Como toda contradicción es una y en lucha entre sus elementos opuestos que necesitan su superación; el título de esta opinión trata de mostrar la esencia de este refrán tan popular en Hispanoamérica que nos legó el perdurable y enriquecido castellano del Quijote en nuestras saqueadas y arrasadas tierras que, a pesar del poderoso y prolongado embate del otro poder exterminador de la metafísica clerical no pudo arrancar del pensamiento autóctono americano, aunque se exprese en otra lengua. Es el refrán que bien entendido desde el punto de vista político (lo repito) me sirve para entender los bandazos súbitos, espontáneos o abruptos de la carrera gubernativa del actual presidente colombiano Petro.
Que, por ejemplo, brilló en el foro de la ONU, este 24 de septiembre arrojando luz sobre la responsabilidad presidencial de los EEUU en la derrotada guerra imperialista contra las drogas con la que se ha pretendido, durante décadas, subyugar violentamente a los pueblos latinoamericanos-caribeños. Además, dejando claro en su discurso, la solidaridad de la diplomacia colombiana con el pueblo Palestino, víctima actual del aborrecible genocidio sionista presenciando en vivo y en directo; solidaridad ratificada activamente dos días después megáfono en mano, en la calle neoyorquina anexa al edificio internacional, provocando la ira fácil del presidente Trump, quien ordenó la fulminante suspensión de la “visa USA” al presidente colombiano; lo que contrasta con el oscuro caos controlado en el que el gobierno, por su falta de gobierno, y desde el ministerio de gobierno; anticipadamente, ha sumido a la sociedad colombiana en un aspirante torbellino electoral.
El Estado de Derecho invocado por los arúspices del Régimen dominante, permite el caos democrático de inscribir la bicoca de 107 candidatos a presidente de la república de Colombia. ¡Que gran negocio debe ser obtener con ese cargo! No es solo las cirugías e implantes embellecedores que dan brillo y belleza en público; es la oscuridad de los negocios oscuros y los contratos, más oscuros aún, a válidos y cercanos que cada día aparecen a la luz del día.
Ciento siete balotas con los nombres de las presidenciables, puestas en una cesta giratoria redonda de bingo (como la lotería del gordo navideño), el 31 de mayo/26 sacará la balota con el nombre de un ganador. Luego, como seguramente, sin luz en la casa no habrá un ganador claro, el 21 de junio se volverá a girar la cesta para la segunda vuelta. Hasta ahí, las leyes son claras, la oscuridad está en su interpretación. Y ahí está el asunto estratégico para blindar el Poder constituido. Quien mueve la palanca que hace girar la cesta giratoria del Bingo es, nada menos que el dinero, ese vil metal sin el cual se pasa mal. Para esa segunda vuelta electoral se darán todo tipo de componendas, arreglos, composturas, enjuagues, coaliciones electoreras y frentes amplios. Es el juego de la democracia, Maestro.
El experimentado analista político Mauricio Cabrera, en su artículo en la revista Cambio (08.09.2025) sobre el tema en comento, https://cambiocolombia.com/puntos-de-vista/articulo/2025/9/no-existe-centro-politico-hay-tres/ , simplificando (en una operación aritmética del común denominador) hace un interesante cuadro con quienes Él considera los más opcionados candidatos a ocupar el mejor empleo del País así. Ver imagen infra:
Los candidatos de las llamadas “Derecha y Extrema derecha”, después de que el reo Uribe Vélez, en una de esas jugadas leguleyas santanderistas típicas de Colombia, quedará en libertad para hacer proselitismo electorero, están en una febril actividad por presentarse unidas, con la aspiración de ganar en la primera vuelta de la cesta del Bingo, y todo parece indicar que, se decantan los nombres del iracundo aristócrata y oligarca Vargas Lleras, y el candidato del militarismo y del bipartidismo estadounidense, el fornido ex ministro de guerra y ex embajador colombiano en Washington en el gobierno de JM Santos, Pinzón el Bueno.
Los estrategas electorales en el actual ministerio del interior, conociendo lo anterior, calculan que su candidato-amigo y por quien tiene todas sus complacencias es, el ex, ex, ex, Roy Barreras, el representante más nítido de quien sus rivales llaman el Petro-Santismo. Pero, resulta que, con los votos de solo su grupo de “centro Izquierda” (¿?) no llegará a la silla presidencial, necesita de muchos aliados que espera roer en sectores del llamado “centro” y del cajón de la llamada “Izquierda”, especialmente en esta última, cuyo candidato será escogido entre los tres candidatos Corcho, Cepeda y Quintero, que han quedado inscritos, en una consulta para el próximo 26 de octubre.
Para esta eventualidad, se tiene la estrategia gobernante del “Frente Amplio” que uniría a “Izquierda y centro izquierda” (de Cabrera) alrededor del señor Barreras convirtiéndolo en el futuro presidente de Colombia. Pero (por aquello de la dialéctica y la lucha de contrarios) siempre hay un pero y, al parecer los candidatos Corcho y Cepeda, con sus entornos políticos, si bien se han mostrado unitarios no están del todo convencidos con la figura del tránsfuga o “saltamontes” (Chapulín llaman los mejicanos) del señor Barreras. Queda entonces el candidato Quintero, a quien el presidente Petro le adeuda los casi un millón de votos que le puso en Antioquia el 19 de junio de 2025 para llevarlo a la presidencia. Es decir, el soñado Frente Amplio Quintero-Roy Barreras, si bien es la estrategia gubernamental, no está del todo clara y menos garantizada. Por el contrario: es oscura.
Así las cosas, y dada la manipulación sentimental alienante que hace la gran prensa mediática colombiana, dominada casi en su totalidad por el Régimen contrainsurgente dominante, que hace del caos controlado de la actual campaña presidencial adelantada, que vuelve el ambiente general de la sociedad en una convulsión permanente y un conflicto enconado, lo mejor será esperar a ver quien llega a sentarse el próximo 7 de agosto del 2026, en la que alguna vez fuera la silla del Libertador Simón Bolívar en Bogotá.
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