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Rueda de prensa del senador Jorge Enrique Robledo

«Por sus manipulaciones y mentiras en el caso Odebrecht, el fiscal Martínez debe renunciar»

Fuentes: jorgerobledo.com

En primer término, agradecerles a todos ustedes, señoras y señores, estar aquí con nosotros, particularmente a la prensa. También mis saludos a quienes nos ven por los medios electrónicos. Actúo por mandato de la Constitución y la ley Inicio señalando que estoy aquí en cumplimiento de mis deberes legales y constitucionales. Parte del trabajo de […]

En primer término, agradecerles a todos ustedes, señoras y señores, estar aquí con nosotros, particularmente a la prensa. También mis saludos a quienes nos ven por los medios electrónicos.

Actúo por mandato de la Constitución y la ley

Inicio señalando que estoy aquí en cumplimiento de mis deberes legales y constitucionales. Parte del trabajo de un senador es el control tanto político como público, expresamente estipulado por la Constitución y por la ley. Actúo aquí entonces por mandato de la Constitución y de la ley. Y el control político y público, como el que he hecho en todos los años, incluye la lucha contra la corrupción. Este debate no es un pleito personal con nadie. No caigo en la mezquindad de convertir el trabajo de un senador en un pleito personal con alguien. Aquí estamos ante una responsabilidad legal inherente a mis funciones como congresista elegido por el voto popular.

Aunque es probable que haya quienes no lo vean así, este es un debate de una inmensa importancia para el país y para todos los ciudadanos colombianos, porque es un pleito sobre la corrupción, sobre cómo debe atenderse un problema que tanto daño le hace al país. Ese ciudadano, ese campesino por allá perdido en algún rincón de Colombia, debe interesarse por lo que está pasando aquí hoy.

La mentira suele ocultar propósitos peores

Parto de la idea de que nadie debe mentir y mucho menos los funcionarios públicos. En los países mediamente serios, pillar mintiendo a un funcionario público es de una gravedad inaudita, ustedes lo saben. En los países medianamente civilizados no se tolera la mentira como conducta de gobierno. Y menos puede mentir un fiscal. Es que un fiscal es un súper poder, con 30 mil funcionarios a su cargo. Pero además representa la dignidad de la nación. Estamos hablando entonces de un funcionario de altísimo nivel que no puede mentir en un caso como este, absolutamente escandaloso y bochornoso, que ha destapado una parte inmensa de las lacras nacionales. El escándalo de Odebrecht no es un asunto de menor cuantía. Apenas equiparable, pienso yo, con el Proceso 8.000, pero este guarda unas implicaciones especiales, repito, que no son de menor cuantía. Ahora, cuando se miente, se hace con ciertos propósitos. La mentira no es un fin, es un medio. Quien falta a la verdad, quien engaña, va detrás de otros objetivos si se quiere más graves, como robar y tantas otras cosas que encubre una mentira.

La corrupción destruye a Colombia

La corrupción destruye a Colombia de muchas maneras. Es un hecho al que le he dedicado buena parte de mi trabajo aquí en el Senado. Y lo de Odebrecht es todavía más dañino, todos lo sabemos, dados los inmensos poderes tocados por sus sobornos, ya admitidos en público. Diría que no hay gran poder en Colombia, ni en el sector público, ni en mucha parte del sector privado, ni en la clase política que ha gobernado a este país desde siempre, que no esté de alguna manera tocado directamente o indirectamente por este escándalo. Entonces aquí enfrentamos una lucha descomunal, la lucha entre quienes queremos la verdad, toda la verdad, perturbe al que perturbe, moleste a quien moleste, y los grandes poderes empecinados en que el tapen-tapen prevalezca. Es el gran pleito que tenemos aquí. Nos debe interesar en particular cómo está actuando la fiscalía, la institución encargada de esclarecer este asunto. Porque si no lo esclarece la fiscalía, quién lo va a esclarecer.

