Nuevamente son los hijos de los ricos los que tienen todas las herramientas para entrar a la universidad, desde un espacio donde estudiar con tranquilidad, la plata para pagar un buen preuniversitario, el no tener que trabajar y estudiar a la vez, además de establecimientos en condiciones óptimas. Somos los hijos e hijas de la clase quienes estudiamos en liceos que se caen a pedazos, que vivimos la precariedad en la casa y que no se nos prepara para entrar a la universidad.
31 de los 50 establecimientos con mejores puntajes a nivel país pertenecen a las comunas más ricas de la Región Metropolitana (Fuente: Fundación SOL)
Esta martes se publicaron los resultados de la PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior) y nuevamente, como podemos ver año tras año, más de la mitad de los establecimientos con mejores puntajes se encuentran en las comunas más ricas, en Las Condes, Vitacura, La Reina, Providencia y Ñuñoa, en los liceos donde estudian los hijos e hijas de los ricos (siendo 49 de estos particulares pagados).
El ministro de Educación, Nicolás Cataldo, dice que, «No es a la prueba a la que hay que solicitarle que resuelva las brechas, ni que tampoco dé información de la calidad de la educación». Desde el gobierno piden a las universidades que no se publiquen los análisis de resultados, mientras tanto miles de jóvenes populares ven en la práctica cómo nuevamente se nos niega el acceso a la universidad desde antes de la prueba.
Nuevamente son los hijos de los ricos los que tienen todas las herramientas para entrar a la universidad, desde un espacio donde estudiar con tranquilidad, la plata para pagar un buen preuniversitario, el no tener que trabajar y estudiar a la vez, además de establecimientos en condiciones óptimas. Somos los hijos e hijas de la clase quienes estudiamos en liceos que se caen a pedazos, que vivimos la precariedad en la casa y que no se nos prepara para entrar a la universidad.
Si bien un buen número de estudiantes populares logran acceder a la universidad, para ello tienen que sortear una serie de condiciones adversas para rendir una buena prueba, muchas veces implicando una carga en la salud mental; otros muchos se ven arrastrados a optar por Centros de Formación Técnica (CFT) e Institutos Profesionales (IP) y el resto directo a trabajar.
Ante esto sigue siendo necesario encontrarnos y organizarnos, la lucha estudiantil no termina en diciembre, debemos denunciar y darle la pelea a las pruebas estandarizadas como la PAES y el SIMCE, construir organización en nuestras casas de estudio y fuera de ellas.
¡A barrer con la educación de mercado!
¡A luchar por una educación al servicio de la clase trabajadora!
Estudiantes por la Causa Popular