Entrevistamos al vocero mapuche lafkenche Awka Castro para conocer el estado de salud de los comuneros, el conflicto en torno a sus demandas, las acciones de Gendarmería para debilitar la huelga y el aumento de la militarización en el territorio circundante al Lleulleu.
El pasado 6 de julio, once PPM recluidos en la cárcel de Lebu iniciaron una huelga de hambre líquida en apoyo a las demandas de sus hermanos de la cárcel de Angol, Temuko y al machi Celestino. Ninguno lleva más de seis meses recluido, y todos se encuentran bajo prisión preventiva por distintas causas.
Respecto a las demandas afirma “no estamos exigiendo ningún favor, sino la aplicación real de leyes que ya están establecidas y que el Estado ha aceptado. Pero vemos una doble moral y una falsedad porque el Estado aplica el convenio 169 cuando le conviene, cuando quiere hacer una consulta indígena, cuando quiere que lleguen proyectos extractivistas a nuestros territorios, solo ahí utilizan este recurso. Pero cuando se trata de hermanos mapuches no se puede”.
Gendarmería quiere dividirlos y alejarlos de sus familias
El día lunes los abogados defensores notificaron de la solicitud realizada por gendarmería para trasladar a los PPM de la cárcel de Lebu hacia la cárcel de El Manzano de Concepción, utilizando como argumentos el supuesto hacinamiento de los presos, el contagio de COVID-19 y motivos de seguridad.
Gracias a las gestiones de la red de apoyo de los PPM, las audiencias realizadas el 28 y 29 de julio de César Millanao y Oscar Pilquiman desestimaron la solicitud de traslado. Hoy jueves se resolverá la situación de los nueve PPM restantes.
Pero el vocero señala que los motivos de Gendarmería son falsos, la cárcel de Lebu es un recinto de menor envergadura y destinado solo a imputados con capacidad de albergar hasta 21 presos, y en la actualidad hay once. Además no existen contagios de COVID 19, mientras que en El Manzano sí.
“Vemos intenciones de parte de Gendarmería de dividirlos y claramente alejarlos de sus familias. Comprendemos que la mayoría de los hermanos viene del cono sur de la provincia de Arauco, de la comuna de Cañete, Tirúa y Contulmo, y llevarlos a Concepción significaría un esfuerzo para las familias de estar viajando casi 200 kilómetros dos veces por semana para saber de su estado, llevarles su encomienda, su comida, sus cosas personales”, señala Awka.
Respecto a la situación de Tomás Antihuen, joven de 18 años detenido en contexto de manifestaciones por PPM, explica que desde el inicio fue dejado bajo prisión preventiva y trasladado hacia el Manzano al sector de imputados. Como se encontraba en aislamiento preventivo, recién el 29 de julio pudo tener contacto con abogados y familia. Su audiencia se realizará la próxima semana y solicitarán el traslado hacia la cárcel de Lebu. Si esto no ocurre iniciará una huelga de hambre como medida de presión.
Situación actual de los PPM de Lebu
En el transcurso se han realizado dos visitas por médicos de confianza. Awka asegura que la mayoría ha evidenciado una pérdida de peso entre 5 y 6 kilos, y ya han empezado a sentir los síntomas naturales de una huelga de hambre, cefaleas agudas, mareo persistente y fatiga por la falta de hidratación, y muy irritables de ánimo. Además está el factor de enfermedades pre existentes que aumentan los riesgos.
Ningún acercamiento real de parte del gobierno.
El gobierno mediante el Colegio Médico de Chile, intentó crear una mesa a cargo del subsecretario de justicia. No obstantes los PPM y sus comunidades exigen la presencia del ministro de Justicia Hernán Larraín como único intermediario válido para encontrar una salida política a esta situación.
“Comprendemos que lo que nosotros estamos exigiendo es algo que ya está establecido en la ley. Si no se hace es por motivos políticos. Entonces consideramos que tenemos que hablar con alguien que realmente tenga la capacidad política de decidir (…) El subsecretario de justicia se ha acercado, sabemos que ha estado en conversaciones con el machi Celestino Córdova, pero frente a los otros huelguistas, los hermanos de Lebu y Angol, no ha existido ningún acercamiento”, señala Auka.
Aumenta la presencia policial y militar
Señala que desde el inicio de la huelga de hambre la represión y militarización ha ido en aumento, marcando presencia en carreteras y en los ingresos a las comunidades de los sectores de resistencia. Además se ha reportado en la zona sobrevuelos de reconocimiento táctico de aviones militares en la zona pertenecientes a la Armada de Chile y la Fuerza Aérea. Frente a esto, el vocero afirma que “la respuesta al proceso de movilización que ha surgido ha sido únicamente la persecución, la represión y la judicialización de nuestros hermanos”.