El mismo RCN no ha dicho nada en la radio. Tampoco ha acusado ni una sola vez en su canal de televisión al ejército de ser los asesinos del camarógrafo de RCN, HÉCTOR SANDOVAL, y WALTER LÓPEZ, conductor del equipo de RCN-Televisión en Cali, dirigido por la periodista LUISA ESTELA ARROYAVE, hoy exiliada en Canadá […]
El mismo RCN no ha dicho nada en la radio. Tampoco ha acusado ni una sola vez en su canal de televisión al ejército de ser los asesinos del camarógrafo de RCN, HÉCTOR SANDOVAL, y WALTER LÓPEZ, conductor del equipo de RCN-Televisión en Cali, dirigido por la periodista LUISA ESTELA ARROYAVE, hoy exiliada en Canadá por las amenazas de muerte del ejercito.
Ese equipo periodistico, igual que otros, siguieron la pista de la columna guerrillera de las FARC que había retenido los once diputados de la asamblea del Valle el 12 de abril 2002. Desde un helicóptero fueron ametrallados por el ejército colombiano con el resultado fatal. Como esto fuera poco, el edificio de RCN en Bogotá fue victima de un rocketazo al día siguiente como advertencia de ¡»NO TOQUE EL TEMA, LES PUEDE COSTAR CARO»!
Hoy, no solamente el presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, acusa y sentencia la guerrilla de las FARC por los asesinatos de los once diputados el 18 de junio, sino RCN, Caracol, El Tiempo, para no hablar de los jueces de los jueces en el gremio de los periodistas; la emisora «W», que se siente que tiene derecho de estar por encima todo el sistema judicial, tildando de «guerrillero» a todos aquellos que creen que el ‘periodista’ no puede ser tan categórico y acusar sin tener la más mínima prueba o ni siquiera indicios sobre temas tan delicadas como la tragedia de los once diputados.
El cubrimiento de la prensa colombiana de la tragedia de la muerte de los once diputados ilustra una total subordinación de Uribe y a los organismos de inteligencia de las Fuerzas Militares colombianas. Los medios mencionados han acatado la terminología oficial que no tiene nada que ver con un periodismo profesional. Hay excepciones, hay que reconocerlo, como el caso de Néstor Morales, quien dirige el programa «Hora 20» de Caracol, que en una crónica sobre la muerte de los once diputados publicada en El Nuevo Siglo hoy, 4 de julio 2007, acusa a sectores politicos de aprovechar «La tragedia politizada», y rechaza con indignación «el oportunismo político en relación con las víctimas del secuestro».
Los periodistas de RCN pusieron las cartas en la mesa
Por una casualidad estuve con varios periodistas de RCN unas pocas semanas después de que sus colegas en Cali habían sido atacados por el ejército y asesinados por balas de la ametralladora Punto 60 del helicóptero militar. Concluyeron: «No nos permiten decir nada sobre el caso, si lo hacemos. . . .»!
Y ahora, cinco años después de la retención de los once diputados del Valle y la muerte de ellos, se ha iniciado una campaña y cacería de brujas contra todo y toda aquel que tenga una opinión contrario del presidente en el sentido que éste no puede expedir acusaciones y sentencias con un impresionante facilismo sin esperar hasta que se pueda hacer una investigación real e imparcial de la tragedia y facilitar la entrega de los cuerpos de los once. Cada uno que reclama esta exigencia elemental y básica es calificado de vocero de la guerrilla y debe irse rápido del país.
Pero los medios, que tienen la obligación democrática de cuestionar el poder, se han convertido a megáfonos del presidente, en sus corifeos.
¿Alguién ha escuchado o visto los periodistas o los directores de RCN reclamar justicia por sus colegas o empleados asesinados en el 2002? Claro que no, porque no se atreven, sin embargo, lo harían si no fuera por los lazos políticos entre el estado-Uribe y los dueños del país, los mismos dueños de Colombia, los mismos dueños de RCN, quienes imponen el orden del día.
Los medios ni siquiera investigan cuando son asesinados sus propios trabajadores, reporteros o personal. Ese es el caso de RCN.