En otro país, les digo con toda franqueza, dada la importancia de la justicia -es que este es un debate también sobre la justicia y sobre la verdad-, el señor Martínez Neira ya se habría caído, porque están probadas desde hace días sus falsedades y las mentiras. Ya se habría caído. Y sin embargo, ahí sigue muy orondo, como si nada hubiera pasado.

Los impedimentos del fiscal

Expliquemos que este es un pleito sobre el tema de los impedimentos. ¿Se debe declarar o no impedido el señor fiscal? ¿Debe hacerse a un lado en esta investigación? Hacerse a un lado, no para que no se haga la investigación, sino para que la asuman otros funcionarios que no tengan las relaciones que a él lo comprometen con algunos de los involucrados. Que el señor fiscal se declare impedido no quiere decir que acepte ningún crimen ni ningún delito. Se trata simplemente de asumir un principio cuya importancia es bien sabida, y es que el juez, el mejor juez, no debe estar involucrado en los asuntos que investiga, porque las cercanías debilitan la objetividad. Y por eso la ley le ordena declararse impedido.

Aquí ya ha habido impedimentos históricos. El fiscal Montealegre se declaró impedido por haber asesorado a Saludcoop. El anterior vicepresidente de la República lo hizo en negocios de amigos muy cercanos a él. También el ministro de Agricultura, en el caso de una ley que podía favorecer a un primo hermano suyo. Y no es que estuviera ninguno de ellos reconociendo un crimen. Se hicieron todos a un lado para que la justicia pudiera obrar de la mejor manera y para que otros funcionarios actuaran. Porque tampoco es verdad que haya solo un funcionario que sea capaz de actuar. Otros muchos colombianos pueden actuar debidamente.

Lo que le dije entonces al doctor Néstor Humberto Martínez es que usted está impedido para actuar en ese caso. Está impedido, y por ahí empezó la discusión, porque usted tiene unas cercanías inmensas con el doctor Luis Carlos Sarmiento Angulo, que como todos lo sabemos, es socio de Odebrecht en la Ruta del Sol. Fue la exigencia que le hice en mi primera rueda de prensa. Simplemente le cité una serie de normas y demostré que en ese negocio el doctor Sarmiento Angulo y el Grupo Aval eran socios de Odebrecht, que ya había confesado ser una empresa en buena medida delincuente. No estoy aseverando que ya esté condenado el doctor Sarmiento Angulo. No. Estoy diciendo que es un asunto que está ahí y que la cercanía del fiscal con él lo obligaba a declararse impedido. El señor fiscal afirmó en esa ocasión que no creía que él debiera declararse impedido. Hasta aquí solo había una diferencia de opiniones, un debate que uno podía aceptar como tal.

¿Qué es lo que sucede? Que empiezo a allegar más pruebas para demostrar vínculos cada vez más estrechos que lo inhabilitaban. Y él, en vez de asumir una actitud positiva, porque resulta que ambos somos servidores públicos y se supone que él me debe colaborar a mí, porque yo estoy investigando en representación del Congreso de Colombia, en vez de colaborarme, repito, él se dedica a maltratarme y, aún más grave, se dedica a defenderse faltando a la verdad. Si él hubiese sido coherente, lo que hubiera hecho habría sido aceptar que no solo tenía esa relación con el doctor Sarmiento Angulo, sino también otras, y habría concluido afirmando que no por ello estaba impedido. Porque esa es su teoría. Que él no está impedido, porque hay unos fiscales delegados que son los que vienen actuando.

Pero en vez de facilitarme las cosas, se dedica es a ver cómo me desacredita y, de paso, a ocultar una serie de hechos que son los que hemos venido ahora destapando. Y cuando yo le descubría un hecho, él me respondía con otra mentira, con el cálculo de engañar a los colombianos y desacreditar a quien estaba haciendo esfuerzos por esclarecer la verdad.

