Recomiendo:
0

Populismo, colonialismo e imperialismo en dos películas de Glauber Rocha: «Terra em Transe» y «Der Leone Have Sept Cabeças»

Fuentes: Rebelión

Traducido del portugués para Rebelión por Catherine Bryan

El 29 de noviembre de 2010 se exhibió en el «43 Festival de Cinema de Brasilia», la copia restaurada de «Der Leone Have Sept Cabeças» (El león tiene siete cabezas), la película de Glauber Rocha (1) rodada en África (Congo -Brazzaville) en 1970 durante su exilio en Europa.

Esa fue la primera vez que se exhibió «oficialmente» en Brasil y los espectadores, cineastas y críticos brasileros, salieron impresionados después de la muestra. En resumen, quedaron sorprendidos por la vitalidad y la fuerza de la película desconocida del director brasilero.

Recientemente (2011) algunos amigos míos, cineastas baianos, asistieron a la película en la ciudad de Salvador y salieron vibrando no solamente por la belleza de la copia restaurada, sino sobre todo por la actualidad de «El león de siete cabezas» (LSC). Uno de los amigos cineastas me dijo (vía Skype) que, para él, la película representaba el eslabón perdido de la cinematografía (2) de Glauber: lo que le permitió comprender finalmente la difícil y compleja película «A Idade da Terra» (La edad de la tierra) del director.

«El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos», pero las películas de Glauber Rocha, el fundador del «cinema novo» (cinema nuevo) (3), continúan renaciendo una y otra vez, aun contra la voluntad de todos aquéllos (el poder militar, el poder de la media, el poder de los cineastas traidores) que querían condenar sus películas a la muerte y al olvido eterno.

En cuanto a mi propia experiencia, ví la película dos veces en el exterior: la primera vez, en la Ciudad de México en los años 80; la segunda, en los EE.UU. (una vieja copia italiana pirateada por un amigo mío) en la década de 90.

Es necesario enfatizar que la baja calidad de la copia del amigo, no me impidió atestiguar la extraordinaria vitalidad, pertinencia y actualidad temática y formal de la película: por un lado, la denuncia del imperialismo y del colonialismo; por otro, el deslumbrante enaltecimiento de la lucha de los pueblos oprimidos para liberarse del opresor por medio de los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo.

Así, por mis criterios, la película continuaba y continúa actualizada tanto en la década de 80 como en la de 90 y en el presente. Hoy, dadas las guerras recientes (y sistemáticas) del imperialismo estadounidense y de su OTAN contra los pueblos del Tercer Mundo con el objetivo de recolonizar Asia y África, creo que la película permanece tan imprescindible en el presente como en el pasado. Volveré a este punto más adelante.

Aun considero «LSC» la mejor película de Rocha rodada fuera de Brasil y creo que tiene tanta importancia como sus dos obras primas «Deus e o Diabo na Terra do Sol» (Dios y el diablo en la tierra del sol) y «Terra em Transe» (Tierra en trance), realizadas por Glauber en Brasil en los años 1964 y 1967, durante la vigencia de la dictadura militar. Sin embargo, a pesar de las diferencias, me gustaría mencionar los fuertes lazos de parentesco político entre LSC y «Terra em Transe» (TT).

Mientras espero la distribución del DVD de «Der Leone Have Sept Cabeças«, prevista para la venta al público en los próximos meses, volví a ver el DVD restaurado de «Terra em Transe» (el nuevo DVD ya está a la venta en todo Brasil y fuera de él) y decidí escribir un pequeño texto comentando, para los lectores de la nueva generación, la relevancia de ver las dos películas de Glauber para mejor imaginar y entender el actual momento histórico de América Latina, de África y de Asia en el contexto de la crisis y de la decadencia mundial del imperialismo y de su estado neoliberal.

También deseo que este texto contribuya no sólo a anticipar el entendimiento de la relación de continuidad temática (a pesar de sus diferencias formales) entre las dos películas sino también a destacar los paralelismos que continúan existiendo entre ellas y la realidad histórica nacional e internacional de nuestros días.

Ahora, me gustaría ofrecer de antemano a los nuevos lectores, algunas de las características de la visión artística de Glauber; aquellas que posibilitan que sus películas sean consideradas hasta hoy como unas de las más importantes de la cinematografía política ya realizadas, no sólo en tierras brasileras, sino en América Latina y el Tercer Mundo.

