería tener la posibilidad de saber en tiempo real cuánto dinero le entra al partido y por donde y en que se lo gasta. Es la forma más simple y directa de garantizar que no se es corrupto y que por lo tanto se puede denunciar la corrupción y ser prenda de garantía de un gobierno que no será corrupto.
· Listas cremallera a cualquier cargo de representación interna y/o externa que permitan una representación de genero paritaria del partido político en vez de las despreciables «cuotas»
· La necesidad de saber los «sueldos» de los militantes profesionales. Que el salario que el partido le paga a cualquier militante sea la cabeza nacional o el más local no sea mayor a dos salarios mínimos legales vigentes. La forma más concreta de demostrar que se es un partido de las mayorías es que el partido viva con el dinero con el que le toca vivir a la mayoría.
Si se toman en cuenta estos y muchos otros aportes fundamentales se puede forjar un partido político de nuevo tipo en Colombia. Todo esto sin tener en cuenta que la guerra no ha terminado, la persecución paramilitar tampoco, pero finalmente la suerte está echada, y las FARC-EP está abriendo una ventana de oportunidad de unos 8 años que podemos usar para que todo cambie hacia adelante o que todo siga igual de forma gatopardista. La pelota está de nuestro lado.
Postdata: los procesos de cambio que le hicieron frente al neoliberalismo de los últimos años en América Latina no fueron responsabilidad de partidos comunistas marxistas leninistas.
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