Los ocultamientos y mentiras del fiscal

Veamos los hechos. Primer asunto. El caso Navelena, que fue por donde empezamos. Él sigue sin explicar por qué en una investigación de solo once días salió por los medios a decirle al país que no había «ninguna posibilidad» de corrupción, es la frase textual, en el caso de Navelena. Fue un acto por lo menos de pasmosa irresponsabilidad. Por el contrario, nosotros, en una investigación de pocos días, lo único que hemos descubierto son cosas horribles allí en Navelena. Él no vio o no dijo que hubiera visto el crédito de los 120 mil millones de pesos, un crédito que estaba vencido y posiblemente esté perdido, porque las garantías son malas. Él no se dio cuenta tampoco de que en el negocio estaba metido Otto Bula, nada menos que con una comisión de 6 mil millones de pesos. Él tampoco se dio cuenta de que hubo una prima de éxito extraordinaria de 4.500 millones de pesos. Él no se dio cuenta de nada.

Pero más grave aún. Él actúo a sabiendas de que el doctor Luis Carlos Sarmiento Angulo y él mismo eran parte del negocio de Navelena. Aquí ya estamos hablando de alguien que oculta una información clave. No se miente de una sola manera. La verdad también tiene que ver con no ocultar las cosas. ¿Y qué descubrimos en Navelena? Que el doctor Luis Carlos Sarmiento Angulo, y por ahí empieza el impedimento, es nada menos que el banquero de inversión de ese negocio a través de Corficolombiana, que está en ese negocio, Corfioccidente. Se descubrió también con el paso de los días que el crédito de los 120 mil millones se hace en parte para cambiarle un crédito al Banco de Occidente, una deuda privada que se iba a perder, para que más bien la perdiera el sector público. Estamos hablando de hechos gravísimos cometidos por una persona que disfruta de una inmensa cercanía con el fiscal.

Encontramos además, porque nos dio la información el Banco Agrario, recibida a su vez de Corficolombiana, que él mismo, Martínez Neira, era asesor de Navelena. No era solo la cercanía a un amigo suyo que era parte del negocio en Navelena-Odebrecht, sino que él mismo estaba en el negocio. Y nosotros hicimos entonces una segunda rueda de prensa, ustedes han estado en todas, y dimos las pruebas. Dijimos, aquí hay una prueba que nos entrega el Banco Agrario para demostrar que el doctor Martínez Neira está en ese negocio.

¿Y cuál fue la respuesta que dio? Volvió a mentir sobre las pruebas, salió a armar un montón de enredos, a impugnar un tipo de letra que había en la información y a descalificarme, a atropellarme, a maltratarme, simplemente porque yo había dado unas pruebas hoy absolutamente fehacientes. Y él es tan de malas, que la tercera prueba que me aporta la Vicepresidencia Jurídica del Banco Agrario es nada menos que una asesoría de 52 páginas prestada por una firma llamada MNA Martínez Abogados y firmada por el hijo del doctor Martínez Neira. A estas alturas les podemos decir que esa empresa es en el ciento por ciento de la familia de Martínez Neira. Él posee el 45 por ciento, la esposa el 48 y los hijos el resto. Y sin embargo, ustedes se acuerdan de cómo me trató porque yo había dado esta información. Y vean lo curioso. Porque después de que yo diera la información, él no volvió a decir una sola palabra sobre el tema.

Además a Navelena, asesor del Consorcio de la Ruta del Sol

El otro caso es el de la Ruta del Sol. Como lo informamos en la segunda rueda de prensa, el hijo de Martínez Neira ha reconocido que tiene entre sus clientes a la Concesionaria Ruta del Sol. Luego por eso también se debe declarar impedido el señor fiscal, porque el impedimento se predica también de los familiares. Ese 21 de febrero que él salió a confundir y a enredar a los colombianos dijo que sí, que reconocía que tenía una asesoría con la Ruta del Sol, que se hizo en el 2012 para un contrato de estabilidad jurídica. Se vio obligado aquí a reconocer otro vínculo que inicialmente había tenido oculto, un vínculo que ha debido contar desde el principio.

