La vergüenza y el desprestigio que causa el haber abandonado y olvidado a sus propios agentes por más de 14 años en las montañas de Colombia, causa sonrojo ante la comunidad nacional e internacional por más cinismo que se tenga. Y más aún si ha sido el ejército adversario, quién de manera unilateral, en gesto […]
La vergüenza y el desprestigio que causa el haber abandonado y olvidado a sus propios agentes por más de 14 años en las montañas de Colombia, causa sonrojo ante la comunidad nacional e internacional por más cinismo que se tenga.
Y más aún si ha sido el ejército adversario, quién de manera unilateral, en gesto humanitario, tomó la iniciativa de devolverle al Estado a sus soldados y policías, que habían perdido la libertad en acciones del conflicto.
«Que no haya ningún show mediático», han dicho una y otra vez el Presidente, el ministro de Defensa y otros personajes del Gobierno, en su afán de minimizar, silenciar y esconder, lo que es una derrota en lo ético, moral y militar.
Hay muy pocos gobiernos y ejércitos en el mundo, que se hayan despreocupado y olvidado de sus propios soldados y agentes de policía, cuando han perdido la libertad a manos de sus adversarios en los campos de batalla. Varios fueron los presidentes en Colombia, que sin la mínima grandeza y sin un mínimo de gesto patriótico, se negaron a realizar un acuerdo humanitario para traer a militares y policías sanos y salvos a sus hogares. También fueron varias las ocasiones en que los gobernantes y las cúpulas castrenses prefirieron la lotería de los rescates a sangre y fuego, en los que muchos agentes del Estado perdieron la vida. La última ocasión ocurrió en noviembre pasado, donde 4 miembros de la fuerza pública que iban a ser liberados murieron en el fallido intento.
Son algunas de las razones por la que el presidente Santos y el ministro Pinzón, no desean que haya testigos internacionales ni prensa en las próximas liberaciones. Al respecto, el viceministro de Defensa, Jorge Enrique Bedoya, dijo que la nobel de paz, Rigoberta Menchú, quien había sido invitada como garante del operativo, no podrá participar en el proceso de liberación por las FARC de los 10 militares y policías.
«Si la señora Rigoberta Menchú quiere venir al país es una decisión individual pero lo que hace referencia al operativo de liberación, el ministro de Defensa ya dejó claro cómo se procederá», aseguró Bedoya.
«De esa misma manera el Gobierno Nacional agradece cualquier interés o motivación que tengan Gobiernos de otro país, organizaciones civiles, e incluso personas de otras nacionalidades a participar en esto», agregó entre otras cosas el viceministro.
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