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Una térmica de Iberdrola tiene el beneplácito para ahorrar costes en depuración a costa de la salud social

Permiso veinte veces mayor para contaminar

Fuentes: Diagonal

La central térmica de Iberdrola que abastece a Michelín en Valladolid supera los límites de contaminación establecidos por no invertir en filtros. Iberdrola S.A., a través de su filial Energyworks Vit-Vall S.L., explota desde 2002 una central térmica de cogeneración dentro de la factoría de Michelín en Valladolid que está emitiendo a la atmósfera anualmente […]

La central térmica de Iberdrola que abastece a Michelín en Valladolid supera los límites de contaminación establecidos por no invertir en filtros.

Iberdrola S.A., a través de su filial Energyworks Vit-Vall S.L., explota desde 2002 una central térmica de cogeneración dentro de la factoría de Michelín en Valladolid que está emitiendo a la atmósfera anualmente cientos de toneladas de óxidos de nitrógeno (NOx). Una proporción 20 veces superior a lo que sería técnicamente posible por no aplicar los sistemas de depuración adecuados. Y ello contando con la autorización de la Junta de Castilla y León.

De aplicar una depuración adecuada, las emisiones no pasarían de 20 mg/m3, el límite legal para las centrales de combustión que se instalen nuevas de 50 mg/m3. Pese a ello, la Consejería de Medio Ambiente leonesa ha autorizado a esta planta a emitir 450 mg/m3, ahorrándose el coste de los sistemas de depuración. Se trata de una central de cogeneración de gas natural de 77 megavatios de potencia que abastece de calor a Michelín y, al tiempo, produce electricidad para la red general. Entre 2003 y 2007 las dos estaciones de esta central térmica han rebasado casi siempre el valor objetivo para la protección de la salud establecido para el ozono en una zona en la que residen miles de personas, como son los barrios de la zona norte de Valladolid (San Pedro Regalado, Barrio España, Rondilla, La Victoria, Fuente Berrocal, Campus Universitario, Belén…). En esta zona confluyen otros focos de emisión de NOx de otras empresas, así como la emisión de otros cientos de toneladas de compuestos orgánicos volátiles (COV) originadas por la propia factoría de Michelín.

Todo ello está generando un problema de contaminación atmosférica ligada a ambos grupos de compuestos (NOx y COV), como es la generación de ozono en verano, que provoca que se superen frecuentemente los límites admisibles para la protección de la salud humana que marca el Real Decreto 1796/2003, y mucho más aún los límites que recomienda la Organización Mundial de la Salud para este contaminante. Una situación que obliga a que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León haya aprobado un Plan de Mejora de la Calidad del Aire para reducir las emisiones de los precursores del ozono, que está aún pendiente.

Argumentos economicistas La Comisión de Prevención Ambiental de Valladolid, con el voto en contra del representante de las organizaciones ambientales, propuso conceder la autorización. La Consejería la concedió asumiendo la argumentación de Iberdrola que indicaba que «la instalación de un quemador de bajo NOx implica la reforma de prácticamente todo el paquete o la sustitución de la turbina actual por una de baja emisión cuyo coste ronda el 50% del valor de la planta actual, haciéndola inviable económicamente» (según se recoge en el Anexo II de la autorización ambiental).

Por otro lado, la autorización concedida omite la periodicidad de los controles externos, que debe ser trimestral según la condición 2.C de la declaración de impacto ambiental de la planta de cogeneración, lo que se viene incumpliendo por su titular.

Esta autorización podría ser nula de pleno derecho por vulnerar diversas normativas medioambientales. Ecologistas en Acción ha interpuesto un recurso ante la propia Consejería, indicando que de esta forma «se sacrifica el derecho constitucional a la salud al interés económico de una gran empresa privada como Iberdrola, con capacidad económica sobrada para hacerse cargo del coste de la instalación de unos filtros que debieron haber sido incorporados ya en el año 2000, cuando el Ayuntamiento de Valladolid otorgó la licencia de actividad de la central».

Esta organización recuerda que «el ozono es un contaminante que provoca por inhalación un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, especialmente en niños, ancianos y personas con problemas respiratorios crónicos (asma, bronquitis crónica), así como el agravamiento de patologías cardiovasculares. Según la Comisión Europea, la contaminación por ozono causa en España 2.000 fallecimientos prematuros al año».

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