«Es la misión histórica de la clase trabajadora hacer desaparecer el capitalismo». Raúl Eduardo Mahecha, Vanguardia Obrera, Barrancabermeja, 1924. El presente artículo pretende hacer un reconocimiento a la memoria sobre el nacimiento de la Unión Sindical Obrera-USO y su importancia histórica, para lo cual se tomó como referencia básica el subcapítulo titulado «Fundación de […]
Raúl Eduardo Mahecha, Vanguardia Obrera, Barrancabermeja, 1924.
El presente artículo pretende hacer un reconocimiento a la memoria sobre el nacimiento de la Unión Sindical Obrera-USO y su importancia histórica, para lo cual se tomó como referencia básica el subcapítulo titulado «Fundación de la Sociedad Unión Obrera», escrito por los historiadores Renán Vega Cantor, Luz Ángela Núñez Espinel y Alexander Pereira Fernández, en el libro Petróleo y protesta obrera. La USO y los trabajadores petroleros en Colombia. Tomo 1: En tiempos de la Tropical.
Antecedentes
Cuando se otorgó la Concesión de Mares en 1906 hasta su traspaso fraudulento a la Tropical Oil Company en 1919, para la explotación del petróleo, Barrancabermeja sólo era un pequeño corregimiento de San Vicente de Chucurí, pero en la década de 1920 se convirtió en municipio y se constituyó en la segunda ciudad del departamento de Santander. La riqueza del subsuelo por el oro negro permitió que en este territorio se implantara un enclave petrolero durante 35 años.
A principios del siglo XX, el pequeño puerto de Barrancabermeja estaba habitado por unas cien personas, mientras que en San Vicente de Chucurí vivían alrededor de mil. En 1907, tenía 415 habitantes, en 1919 ya eran 1450 y en 1927, se calculaba que en el Centro de Barrancabermeja vivían 5000 trabajadores y 200 estadounidenses, de un total de 12.000 habitantes que tenía el municipio. La creación de la Tropical Oil Company (Troco) generó un nutrido proceso de migración, que fueron enganchados muchos obreros que provenían de las sabanas de Bolívar, Sucre, Córdoba, también oleadas de antioqueños y de santandereanos, que se adaptaron al clima y los duros trabajos requeridos para iniciar la explotación del petróleo, como los hacheros y macheteros trabajando como peones.
Entre los años de 1919 y 1922, la Troco para enganchar a los trabajadores les prometía lo divino y lo humano, pero los obreros se decepcionaban muy rápido al ver que las promesas no coincidían con la realidad: no existía un adecuado aprovisionamiento de agua potable para el consumo humano, pues no había plantas de tratamiento ni acueducto; las circunstancias de trabajo tampoco eran atractivas, ya que los obreros laboraban en extensas jornadas de 10 y 12 horas, de lunes a sábado, recibiendo muy mala alimentación; además, eran alojados en campamentos inadecuados, sin ningún tipo de servicio sanitario ni protección que impidiera la entrada de mosquitos; las condiciones higiénicas de las habitaciones en donde debían pernoctar los trabajadores no eran dignas.
A pesar de las denuncias de prensa sobre las lamentables condiciones de trabajo de los obreros petroleros, la Troco afirmaba que las difíciles situaciones de trabajo y de vida de la población obrera estaban compensadas por los salarios que pagaba, «nominalmente los mejores del país», y se escudaba en esta premisa para negarse a asumir las demandas obreras de mejorar las condiciones de trabajo y aumentar los salarios (89 años después por causas similares se volvió a repetir lo mismo en Puerto Gaitán-Meta con los obreros petroleros, viéndose obligados a realizar varias huelgas durante el segundo semestre del 2011 contra la empresa multinacional Pacific Rubiales, siendo perseguidos los líderes de la USO).
Fundación de la Sociedad Unión Obreros (hoy USO): 10 de febrero de 1923
Las indignas condiciones laborales y de vida imperantes en el naciente enclave petrolero de la Tropical originaron las primeras protestas de los trabajadores, que en un principio fueron espontáneas, individuales y desorganizadas. Por eso, es importante entender las razones objetivas y subjetivas, que explican la aparición de una organización sindical en el seno del enclave petrolero de Barrancabermeja.
Entre los factores objetivos se encontraban las pésimas condiciones materiales de vida y de trabajo que tenían que soportar los trabajadores como jornadas extenuantes, pésima alimentación, falta de hospitales, servicios médicos y el maltrato a que eran sometidos por los capataces, en su gran mayoría coterráneos. Los factores subjetivos, hicieron posible una embrionaria conciencia de clase, la cual sólo se adquiere y se consolida mediante la lucha contra la explotación y la opresión de manera organizada.