La cinematografía de Glauber se caracteriza por presentar esencialmente una gran visión política (la lucha de clases por el poder y la hegemonía social); una visión moderna (en su constante diálogo con el movimiento modernista brasilero, con el cine de Jean Luc Godard y el teatro épico-didáctico de Bertold Brecht); una visión histórica y cultural (concebida en gran escala y en diálogo con Karl Marx, Che Guevara y Franz Fanon), de figuración y sentido alegórico (en su búsqueda de tomar en cuenta la totalidad histórica aprovechando las características de los dramas teatrales del período barroco). La representación de la totalidad histórica (vía la alegoría) incluye no solamente el nivel de las contradicciones de la lucha económica y política sino el nivel de la lucha antropológica de las culturas que forman la nación brasilera, latinoamericana y tercermundista.

Así, el drama en el cine glauberiano presenta y condensa en su espacio y tiempo fílmicos los mitos, los rituales, las ceremonias, los espacios «sagrados», el arte y la música de las distintas comunidades (negras, indígenas y de la sociedad blanca). Estos elementos culturales integran la historia social a través de una figuración dramática en que los actores representan grupos, clases, naciones, intereses; y que son colectivos y objetivos por oposición a los intereses subjetivos y psicológicos del individuo moderno y burgués.

En otras palabras, la vida social se manifiesta contradictoriamente en las películas de Glauber como un grandioso drama que se expresa en las crisis (y en sus enfrentamientos), en la ruptura del orden social, en los movimientos de ascensión y decadencia de esta; en las acciones de dominación y resistencia, en las guerras de liberación, y en las travesías del pueblo oprimido y excluido en su búsqueda de justicia social.

Es desde dentro de ese universo simbólico que haré un breve comentario de la película «Das Leone Have Sept Cabeças» para los lectores que todavía no han podido verla:

El drama teatral en la película LSC, presenta y condensa brechtianamente la especificidad cultural del pueblo africano, como una poderosa arma política para enfrentar y lograr la liberación de la dominación y la explotación blanca en África. Su figuración dramática es realizada a través de personajes como Pablo, el guerrillero; Zumbi, el líder negro; Marlene, la bestia devoradora; el agente americano de la CIA; el representante del colonialismo portugués; el representante de Alemania, y Xobu, la marioneta populista que defiende como un lacayo los intereses coloniales. Estos son los principales personajes objetivos que representan grupos, clases, naciones e intereses en pugna dentro de la historia africana.

En lo que se refiere al colonialismo-imperialismo en África, el título «Der Leone Have Sept Cabeças» está escrito en cinco lenguas diferentes que representan la dominación de Alemania, de Italia, de Inglaterra/EUA, de Francia y de Portugal sobre el continente africano: Son los países que en el pasado y en el presente siguen dominando y explotando a los seres humanos y las riquezas naturales de África a beneficio de Europa y EE.UU. Son éstos (y otros), los que siguen utilizando la fuerza de trabajo africana negra, esclava o barata, al mismo tiempo en que continúan saqueando las materias primas, los minerales y las fuentes de petróleo de las naciones africanas. De este modo, la explotación y la dominación ejercidas por los países colonialistas e imperialistas continúan produciendo históricamente el hambre, la miseria, la guerra y las desgracias en el continente africano.

Desde la perspectiva de la realidad de las luchas de liberación, la película LSC rinde un homenaje implícito a los grandes héroes del pueblo africano y latinoamericano. Para aquellos que conocen algo de las luchas de liberación de África y de América Latina contra la dominación extranjera, es casi imposible mirar la película de Glauber sin evocar los nombres y figuras de Che Guevara, Lumumba, Amilcar Cabral, Nelson Mandela, Franz Fanon y otros líderes.

La temática del colonialismo, imperialismo y populismo (4) fueron originalmente dramatizados en la película «Terra em Transe» tres años antes. En ésta, el tema del colonialismo está articulado por la presencia del personaje Porfirio Díaz, así como por un conjunto de imágenes poderosas. Entre estas se encuentran las imágenes que evocan y parodian el desembarque de los primeros conquistadores y colonizadores portugueses en las playas brasileras.

En cuanto a la temática del imperialismo, está articulada en TT por la «EXPLINT» (Compañia de Explotaciones Internacionales), una corporación multinacional que patrocina el golpe militar exitoso contra el pueblo de Eldorado. En ese sentido, observo que las películas son parecidas, tienen mucho en común y yo diría que una de las diferencias notables entre las dos películas es que TT tematiza la derrota del movimiento revolucionario, mientras en LSC el movimiento revolucionario termina victorioso en su lucha contra los poderes imperialistas.