El regaño a los periodistas del general Mora
El general Jorge Enrique Mora, entonces jefe del ejército, dijo en una rueda de prensa el 13 de abril 2002, que los reporteros «no deben meterse en la zona de conflicto», notablemente irritado y molesto por la cobertura que los medios habían hecho a la acción de la guerrilla, en las narices de la fuerza pública. Fue tan vergonzante y humillante para los militares ya que toda la acción fue filmada por un equipo de televisión local y por un equipo de la misma guerrilla.
«En los retenes, los militares amenazaron de muerte a los periodistas que seguían la pista de los guerrilleros. Y en los Farallones fue ametrallado durante dos horas nuestro equipo de RCN que iba a cubrir el hecho por el canal. Primero mataron a Walter López, el conductor y después Héctor Sandoval, camarógrafo que cayó herido mortalmente LUISA ESTELA ARROYAVE fue rescatada por otros colegas, entre ellos uno de El Tiempo, de ser asesinada por el helicóptero que disparaba con ametralladora Punto 60 durante dos horas», fueron las palabras de varios periodistas de RCN que me contaron un par de semanas después de los sucesos en Cali.
Ejercito lanzó un rocket contra RCN
Estuvimos en el hotel Peñol en el municipio de Girardot, en el mes de abril, 2002. Angelino Garzón, el entonces ministro de trabajo del gobierno de Andrés Pastrana, invitó a los periodistas que cubríamos el mercado laboral. Los periodistas del canal RCN en esa época «soltaron» ampliamente la lengua, indignados por los asesinatos de sus colegas, preocupadísimos por la futura suerte de su colega Luisa Estela Arroyave y por el «rocketazo» que había lanzado el ejército contra la instalación de RCN en Bogotá.
Fue una increíble acción militar que «falló con unos metros pero que tumbó una bodega al lado, por supuesto, porque era solo una advertencia del ejército. «Por si acaso revelábamos o investigábamos algo sobre los asesinatos de nuestros compañeros de trabajo, nos iban a mejorar la puntería», decía un periodista. Otra periodista relató como todo el edificio y la sede de RCN temblaba en la explosión del rocket, «un arma que la guerrilla no posee», agregó, «solo el ejército».
Los organismos internacionales de periodistas se pronunciaron, condenando la acción asesina y peligrosísima por parte del ejército y sus organismos de inteligencia contra los periodistas de RCN. Pero en Colombia los medios de comunicación estaban como mudos y paralizados sobre el asunto, el tema no se tocaba para nada. Escribí un artículo publicado en el semanario VOZ y otros medios internacionales. Pero en Colombia reinaba el silencio total sobre los muertos de RCN.
Fue un «episodio» :Director de RCN
Pasaron dos años de los sucesos en Cali. Pedí una entrevista al director del RCN, Álvaro García para sondear hasta donde había llegado la investigación y el por qué del silencio de ellos. Le pregunté:
• ¿Y que pasa, Álvaro García, director de RCN-televisión, con la investigación de sus dos trabajadores asesinados por el ejército en los Farallones el 12 de abril 2002?
«Realmente las investigaciones hasta donde tenemos conocimientos, no han avanzado mucho. El tema quedó en las manos de la Fiscalía General (Camilo Osorio, mano derecha de Uribe, acusado ser «parafiscal», salvando militares como el general Rito Alejo del Río). Y por el otro lado, hay otra ala de la investigación que esta en la justicia penal militar. Porque, como tú lo decías, hubo participación de fuerzas militares en ese episodio. Por eso ellos están en la obligación de investigar que fue lo que pasó. Hasta ahora no hemos tenido resultados precisos de la cuestión. Han pasado dos años y no tenemos la certeza absoluta en detalles que fue lo que realmente sucedió esa tarde en los Farallones de Cali y que terminó con la muerte de nuestros dos compañeros».
Comparen el vocabulario del director de RCN acerca el asesinato de sus empleados: «episodio». ¿Qué vocabulario utilizan ahora cuando se trata de los autores de los once diputados asesinados o muertos? «¡Asesinados por la guerrilla!» y punto.
