El ensayo se llama El cura y los mandarines, lo ha escrito Gregorio Morán y es una historia sobre los vínculos entre la cultura y la política española entre 1962 y 1996. Hoy tenía que haberlo puesto en circulación la editorial Crítica, del grupo Planeta, y tenía todas las papeletas para convertirse en uno de […]
El ensayo se llama El cura y los mandarines, lo ha escrito Gregorio Morán y es una historia sobre los vínculos entre la cultura y la política española entre 1962 y 1996. Hoy tenía que haberlo puesto en circulación la editorial Crítica, del grupo Planeta, y tenía todas las papeletas para convertirse en uno de los ensayos culturales del año: Gregorio Morán, periodista crítico de referencia, culminaba así una carrera dedicada a investigar la fontanería del poder en nuestro país. Pero no será así, al menos en el sello de José Manuel Lara, así lo ha confirmado la editorial a este periódico a pesar de estar anunciado el lanzamiento desde hace meses.
Crítica se ha negado a publicar el ensayo sin purgar, a lo que Morán se ha opuesto. Conclusión: Morán cobrará el adelanto estipulado y buscará otra editorial, en un acuerdo de divorcio con una cláusula de confidencialidad que quizás no permita hablar a Morán sobre el asunto, como confirman a El Confidencial fuentes próximas al escritor asturiano. La censura convierte El cura y los mandarines en un libro maldito y legendario.
Los editores de Crítica pidieron hace unas semanas a Morán que purgara una capítulo de once páginas del manuscrito en el que se hacían referencias críticas a la trayectoria de Víctor García de la Concha y su paso por la Real Academia Española (RAE), y donde también se mencionaba a otros académicos de la institución como Luis María Ansón y Juan Luis Cebrián. Pero Gregorio Morán se resistió y rechazó de manera tajante esta posibilidad. Fuentes del entorno de Morán confirman que el dedicado a los académicos es uno de los muchos capítulos «calientes» del ensayo.
Si bien los comentarios de Morán sobre la RAE podrían haber sido la gota que colmara el vaso de la paciencia de sus editores, el libro en su totalidad ha sido un quebradero de cabeza para Crítica desde que la editorial recibió el original, que iba a enervar a una buena parte del grupo dominante político y cultural español.
Aunque el ensayo reparte mandobles a personajes más relevantes que De la Concha, actual director del Instituto Cervantes, no es menos cierto que los lucrativos acuerdos comerciales entre el mundo RAE y Planeta son conocidos por todos, incluido la publicación de ese best seller llamado Diccionario de la Lengua Española, cuya nueva edición, por cierto, está al caer.
Planeta: «No es censura»
«Llevo luchando por publicar este libro desde hace meses, porque es un libro espléndido. Pero el departamento jurídico ha hecho un informe de tres páginas en el que deja claro todos los motivos de demandas«, explica Carmen Esteban, directora editorial de Crítica, a este periódico, desde Fráncfort. «No podemos asumir esos riegos, según el departamento jurídico. Hay descalificaciones personales porque sí…«
«No ha habido vocación de censura. Se le pidió al autor que rectificara, pero él se negó a pulir nada», añade. «No es censura, era un libro denunciable y el responsable es el editor. Hay muchas intromisiones en el honor», dice. El libro estaba contratado desde hace diez años. De hecho, la editora asegura que el libro que se contrató era otro, pero que llegó éste. «Un libro espléndido, pero impublicable porque nos habrían cosido a demandas», repite.
Abuso sobre abuso
La ironía del asunto es que El cura y los mandarines es un repaso a las mezquindades y los abusos de poder de la cultura española de la segunda mitad del siglo XX. Así que su censura vendría ser un extraño caso de profecía autocumplida. Qué mejor manera de certificar las tesis del libro que censurándolo, y qué mejor forma de promocionarlo que impidiendo su publicación (podría pensar un cínico).
En efecto, curiosa manera de silenciar un libro que logrando que toda España se entere en los próximos días de su existencia por haber sido boicoteado.»En Planeta han perdido los papeles. Es un caso claro de incompetencia e impunidad», confirman a este periódico fuentes conocedoras del conflicto.
Estamos ante un atropello cultural o el penúltimo capítulo de una serie de episodios vergonzantes de la cultura española. Si Morán decide algún día ampliar el objeto de estudio de su libro hasta el siglo XXI, no tendrá que escribir el epílogo: ya lo han hecho sus censores por él.
La demostración de que a Crítica/Planeta se le ha ido este asunto de las manos, es que acaba de aparecer en los kioscos el número de octubre de la revista Leer… con una entrevista a Morán sobre El cura y los mandarines, realizada antes de que estallara el quilombo y cuando aún se pensaba que Crítica publicaría el libro a principios de octubre. El titular de la entrevista ya avisa del tono del ensayo frustrado: «Este es el libro más duro y brutal de todos los que he escrito», lo que dicho en boca de Morán, conocido por sus andanadas críticas, suena para hacerse caca en los pantalones (que es lo que parece que les ha ocurrido a algunos en el grupo Planeta). Y más: «Es un ajuste de cuentas con mi generación… Por eso es posible que este libro no exista, que no salga en los papeles», afirma Morán profetizando la que se le podía venir encima.
Otra joyita de la entrevista de Leer sobre César Alonso de los Rios: «Es uno de los que cruza todo el ciclo español entero: sale de un seminario de un pueblo de Valladolid y va directamente al Frente de Liberación Popular (FLP); de ahí al PCE, donde tiene una activa participación; luego pasa al PSOE a ser nada menos que la mano izquierda de Solana en Cultura, y de ahí al PP, extrema derecha, además no la facción más moderada».
Y otra más referida a los capítulos en los que habla de Camilo José Cela: «No creo que haya en la Historia de la Literatura Española desde Quevedo, un trepa con tanto talento para trepar«.
Resumiendo: Morán ha decidió escarbar en la memoria histórica del país y poner a cada uno en su sitio.
Más errores del grupo editorial: El cura y los mandarines sigue disponible para comprar en las principales páginas de comercio electrónico de libros (Amazon, FNAC y Casa del Libro), pese a que Planeta/Crítica ha retirado la ficha del ensayo de su página web y, por tanto, el libro oficialmente no existe. ¿Qué va a pasar con los lectores que han comprado el ensayo en preventa?
Si los editores del grupo Planeta pensaban que podían controlar a un personaje como Morán estaban equivocados. A estas alturas de su carrera, tras varias décadas escribiendo a la contra y resistiendo a no pocas presiones y censuras, Morán no sólo ha demostrado que siempre dispara con bala, sino que la autocensura no va con él. Ejemplos de esta actitud hay muchos. Recuerden su biografía crítica de Adolfo Suárez, publicada en el punto álgido de su presidencia y en medio de una ensordecedora polémica, y que Planeta (sí, Planeta) convirtió en best seller durante la Transición. Por no hablar de sus tres décadas de críticas inmisericordes a Jordi Pujol en su clásico artículo de los sábados en La Vanguardia.
Planeta, de hecho, había publicado hasta ahora varios de los ensayos más conflictivos de Morán, de Miseria y grandeza del Partido Comunista de España a Los españoles que dejaron de serlo. Repetimos: hasta ahora. ¿Qué está pasando?
Ahora la otra gran cuestión es la siguiente: ¿Se atreverá algún otro gran grupo editorial a publicar el ensayo o preferián mirar hacia otro lado? «Apostaría a que hay pocas posibilidades de que una editorial grande se atreva con esto», zanjan fuentes cercanas a Morán.