La película LSC (como TT) también presenta la temática del populismo como una forma de hegemonía, política que se organiza alrededor de las alianzas entre las clases altas (en la cabeza) y los sectores populares (en la cola). Esta forma de política ha logrado amortiguar y subordinar las luchas populares al poder establecido al crear la ilusión de que el pacto político beneficiaría a la clase trabajadora; por esta razón, el populismo es utilizado por las burguesías nacionales y extranjeras para disfrazar la forma esencial de su dominación.

En lo que se refiere al populismo como forma antidemocrática de gobierno bajo el capitalismo en América Latina, me gustaría sintetizar la trama de TT y describir una importante secuencia de escenas que revela el carácter ilusorio y manipulador del populismo:

La película cuenta la historia del poeta, periodista y joven político Paulo Martins (Jardel Filho) que, en un país imaginario (Eldorado), se encuentra dividido entre el senador Porfirio Díaz (Paulo Autran), un político colonialista/imperialista vendido a la multinacional EXPLINT, y el gobernador Vieira (José Lewgoy), un político demagogo y populista.

Después de abandonar a su amante Silvia (Danusa Leão) y al amigo Porfirio Diaz, Paulo Martins deja la capital de Eldorado y viaja para la provincia de Alecrim. Allá, comienza a creer en el discurso reformista de Vieira y con la ayuda de Sara (Glauce Rocha), una militante del Partido Comunista, decide trabajar para llevar a Vieira al gobierno de la provincia, pensando que Vieira usaría el poder para defender los intereses del pueblo oprimido (Felício y los campesinos) del país. Después de la victoria de Vieira, Paulo se ve atrapado por la política populista del gobierno y se decepciona cuando se da cuenta de la demagogía y de la corrupción del gobernador.

Paulo empieza a actuar de forma ambigua y desesperada frente al poder fascista de Porfírio Diaz (la EXPLINT) y el populismo del Gobernador. Para fortalecerse, Paulo Martins hace una alianza con Julio Fuentes (Paulo Gracindo), un industrialista supuestamente nacionalista, pero Fuentes se encuentra políticamente vacilante entre apoyar al gobernador Vieira o al senador Porfírio Díaz.

A pesar de su retórica nacionalista, Julio Fuentes traiciona a las fuerzas políticas ligadas a Paulo Martins y se asocia al capital extranjero, terminando por apoyar el golpe militar fascista liderado por Porfirio Díaz. Paulo Martins, aun intenta convencer al gobernador Vieira que resista y luche contra el golpe militar, pero el gobernador cobardemente se recusa a utilizar su poder para tomar una decisión a beneficio del movimiento popular progresista.

Enfrentado con todo y con todos, Paulo, con la solidaridad de Sara, entra en un automóvil, con una ametralladora en las manos, para intentar romper el cerco de las fuerzas militares golpistas y juntarse a la guerrilla…

El carácter manipulador del populismo se presenta en la secuencia de escenas en la cual el gobernador Vieira (acompañado de Paulo Martins, los guardas de seguridad y los policías) desciende de la colina de un tugurio (favela brasilera) para encontrarse con Felício (el líder del grupo de campesinos) que sube la misma colina acompañado de su mujer y un gran grupo de labradores.

Sin grandes efectos visuales, el poder de la secuencia está en la presentación del espacio y en el movimiento de la cámara: por un lado, esta enseña la grandeza del espacio ilimitado de la nación brasilera por oposición al espacio pequeño y delimitado donde se procesan las grandes decisiones pseudo-nacionales. El movimiento de la cámara (ahora alejándose, ahora acercándose y moviéndose entre los personajes) muestra las posiciones opuestas de los dos grupos en el espacio, con detalles significativos, como cuando el gobernador Vieira transmite señales (sin voz) con la cabeza y los ojos para que la fuerza militar aislara al líder Felício (del resto del grupo de campesinos) y de esta forma debilitarlo en la negociación política. Así, esta secuencia desarrolla la lucha trabada allí y la contradicción de los sentimientos latentes en los dos lados.

