«Los trabajadores no entienden que la riqueza que ellos han creado se la han robado y se la siguen robando cada día. La totalidad del sistema capitalista descansa en un robo así. La totalidad del sistema de leyes y gobiernos sostiene y justifica este robo. Ese es el orden de cosas denominado capitalismo, y la […]
-Alexander Berkman-
«Las leyes y las constituciones que por la violencia gobiernan a los pueblos son falsas. No son hijas del estudio y del común ascenso de los hombres. Son hijas de una minoría bárbara, que se apoderó de la fuerza bruta para satisfacer su codicia y su crueldad.»
-Rafel Barrett-
«Demasiadas personas tienen la idea de que los psicópatas son básicamente asesinos o convictos. La gente común no ha sido educada más allá de los estereotipos sociales como para entender que los psicópatas pueden ser empresarios, políticos, presidentes ejecutivos y otros individuos exitosos, quienes puede que nunca vean las celdas de una prisión.»
– Dr. Robert Hare –
El sistema de democracia representativa en España es una farsa diseñada para la conservación, desarrollo y extensión de poder por una oligarquía económica mediante una legislación favorable a sus intereses, tanto en lo relativo a sus actividades como en la conformación de un modelo social que se constituya en fuente de recursos para aquellas. El formato concreto de «monarquía parlamentaria» es una escenografía que pretende alejar del imaginario popular un concepto de «república» tan olvidado como distorsionado y demonizado, así como crear una falsa ilusión de participación popular, exclusivamente limitada a lo electoral. Eso sí, todo ello, moderno a tope, como en Suecia y Noruega. Desde 1978.
La representación política, dimensión necesaria de esta pero a todas luces insuficiente por sí misma, quedará realmente imposibilitada por el bloqueo de una privilegiada partitocracia de corte lobista que se atiene a su disciplina interna, a sus intereses directos y a aquellos de los oligarcas para los que gobiernan en las distintas instituciones. Los mecanismos de participación que contempla la legislación, más allá del voto en el ámbito de un sistema electoral perversamente diseñado, son de escasa o nula operatividad, quedando siempre sujetos en última instancia a estructuras burocráticas difícilmente franqueables (¿esperaba alguien alcanzar una suerte de «justicia social» a través de Iniciativas Legislativas Populares?)
Está ampliamente probado que ambos lados del bipartidismo que conocemos tiene su origen en el franquismo mientras que las nuevas fuerzas emergentes han sido financiadas, directa o indirectamente por intereses privados (si no entienden como tal la amplia cobertura mediática, traten de comprarla). El panorama político español hoy no es convulso: es premeditadamente espectacular. Defendí tras el 26-J que «el bipartidismo no cesa» [1], así como que, tras el asunto de la crisis del PSOE, «se reajusta el bipartidismo en España y poco más» [2]. Preguntémonos, con el ánimo de superar esta pandémica memoria de pez, qué partidos han existido en España en los últimos 40 años, qué peso tuvieron y cómo han evolucionado, o desaparecido…
Ampliemos, ahora, la pregunta al siglo anterior. Y después a toda Europa. Nuestro engreimiento es increíble. El desprecio generalizado por el pasado, por la memoria y por la experiencia es atroz. Se pretende solucionar nada con la modernidad. Con los espasmos de modernidad nos quedaremos en el mismo sitio, asumiendo, sin cuestionarlo, un pensamiento único basado, sin crítica alguna, en un «darwinismo social» eminentemente violento , una meritocracia a medida del ejecutivo de turno, una religiosidad hipócrita (venda cosas, Su Santidad) y un patriotismo rancio que dispone de su propia marca comercial. Evite leer clásicos, que son antiguos, desarrolle todo su potencial y adáptese al cambio: tú eres el único responsable de tu éxito o de tu fracaso, pusilánime de mierda [3]
En este contexto felizmente narcotizado con un patrón de consumo desquiciado y desquiciante, se transfieren las rentas, las populares y las comunes, a los intereses privados mediante la socialización de las propias pérdidas de estos últimos, la privatización a precio de saldo de los servicios públicos más rentables, una fiscalidad insultantemente benévola para quien más tiene y más roba, la disolución de derechos y salarios en el trabajo, o, incluso, mediante asignaciones públicas directas, de mayor o menor opacidad, entre otras. La desigualdad es materia prima indispensable para que este sistema funcione. Tanto como que sea debidamente invisibilizada, aquí, y en cualquier pais en que le cosan los pantalones.