Los medios repiten sin descansar
El canal RCN entrevista el presidente Uribe que aprovecha la «tribuna» que ofrece RCN para tildar a la guerrilla categóricamente de «asesinos de los once diputados». Sin pruebas, sin investigaciones, sin testigos que puedan corroborar esa versión. Es decir: En Colombia el presidente ha reemplazado las autoridades policiales y judiciales y ha expedido su sentencia sobre un suceso de tremenda dimensión en el país. Uribe es juez y parte. Y los medios repiten sin descansar lo declarado por el presidente. Pero RCN no aprovecha la oportunidad a preguntar a Uribe un juicio por sus compañeros de trabajo, asesinados el 11 de abril 2002 por el ejercito en los Farallones de Cali. Se vuelven cómplices no solamente con el estado sino con la impunidad en general.
Dice Álvaro García en la entrevista del 2004 que no sabe en «detalles» que pasó. No solamente es una declaración cínica con los familiares de los dos empleados de RCN asesinados, sino que niega todas las pruebas y antecedentes y niega así el periodismo investigativo y serio. O lo más probable; Álvaro García no tiene aval de los dueños de RCN de decir la verdad, porque entonces se choca con los intereses políticos que los dueños tiene con los militares y el actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe, el mismo Uribe que recibió millones en aporte a su campaña electoral el 2002 y el 2006 por parte de los dueños del país y también el apoyo de los narco-paramilitares.
«Atrapados en medio de fuego cruzado»: RCN
Y hice la siguiente pregunta al director de RCN:
¿»Hasta donde ha llegado el propio trabajo de investigación periodística de RCN para poder aclarecer los asesinatos de sus dos compañeros?»
«Bueno, no mucho más que las investigaciones (de la Fiscalía, nota del redactor) y (…) del testimonio que dio Luisa Estela Arroyave de que habían quedado atrapados en medio de fuego cruzado (Sic!) y cayeron disparos muy cerca, . . . eh, . . . eh, . . eh, . . . probablemente de los helicópteros que estaban patrullando la zona, aunque también de la parte alta montaña había movimientos de gente armada, tanto la guerrilla como el ejército. Realmente ha sido imposible saber que fue lo que pasó esa tarde.»
Ahora si sirve la declaración «atrapado en medio de fuego cruzado», pero cuando se trata de los once diputados muertos el 18 de junio solo hay un asesino sin ninguna investigación: Las Farc.
Pero lo más palpable y vergonzante, para no decir penoso es que la cadena RCN no ha investigado absolutamente nada en un asunto tan propio, tan personal y delicado como es la muerte de dos compañeros de trabajo. El señor García sabe perfectamente bien, que ni la Fiscalía y menos la Justicia Penal Militar, va a sindicar al ejército y al general Mora por haber sido los responsables de las muertes de los dos integrantes de RCN. Álvaro García prefiere dejar los asesinatos de sus dos colegas en la impunidad para así proteger los asesinos del ejército esa tarde en Los Farallones de Cali. Por que ahora debe concentrarse en los ataques frontales contra la guerrilla de las FARC, acusándolas si, de ‘asesinos de los once diputados’, sin tener, como el presidente, ni siquiera los cadáveres, porque el mismo presidente no quiere que se realice una investigación forense que determine la causa de las muertes y el tipo de balas utilizadas, menos sabiendo de las circunstancias de los sucesos confusos el 18 de junio.
¿No será más bien que el presidente Álvaro Uribe Vélez sabe a ciencia cierta quiénes cometieron el asesinato? ¿No será que el presidente Álvaro Uribe sabe a ciencia cierta quiénes son el ‘grupo no identificado’ al que se refieren las FARC?
Cuestionar cada declaración del poder
En vez de apoyar a los familiares en su dolor y de facilitar las entregas de los cuerpos de los once diputados, la prensa colombiana se convierte en vocera de Uribe. Le va a costar caro cuando los estudiantes en la facultad de comunicación social, no solamente de Colombia, sino en el mundo, tomen el ejemplo del cubrimiento de los once diputados y como ejemplo de cómo los medios pueden ser instrumentos para fines políticos, olvidando su sagrado deber: cuestionar cada declaración del poder.
Solamente así se descubre, desenmascara y mejora la democracia. Todo lo demás lo vemos hoy en Colombia, donde la histeria y la cacería de brujas es canalizado a través medios como RCN, Caracol y El Tiempo.
Fuentes:
Los medios de RCN y El Tiempo asume el vocabulario de los militares
Por: Dick Emanuelsson (especial para ARGENPRESS.info)* (Fecha publicación:19/02/2006)