El claro/oscuro oportuno de estas escenas también muestra el malestar y la angustia de la confrontación. La posición del gobernador Vieira y su grupo en la parte superior de la colina destaca la posición de superioridad y de ventaja inicial que tiene el grupo en el poder delante del grupo de campesinos.

El contenido manifiesto del encuentro es la falta de cumplimiento de la promesa que Vieira y sus colaboradores hicieron a los labradores cuando (necesitando sus votos para ganar las elecciones), pactaron una alianza política. Los campesinos creyeron que Vieira y su grupo (al llegar al poder), realizarían algún modo de justicia social a beneficio de ellos. Así, esperaban que el gobernador Vieira regularizara la posesión de las tierras que habían sido ocupadas y beneficiadas hace mucho tiempo por ellos, los campesinos.

La secuencia concluye cuando Paulo Martins, sintiéndose «ofendido», por la fuerza de la verdad expresada por las palabras de Felício (este cuestiona la honradez política del gobierno), interviene en el diálogo y empieza a amenazar al campesino por su «falta de educación» frente al poder.

Paulo dice: -«respete al gobernador, Felício».

Para defenderse de la prepotencia de Paulo, el discurso del campesino se refiere al envolvimiento del poeta en el mismo tipo de manipulación política.

El dice:-«Dr. Paulo, Usted prometió… Dr. Paulo… Dr. Paulo, Usted era mi amigo…»

Exasperado por la verdad de las palabras de Felício, Paulo, usando la violencia que el poder le legitima, derriba y golpea al representante de los campesinos, negándole en su habla la promesa que había sido hecha:

«Yo no le prometí nada», dice él.

Hay otras brillantes secuencias escénicas (que no describiré) que ponen en tela de juicio la doble repulsa de Glauber del populismo: el rechazo del populismo como forma de representación política para el pueblo oprimido y el rechazo del populismo como modo de representación de la historia social en las artes y en el cinema.

Para aquellos que piensan que el populismo, como forma antidemocrática de dominación política, ya desapareció de Brasil, de América Latina, y del resto del mundo, permítanme recordarles que uno de los mayores espectáculos de la eficacia política del populismo en la actualidad fue evidenciada recientemente, durante las elecciones para el puesto de presidente de los Estados Unidos de América (EUA): el caso de Barak Obama. Después de elegido, B. Obama, en su ejercicio del poder presidencial, ya traicionó a los valores y a las promesas hechas a los electores que votaron por él; los electores esperaban que él realizara las reformas socio-económico-políticas que fueron prometidas. El tiempo pasa y Barak Obama se ha revelado como uno de los más cínicos populistas ya producidos por la política estadounidense. Barak Obama ha seducido y engañado a millones de individuos que creyeron en sus promesas de «gran líder» y promotor de la justicia social.

El texto cinematográfico de las películas de Glauber se refiere a un contexto y a una coyuntura histórica que ha existido empírica y simbólicamente en el pasado, pero ha continuado en nuestro presente y se proyecta aun hacia nuestro futuro. Por esa razón, los signos textuales predominantes del contexto histórico, pueden ser resumidos en los términos: colonialismo, imperialismo, populismo, dominación política, explotación económica, dictadura, trance, creencia, pueblo, negro, esclavitud, apropiación de riquezas (acumulación de Capital), marionetas.

Ya nos referimos a la «EXPLINT» en TT, como un signo emblemático del dominio económico y político del imperialismo sobre Brasil y América Latina: en los años 60 y 70 el imperialismo volvió a utilizar la tradicional dictadura militar para derrotar el avance del movimiento popular en Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, y para defender el sistema capitalista imperial.

Para aquellos que hablan del fin de las dictaduras en América del Sur y América Central debería recordarles dos irrefutables conjuntos de acontecimientos y signos destacados por la historia reciente del imperialismo:

1) el  éxito del golpe de estado de Michelleti y de los militares (con el apoyo y la colaboración de la administración de Barak Obama) contra el gobierno de Manuel Zelaya y el pueblo hondureño en 2009. Por eso, prevalece la continuidad de las prisiones, de las torturas y del asesinato de los trabajadores, periodistas, profesores y estudiantes bajo la dictadura (disfrazada de democracia) de Porfirio Lobo en Honduras;

2) Los intentos (rechazados a tiempo) de los golpes militares en contra de los Presidentes Hugo Chávez y Rafael Correa, elegidos y reelegidos por la voluntad constitucional del pueblo de Venezuela y Ecuador. Estos intentos de golpes de estado fueron promovidos por sectores militares penetrados por organizaciones financiadas por USAID (United States Agency for International Development) y NED (National Endowment for Democracy de EUA), agencias del gobierno de USA (United States Secretary of State) que funcionan como fachada institucional para promover el financiamiento ilegal de organizaciones y actividades conspirativas y para realizar los golpes de estado a favor de los intereses de USA pero en contra de los gobiernos que no obedecen la voluntad política del gobierno estadounidense.