Los medios de masas, incluso aquellos, escasos, de titularidad pública, hacen funciones de propaganda para el régimen político-económico y difunden un pensamiento único que convierte a cada persona en empresaria de sí misma al tiempo que se impregna el imaginario colectivo de la idea de que no hay alternativa para otra forma de vida . En este sentido hay que asumir la responsabilidad de la pereza voluntaria por la que elegimos no saber qué son «las epistemologías del Sur» [4], qué es el «pico del petróleo» (y de los materiales, y de todo,…) [5] o a qué se refiere Carlos Taibo con aquello de «decrecer, desurbanizar, destecnologizar y descomplejizar» [6].
El tratamiento de la información modula, además, la emoción de los consumidores: cada vez es esta más cruda, más detallada, más morbosa, más violenta… y más cercana, p ara terminar conviviendo con aberraciones toleradas y gritar, cómoda pero indignadamente: «¡que alguien haga algo!». D ecía Franco Berardi en «La fábrica de la infelicidad»: «Aunque sea cierto que mi cerebro es de mi propiedad, el funcionamiento social de la mente no depende de su propietario sino del contexto en el que se forma la mente, de los flujos mediáticos, de los impulsos estéticos, de las exigencias que la infosfera impone de muchas maneras. Es falsa la idea de que la mente es individual. Cuanto más tupida sea la red de interacciones comunicativas y tecnológicas entre las diversas mentes y las diversas máquinas de elaboración mental, más tiende la mente individual a ser simple articulación de la mente global».
La espectacularización de la política transforma al «idiota político» en un «hooligan político» lo que se traduce en paradojas como votar a ladrones, corruptos e incompetentes, como seña de identidad grupal, por miedos mediatizados, y, como no, sin haber leído un programa electoral. Millones de personas aún no han advertido que si votar sirviera de algo estaría prohibido, algo que resulta evidente teniendo una Ley Mordaza que apunta a lo que molesta al régimen (y al sistema). Pero nuestra percepción de la realidad se limita a los modelos de los que disponemos para describirla: por eso los gobiernos tienen tanto interés en su educación y en la de sus hijos. ¿Cuántos hooligans se han sentido, de hecho, molestos, por estas dos últimas líneas?
El régimen sirve integramente a un sistema, mientras las redes clientelares de las partitocracias se benefician de importantes prebendas y privilegios que se distribuyen mediante la alternancia en las instituciones. Con esto quiero apuntar a que no hay más conflicto real en la arena política que una pugna por posiciones privilegiadas disfrazada de «interés general» y «por el bien de España», y el reciente numerito del PSOE, no ha sido una excepción: lo «interno» de la pugna no se ha limitado al partido sino a ese bloque administrativo, esto si es transversalidad y lo demás son « errejonadas», a través del que la oligarquía produce políticas adecuadas a sus intereses (Si alguien considera que habría una alternativa a través de Unidos Podemos, que no olvide Grecia y que trate de ubicar a Pablo Iglesias en algún lugar entre el parlamento y la calle, según lo estúpido del momento [7]) .
Es fácil encontrar en los líderes políticos españoles rasgos propios de sociópatas y psicópatas, pero basta un vistazo superficial para apreciar la punta del iceberg de sus miserias: un presidente pusilánime, torpe y lacayo de Europa que vomitaba eugenesia nazi en El Faro de Vigo en los años 80 [8] y [9], un cínico y egótico profesor de universidad que no tiene intención de cambiar nada salvo su propio discurso, un charlatán con aspiraciones precocinado por el Ibex-35 y cualquier secretario general de un PSOE de origen falangista. Todo presuntamente. ¿O no?. No obstante, ¿a quien le importa?. Es, precisamente esta, una de las virtudes de la máquina.
Notas:
[1] «El bipartidismo que no cesa»
http://tercerainformacion.es/
[2] «Se reajusta el bipartidismo en Españay poco más»
http://www.tercerainformacion.
[3] «Tú eres el único responsable de tu éxito o de tu fracaso, pusilánime de mierda»
[4] Introducción: Las epistemologías del Sur. Boaventura de Sousa Santos.
http://www.
[5] The Oil Crash – Blog de Antonio Turiel Martíne z, científico y divulgador licenciado en Física y Matemáticas y doctor en Física Teórica por la Unversidad Autónoma de Madrid. Trabaja como científico titular en el Institut de Ciències del Mar del CSIC. Aboga por el decrecimiento, y es crítico de posturas sobre la ideología productivista de los diversos sistemas políticos tanto de derecha como de izquierda.
http://crashoil.blogspot.com.
[6] Sobre el colapso – Carlos Taibo
http://www.carlostaibo.com/
[7] PSOE o Podemos: ¿quién calcula para canalizar hacia el sistema la indignación popular?
[8] Igualdad humana y modelos de sociedad – Mariano Rajoy
http://www.losgenoveses.net/
[9] La envidia igualitaria – Mariano Rajoy
https://www.losgenoveses.net/
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