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Plebiscito nacional: ¿Estratagema desmovilizadora o conquista popular?

Fuentes: Rebelión

Después del importante impulso adquirido por las movilizaciones estudiantiles estás últimas semanas, donde la expresión de apoyo de amplios sectores del pueblo se ha hecho escuchar, la propuesta de un Plebiscito Nacional se hace cada vez más latente. Sectores del gobierno, de la Concertación e incluso también -lamentablemente- sectores con participación activa en el movimiento, […]

Después del importante impulso adquirido por las movilizaciones estudiantiles estás últimas semanas, donde la expresión de apoyo de amplios sectores del pueblo se ha hecho escuchar, la propuesta de un Plebiscito Nacional se hace cada vez más latente.

Sectores del gobierno, de la Concertación e incluso también -lamentablemente- sectores con participación activa en el movimiento, han levantado dicha demanda en búsqueda de una «salida al conflicto» .

Hoy estamos convencidos que los estudiantes debemos ser categóricos y firmes. NO estamos preocupados de cómo salir del conflicto, sino de cómo entrar a una nueva etapa política en la cual nuestras familias puedan por fin vivir en un país justo, por lo tanto NO estaremos nunca de acuerdo con una medida que implique la desmovilización sin consecución de nuestras demandas, que implique delegar la toma de decisiones a un parlamento sin respaldo popular, que implique al fin y al cabo, salir de este movimiento que hoy se ha levantado con una fuerza insospechada por muchos.

Hoy nadie puede desconocer que asistimos a una coyuntura política inédita en la Historia reciente de nuestro país. Nuestro movimiento estudiantil ha sido el catalizador y la punta de lanza aglutinadora del descontento popular hacia el modelo económico de sobreendeudamiento generalizado, y hacia la clase política dominante en su conjunto, responsable de su instalación y profundización durante los últimos treinta años.

En dicho contexto, el pulso político ha sido marcado por las históricas jornadas de movilizaciones callejeras desatadas en todo el territorio nacional, que han acompañado y fortalecido a la ya tradicional toma de universidades y liceos municipales, y la paralización de actividades académicas.

El colapso total del sistema nos ha llevado a plantear incluso transformaciones económicas de fondo, que nos permitirían poder financiar un sistema educacional justo y a la altura de las necesidades históricas del pueblo. De allí se desprende que la Re-Nacionalización del Cobre , ya no es vista como una consigna vacía de contenido, sino que sea considerada como una demanda central, no sólo como un ejercicio de soberanía económica, sino como una demanda fundamental a la hora de perspectivar la estructuración del nuevo sistema público nacional.

Al conjunto de estas exigencias el gobierno ha respondido con la clásica estrategia de la zanahoria y el garrote. Ha elaborado hasta el momento dos propuestas de acuerdo, el proyecto GANE, y los 21 puntos presentados ahora último por el Ministro Bulnes. Ambos proyectos han sido rechazados categóricamente por los estudiantes, debido a que no responden, ni en su forma ni en su fondo, a las exigencias centrales del movimiento.

En este marco, la Concertación también ha intentado establecer una mesa de negociación en base a un acuerdo político más amplio, no obstante, tanto por su responsabilidad en la estructuración y fortalecimiento de este sistema, como por la profunda desconfianza – altamente fundamentada por lo demás- que nos genera cualquier acuerdo establecido a espaldas del movimiento, tales iniciativas no han prosperado y tampoco prosperarán.

Frente a este escenario para nosotros no solo es lógico, sino que sumamente necesario que sea el pueblo, y ya no el Gobierno o el Parlamento, el que se manifieste y exprese con toda su fuerza cuál es la educación que quieren para sus familias.

Una de las formas que como pueblo tendríamos para manifestarnos , junto con las Asambleas Populares, las Marchas y Cacerolazos, Paro de Actividades Laborales, Protestas, entre otros, es efectivamente un Plebiscito Nacional . Pero NO el tipo de plebiscito que muchos tienen hoy como referente o norte, NO una negociación pactada como la de 1988, NO un acuerdo de espaldas al pueblo, NO una discusión en el parlamento, ni canje de demandas por votos, ¡Eso Jamás!

Hoy la respuesta a nuestras demandas, por ningún motivo pueden venir de mesas de negociación donde se nos presente a modo de canje el deponer las movilizaciones a cambio de comisiones de trabajo que en nada aseguran el cumplimiento cabal de nuestras exigencias. Hoy sabemos que nuestra fuerza radica en la movilización y en la alta adhesión que estas siguen teniendo.

Es por ello que exigimos la realización de un Plebiscito, pero que sea vinculante y donde la respuesta entregada por el Pueblo Soberano sea la respetada. Exigimos un Plebiscito, pero que en ningún caso su tramitación implique discontinuidad de las movilizaciones.

Exigimos un Plebiscito, pero que sea convocante y altamente participativo, teniendo posibilidad de votar en el toda la población mayor a 14 años de edad (límite legal de la responsabilidad penal juvenil); que cuente con voto voluntario e inscripción automática, y con posibilidad que se vote en el extranjero.

Exigimos un Plebiscito, pero que su pregunta sea elaborada desde el propio movimiento social, a partir de las demandas más sentidas por el movimiento estudiantil, teniendo como eje central la gratuidad de la educación y la renacionalización del cobre.

Exigimos un Plebiscito de estas características, las cuales de no cumplirse serán entendidas como una deslealtad con el Pueblo y por tanto un impulso aun mayor para seguir movilizados.

¡Hoy más que nunca debemos fortalecer las movilizaciones, demostrar que este movimiento es capaz de levantarse con fuerza por un país justo y solidario!

Tengan la certeza que no descansaremos ni claudicaremos hasta conseguir lo que nos hemos propuesto.

Por las Conquistas Populares ¡Siempre! ¡Por estratagemas desmovilizadores ¡Jamás!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.