Lo que escribimos arriba sobre la vigencia del imperialismo en América del sur y Central continúa siendo escandalosamente válido para África y Asia también.

En el caso de África, un continente lleno de recursos naturales donde sus pueblos y sus territorios han sido explotados durante siglos por las potencias coloniales y capitalistas, los africanos se enfrentan (desde el gobierno del expresidente George W. Bush) con una nueva versión del neocolonialismo, desde que el exsecretario de estado, Donald Rumsfeld, inventó el U.S. Africa Command o AFRICOM (Mando África de Estados Unidos).

Aunque intente promover una imagen humanitaria de que AFRICOM proporciona la ayuda militar «generosa» de EE.UU. a la seguridad y al desarrollo económico social africano, el objetivo fundamental de la organización, como ya sabemos, es controlar militarmente el petróleo (5), el oro, los diamantes y todo tipo de riquezas del continente, desde las minerales hasta las ecológicas.

En pocas palabras, AFRICOM es en realidad, un organismo militar que trata de garantizar la reproducción del colonialismo y del imperialismo a través de la dominación militar para asegurar el abastecimiento energético de EE.UU. por el continente africano.

Aun con todas las estrategias por parte del gobierno y de la gran media para ocultar la participación de EE.UU. en las guerras en el continente africano, es imposible bloquear con una cuchara la luz del sol y de la verdad por largos períodos históricos.

Gracias al trabajo de instituciones, periodistas e investigadores honrados (tales como Wikileaks, Julián Assange, Bradley Manning, Daniel Elsberg y otros) estamos hoy razonablemente informados de parte de los acontecimientos que involucran EE.UU. en las guerras imperiales, en sus prisiones y tortura y en el asesinato masivo de la población resistente al dominio extranjero.

Recientemente, fuimos informados (la información aún está encubierta) de que la ONU continúa ocultando los reportes sobre la participación del gobierno de Estdos Unidos en el genocidio de Paul Kagame contra más de tres millones de africanos en Ruanda y el Congo (6).

En el continente asiático, la resistencia a las guerras imperiales contra el pueblo de Irak, Afganistán, Pakistán, rebasaron el sistema de control y ocultamiento del gobierno de EE.UU. y una parte de las informaciones referentes a los bombardeos, a los asesinatos de la población nativa, a las prisiones y a las torturas de los resistentes por el Imperio han sido divulgados relativamente a nosotros en el occidente

Actualmente, las informaciones y los datos recientes sobre las rebeliones en Túnez, Egipto, Jordania y otros países de África y Asia en contra de las dictaduras favorables a los intereses de EE.UU. e Israel, enseñan de modo claro y contundente que la visión política y la perspectiva histórica en pro de la liberación de la dominación articuladas en las películas «Tierra em Transe» y «Das Leone Have Sept Cabeças» quedan plenamente justificadas y legitimadas bajo la luz de nuestro momento histórico.

Esas son algunas de las razones complementarias para no dejar de asistir a las imprescindibles películas políticas, modernas, alegóricas y totalizadoras de Glauber Rocha.

Notas:

1) Glauber Rocha nació en la ciudad de Vitória da Conquista en el estado de Bahia y se trasladó a la ciudad de Salvador (la capital del estado) con su familia cuando tenía nueve años.

Durante su juventud, Glauber desarrolló un gran interés en las artes, especialmente el teatro y el cine y se unió a un grupo teatral de la ciudad de Salvador. Fue muy activo en la política y a los dieciséis años comenzó a trabajar para un periódico local donde debutó como crítico de cine.

Más tarde, como estudiante universitario, tomó clases de Derecho, pero decidió dejar los estudios, abandonando la carrera de abogado para convertirse en periodista y director de cine.