¿Cuál es el problema que a él le aparece ahora? Que la Concesionaria Ruta del Sol nos envía una información, ya en poder de ustedes, señores periodistas, y de los colombianos, según la cual, no fue un único contrato de asesoría con la Ruta del Sol, como lo afirma el señor fiscal, sino tres. Vuelve el doctor Martínez Neira a faltar a la verdad. Y más grave aún, aduce que el contrato es del 2012, un contrato de estabilidad jurídica, pero la verdad, según las pruebas de la Concesionaria, es que el contrato del 2012 buscaba nada menos abrir la posibilidad de otorgar un contrato a dedo para la vía Gamarra-Ocaña. Estamos hablando de temas peliagudos. Uno entiende por qué el señor fiscal ha venido empeñado en ocultar esa información o en falsificarla.

Silencio sobre mis cargos

Estamos hablando de negocios en estos tres contratos por cien millones de pesos. Por eso me he atrevido a afirmar que en los bolsillos del señor fiscal hay cien millones de pesos que le fueron pagados por Odebrecht y por el doctor Luis Carlos Sarmiento Angulo, sin saber todavía cuánto le haya llegado por el caso de Navelena. Pagos que no son en sí mismo ilegales. Son pagos que simplemente demuestran que se ha debido declarar impedido. Y cuando saqué esta última prueba, entonces él salió ayer a los medios y la respuesta que da es que no abre la boca sobre mis acusaciones de sus contratos con la Ruta del Sol. Tampoco dijo nada sobre las mentiras que había urdido antes. Nada. La declaración aquí la tengo, nada, como si unas acusaciones de tanta gravedad no existieran o no fueran de peso para que un fiscal se refiriera a ellas. Ustedes deben también recordar, porque algunos periodistas me lo comentaron aterrados, que el mismo día de mi tercera rueda de prensa, cuando destapé estos horrores, en especial el caso de la asesoría de su hijo, con la prueba abrumadora que teníamos, él salió y le dijo al país que yo me había retractado de las acusaciones. Una información calculada para engañar a los colombianos, porque claro, él juega a que tiene mucho más acceso a los medios que yo. Todos sabemos que no me retracté de ninguna manera, sino que por el contrario, lo que hice fue lanzar nuevas acusaciones.

Las muchas firmas con las que actúa el fiscal

Él ha armado un enredo con los nombres de las firmas. Si ustedes lo detallan y sé que les cuesta trabajo seguir el caso, porque si me cuesta trabajo a mí y a mis asesores, deben ustedes de estar como en babia, no porque les falte inteligencia, sino porque es complejo y el tiempo muy escaso. Bueno, hemos encontrado que el doctor Néstor Humberto Martínez Neira, y alguien lo debería investigar, ha montado en los últimos años al menos diez empresas con 22 razones sociales. Es el caso de DLA Piper Martínez Beltrán Asociados, con cuatro razones sociales distintas. Él tendrá sus motivos y deberá explicar por qué actúa así, pero lo que sí es el colmo es que las utilice para enredar y para hacer afirmaciones que no corresponden con la realidad.

Los fiscales no tienen la autonomía de los jueces

La otra argucia esgrimida por el doctor Martínez, inaceptable, y él lo sabe bien, es que ha intentado poner el debate en que no debe declararse impedido porque los fiscales son autónomos. Tampoco es cierto. La autonomía está escrita en el papel, pero en la práctica todos sabemos que los fiscales no se asemejan a los jueces. Los jueces tienen un grado de autonomía de que no gozan los fiscales. Hoy me lo recordaba alguien que ha sido fiscal. Me explicaba que los fiscales son delegados del fiscal, o sea, actúan en nombre del Fiscal. Y es lo que ha sucedido siempre. No es verdad que esos fiscales que están mirando el caso de Odebrecht no tengan que rendirle cuentas y actuar como lo diga el propio fiscal general.