Estos factores objetivos y subjetivos permitieron, a pesar de todas las dificultades, que el 10 de febrero de 1923 se fundara en la clandestinidad La Unión Obrera o La Unión Obreros, los nombres originarios de la Unión Sindical Obrera (USO). A orillas de la quebrada La Putana se reunió la primera junta directiva de la Unión Obrera. Fueron los dirigentes socialistas Manuel Francisco Hernández, José María Blanco, Pedro Sosa, Dionisio Vera, Juan F. Moreno, Víctor Pájaro, Alfredo Campos y Rozo Carrascal, quienes declararon fundada la Sociedad Unión Obreros y distribuyeron los cargos directivos. El primer presidente de la Sociedad Unión Obreros, su denominación original, fue E. Sánchez Sanmiguel y como Secretario General fue escogido Raúl Eduardo Mahecha. Si bien, el documento fue emitido el 12 de febrero, es necesario aclarar que la reunión clandestina inaugural se llevó a cabo el día 10 de febrero de 1923 (véase contenido de la copia de la carta original).
Es importante señalar que el Secretario General Raúl Eduardo Mahecha Caycedo (1884 Guamo-Tolima – 1940 Barrio Olaya-Bogotá), fue el nervio de la embrionaria organización de trabajadores, su promotor y constructor. Desde septiembre de 1922, en Barrancabermeja se presentó un cambio significativo en las condiciones de organización y de lucha de los trabajadores petroleros, cuando llegó a la región el curtido líder obrero y popular Mahecha, con experiencia combativa en diversos lugares del país y en especial en los puertos del río Magdalena.
Cuando Mahecha llegó al puerto arrendó un cuarto en una de las desvencijadas casas de la población y allí empezó a ofrecer sus servicios como abogado, anunciando que sólo cobraba «honorarios para favorecer a los obreros». A la vez, comenzó a prepararlos espiritualmente, fundando el periódico Vanguardia Obrera que editaba por medio de una imprenta volante de su propiedad. En esta prensa se empezaron a denunciar las iniquidades de la compañía y las desastrosas condiciones de vida de la población obrera. Fueron lemas del periódico: «Las libertades no se piden, se toman«; «Trabajo o revolución social» y «Es la misión histórica de la clase trabajadora hacer desaparecer el capitalismo«, frases que siguen siendo vigentes en la actualidad, en especial para que la clase trabajadora siga luchando.
Por sus permanentes denuncias, la asesoría que les proporcionaba a los obreros y su entrega en las labores organizativas, soportó la calumnia por parte de la Troco que siempre lo calificó como un ex presidiario que no merecía ser escuchado. A medida que el trabajo organizativo de Mahecha cosechaba frutos, siendo el más importante la fundación de la Unión Obrera, la compañía estadounidense empezó a presionar al gobierno para que lo persiguiera. Aquél tuvo que soportar amenazas, multas, luego prisión y ostracismo tras las huelgas de 1924 y 1927.
La labor de Mahecha en Barrancabermeja le dio dignidad y autoestima al obrero colombiano, haciéndole comprender que era un creador de riqueza cuyo trabajo beneficiaba a la Troco. Esta autoestima adquiría un carácter de reivindicación nacional ante la explotación a la que el imperialismo estadounidense sometía al país y a sus habitantes. Él fue el dirigente indiscutido del movimiento obrero en la zona petrolera de Barrancabermeja en la década de 1920, una de sus acciones más resonantes fue su bandera de lucha: La reivindicación de los tres ochos (8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de estudio) como símbolo de las dos primeras huelgas de 1924 y 1927, época en que fue encarcelado en dos oportunidades. En la primera permaneció 13 meses preso y en la segunda, junto a los principales organizadores, fueron detenidos y llevados después a Tunja, donde se les torturó, sometiéndolos al terrible suplicio del cepo (véase foto). A comienzos de 1928, se fue para Ciénaga a continuar un nuevo combate contra la United Fruit Company, para ayudar a organizar la huelga de finales de 1928.
La historia de la fundación de la USO, las luchas obreras, campesinas, populares y de los pueblos afrodescendientes, indígenas y mujeres, han sido invisibilizadas. Es lamentable que en las mayorías de los textos escolares de Ciencias Sociales se cuente la historia oficial, pero es tarea y compromiso del movimiento sindical y obrero y de los historiadores comprometidos persistir en la recuperación de la memoria histórica desde los de abajo. Los 91 años de lucha de la USO se constituyen en un referente y oportunidad única para repensar, reivindicar y dignificar, el valioso legado aportado por los luchadores sociales, muchos y muchas desconocidos (as), que esperan dignamente ser estudiados.
CONSIGNAS DE LA ÉPOCA
¡UNA OFENSA HECHA A UN OBRERO, ES UNA OFENSA HECHA A TODOS!
¡VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIAL! ¡VIVA COLOMBIA! ¡VIVA EL OBRERISMO!
¡TRABAJADORES, HACIA PUERTO WILCHES! ¡NO MÁS CADENAS DE LA TROPICAL!
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
¡EL OBRERISMO LUCHA POR LOS DESCAMISADOS, LOS INDEFENSOS Y HARAPOSOS!
(*) Rafael Antonio Velásquez Rodríguez es Investigador independiente y profesor de la Institución Educativa El Castillo en las áreas de Ciencias Sociales y Filosofía, Barrancabermeja, Colombia.
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