De acuerdo con el resultado electoral del pasado 14 de marzo, nuestra voz es la de millones de colombianos que vivimos en el exterior, forzados a ello por circunstancias económicas o políticas. No todos se manifestaron en las urnas, claro está, pero a partir de su desplazamiento es posible creer que en su gran mayoría […]
De acuerdo con el resultado electoral del pasado 14 de marzo, nuestra voz es la de millones de colombianos que vivimos en el exterior, forzados a ello por circunstancias económicas o políticas. No todos se manifestaron en las urnas, claro está, pero a partir de su desplazamiento es posible creer que en su gran mayoría no están de acuerdo con la forma como Álvaro Uribe y su grupo manejan los asuntos del país.
DECLARACIÓN:
3. En la segunda vuelta electoral no hubo opción. Los dos candidatos, representaron, cada cual por su lado, una cara de la misma moneda: el uribismo. Por lo tanto, estuvimos de acuerdo con la decisión que decretó el partido, de llamar a no votar por ningún candidato. Por eso una parte de la militancia se abstuvo y otra parte votó en blanco.
4. El PDA es hoy el único partido de oposición que hay en Colombia. Nuestra discrepancia con la forma como Uribe y Santos gobernaron al país durante ocho años y lo gobernarán en el inmediato futuro, es absoluta. No podemos acercarnos a ese grupo porque nuestra posición ética nos lo impide.
5. No aceptamos formar parte de las agrupaciones políticas que, convocadas por Santos, se aprestan a repartirse los espacios burocráticos con la miopía milimétrica que en el pasado inmediato nos llevó hacia la corrupción y la violencia en que ahora nos debatimos.
6. Pensamos que con el partido de gobierno que acaba de ser ratificado en Colombia, es imposible adelantar cualquier diálogo que resulte constructivo para los sectores populares. Como miembros de la oposición, esperamos que el PDA y sus dirigentes señalen las políticas perversas que se han consolidado gracias a las tareas que ese gobierno ha puesto en práctica, y que le ayuden al país a encontrar cuál es el camino que se debería seguir para iniciar un auténtico proceso democrático.
7. Denunciamos que lo que se ha visto hasta ahora en Colombia, es la consolidación de una dictadura basada sobre el manejo mediático que permite creer que esa forma de gobierno se apoya sobre una opinión y una mayoría. Ni esa opinión ni esa mayoría existen. En Colombia, se vive dentro de un espejismo. Nuestro propósito en el inmediato futuro es el de ayudar a que el mundo conozca la real dimensión de la tragedia que vivimos.
8. Consideramos que el millón 400 mil votos que se depositaron por el candidato presidencial del Polo Democrático no respaldaron un nombre: respaldaron una política. El candidato y los dirigentes del partido deben ser consecuentes con esa política. Cualquier gestión que se adelante ante las instancias de lo falso positivo que ahora se consolidan en el país, debe contar con el aval de millones de colombianos que estamos en la oposición y que no somos unos simples invitados de piedra. Nuestra voz debe ser consultada y escuchada.
9. Las acciones individuales de acercamiento y diálogo con el grupo que representa lo más corrupto y peligroso de la política que se hace en Colombia, no cuentan de ninguna manera con nuestro acuerdo.
10. El ejercicio parlamentario por si sólo, desdibuja el caráter de oposición. El PDA debe potenciar de manera efectiva la participación de las organizaciones sociales, comunitarias, regionales, étnicas, etc. Insertarse en los procesos sociales fortaleciendo el movimiento popular e incorporando sus reinvindicaciones. Eso es lo vital y prioritario.
11. Hacemos un llamado a la unidad del PDA. No queremos que se divida el único espacio hacia el cual pueden mirar los colombianos con la esperanza de que en el país vuelva a instaurarse un gobierno popular y democrático.
12. Firmamos con el nombre con el que hemos comenzado a señalar nuestra diferencia.