Como si fuera poco, hace ocho días sacó él una resolución, la 1053, que endurece el control del fiscal sobre los fiscales delegados, amenazándolos incluso con procesos disciplinarios si no hacen lo que él dicta, si no le cumplen la línea que él les tire a las investigaciones. Luego ahí también hay una verdad a medias que al final termina siendo una mentira completa. Porque aquí lo que estamos debatiendo es si él debe declararse o no impedido y el tema guarda también relación con este asunto de las autonomías.

Es sospechoso el empecinamiento del fiscal

A mí a estas alturas ya se me ha hecho sospechoso el empecinamiento del doctor Martínez Neira y debo decirlo con toda claridad. Porque el impedimento es evidente, lo dicen todos los colombianos. Pero además, señor fiscal, cuando usted se pone a falsificar la verdad, cuando supuestamente podría lucirla sin problema porque este es un debate sobre impedimentos, entonces a uno le empieza a parecer sospechoso el empecinamiento, como si el fiscal pretendiera llevar esta investigación en alguna dirección, porque, no se me olvida, él tiene negocios con Luis Carlos Sarmiento Angulo y con Odebrecht, ambos parte del proceso. Y porque es amiguísimo del propio presidente de la República, y porque fue uno de sus jefes de campaña, y porque fue uno de los mayores recaudadores de recursos para la campaña de 2014 del presidente Juan Manuel Santos. Y porque es muy cercano a las fuerzas de la Unidad Nacional y del Centro Democrático. Pregunto, qué colombiano con poder involucrado en el asunto de Odebrecht no goza de algún tipo de vínculo social, económico o político con ambas colectividades, ¡ah, bueno!, y en su caso, también con el partido del vicepresidente de la República.

Y hay algo que me preocupa mucho. Si ustedes se fijan en las informaciones de prensa, por infidencias que se filtran de la fiscalía, se está llegando a la conclusión de que no hubo soborno en el caso del otrosí de la Ruta del Sol, el de Gamarra-Ocaña, que es el contrato clave del fiscal Martínez Neira con esta empresa, de la que se sabe que hizo sobornos por 4,5 millones de dólares. Por las informaciones que salen en los medios, que tienen origen en filtraciones de la fiscalía, han ido pasando del delito de soborno a una especie de infracción relativamente menor de los códigos electorales. Son las anomalías que enturbia en este proceso.

El fiscal debe renunciar

Entonces les digo con toda franqueza, después de llevar semanas mirando el caso con detenimiento, he perdido de manera absoluta mi confianza en el señor fiscal, el doctor Néstor Humberto Martínez. Cómo puedo confiar en él con todo lo que ha venido pasando. Y cualquier colombiano que haya seguido el proceso tiene que haber llegado a la misma conclusión. No hay cómo confiar en el señor fiscal. Y resulta que es él quien tiene como tarea aclarar este hecho gravísimo.

Entonces debe renunciar a su cargo. Debe renunciar porque ha faltado a la verdad en materia gravísima. Y eso lo convierte en un pésimo ejemplo para el país. No puede salir adelante un país cuyas altas jerarquías, cuyas élites, le manden al país el mensaje de que todo vale y de que yo, muy poderoso, soy capaz hasta de prender un cigarrillo debajo del agua. Así no se puede. Es un problema de respeto al país, a la dignidad nacional, porque los colombianos nos merecemos respeto. Debe terminar ese cuento de que aquí la élite pública y privada puede hacer lo que se le dé la gana. ¡Cómo así! Qué tipo de democracia se predica. ¿No importa la verdad?

Es en defensa de la verdad y la justicia por lo que el señor fiscal debe renunciar a su cargo. Qué estarán pensando los colombianos que necesitan pronta y cumplida justicia con situaciones como esta.

El doctor Néstor Humberto Martínez Neira debe renunciar por las conveniencias de Colombia, por la dignidad, por el progreso. Es lo que estoy planteando hoy con toda claridad.

Fuente original: http://jorgerobledo.com/por-sus-manipulaciones-y-mentiras-en-el-caso-odebrecht-el-fiscal-martinez-debe-renunciar/