Después de dirigir la película Barravento, quedó famoso por filmar su trilogía compuesta de «Deus e o Diabo na Terra do Sol» , «Terra em Transe» y «O Dragão da Maldade Contra o Santo Guerreiro» también conocida como «Antonio das Morte»s. Todas esas películas han sido reconocidas mundialmente con la obtención de muchos premios (mejor película, mejor director, etc) en los diversos festivales internacionales de cine (Canes, Berlín y otros).

En 1971, durante la dictadura militar brasileña, se marchó del país en un exilio voluntario, viviendo en muchos lugares, tales como Chile, Cuba, México, España, Portugal, Italia, Francia y otros.

Además de películas, Glauber escribió varios libros que van desde la crítica cinematográfica a la literatura de ficción.

Rocha falleció en Portugal el 22 de agosto de 1981, a los cuarenta y tres años.

Se casó tres veces y dejó cinco hijos. Una de sus hijas, Paloma Rocha, junto a la abuela, Lucia Rocha, son las directoras de la fundación brasilera «Tempo Glauber» y responsables por el cuidado del legado cultural de Glauber y de la restauración de sus películas.

2) Abajo está una relación con todas las películas de Glauber conocidas hasta el momento. Las que están en negrita son aquellas que he podido ver en Brasil o en el exterior:

1959 –Patio, cortometraje, blanco y negro; 1959 – Cruz na Praça, cortometraje, blanco y negro; 1961 – Barravento, largometraje, blanco y negro; 1964 – Deus e o Diabo na Terra do Sol (Dios y el diablo en la tierra del Sol); largometraje, blanco y negro; 1965 Amazonas, Amazonas, cortometraje, color;1966 – Maranhão 66, cortometraje, blanco y negro; 1967 Terra em transe (Tierra en trance), largometraje, blanco y negro; 1968 – 1968, cortometraje, blanco y negro; 1969 – O Dragão da Maldade Contra o Santo Guerreiro (Antonio das Mortes), largometraje, color; 1970 – Cabeças Cortadas (Cabezas cortadas), largometraje, color; 1970 –Der Leone have Sept cabeças, largometraje, color; 1972 – Câncer, largometraje, blanco y negro; 1974 – Historia do Brasil, largometraje, blanco y negro; 1975 – As Armas e o Povo, largometraje, blanco y negro; 1975 – Claro, largometraje, color; 1977 – Di (o Di-Glauber y Di Cavalcanti), cortometraje, color; 1977 – Jorjamado no Cinema, largometraje, color;

1980 – A idade da terra, largometraje, color 1985 – História do Brasil (post mortem)

3) Hacia mediados de 1960, Glauber Rocha planteó un resumen de las ideas del «Cinema Novo» en la expresión «Estetica da Fome» (Estética del Hambre), que se refería a la producción de películas politizadas de muy bajo presupuesto que tomara una actitud agresiva contra los códigos cinematográficos dominantes. La demanda del «cine del autor» procedente de la Europa moderna – la negación de las limitaciones técnicas, de los valores de la producción, y de los códigos narrativos – adquirió en Brasil un empuje anticolonialista. La búsqueda del «Cinema Novo» para lograr un modo de producción capaz de superar el subdesarrollo económico llevó al axioma bien conocido: Para hacer un cine legítimo, todo lo que se necesita es «una cámara en la mano e ideas en la cabeza».

Dejando atrás los sueños industriales y reconociendo sus desventajas materiales, el «Cinema Novo», afirmó su valor cultural a través de la fuerza ideológica de su búsqueda constante de un estilo original de película que fuera capaz de convertir la escasez de medios en un canal para la experimentación estética.

4) El término «populismo» utilizado por este texto se refiere a una política que se caracteriza por un «modo» de ejercicio del poder que funciona a través de una mezcla de plebeyez, autoritarismo y dominación carismática. Su característica básica es el contacto directo entre las masas y el líder carismático, supuestamente sin la mediación de un partido político. Para ser elegido y gobernar, el líder populista trata de establecer un vínculo emocional (no racional) con el pueblo. Eso supone tener una retórica y hacer alianzas que cuenten con la simpatía de las masas para seducir a las clases de menor poder adquisitivo con el objetivo de lograr los votos y la legitimidad que el líder carismático requiere.

5) Sobre AFRICOM ver «Militarización de la política energética: el AFRICOM y el Golfo de Guinea» en el link:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=121410

6) Sobre Paul Kagame, EE.UU. y el genocidio en África ver «La crisis de Ruanda podría poner al descubierto el papel de EEUU en el genocidio en Congo» en el link:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=112403

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

rCR