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Pretérito imperfecto

Fuentes: El Siglo

Es el título del libro de Memorias que el destacado periodista Guillermo Ravest presentó en Santiago el pasado lunes 14 ante un público numeroso. Sus comentaristas fueron José Miguel Varas y Mónica González, figuras de la profesión. Nuestro compañero Ravest, «el chino» como se le conoce, viajó especialmente desde México en donde reside, naturalmente acompañado […]

Es el título del libro de Memorias que el destacado periodista Guillermo Ravest presentó en Santiago el pasado lunes 14 ante un público numeroso. Sus comentaristas fueron José Miguel Varas y Mónica González, figuras de la profesión. Nuestro compañero Ravest, «el chino» como se le conoce, viajó especialmente desde México en donde reside, naturalmente acompañado de Ligeia Balladares, también periodista, escritora y comunista, su inseparable compañera de medio siglo.

Un libro riguroso, serio y a la vez cálido y entretenido, cuya presentación fue un reencuentro con los agitados años del pasado democrático. Recordar los finales de la década del 40, los gobiernos que se sucedieron, la gestación de la Unidad Popular, el triunfo de Allende, el golpe. Los avatares de nuestro periódico, por entonces diario El Siglo. Los años, se dijo esa noche, de Rodrigo Rojas, de Jeannette Gallo, de Virginia Vidal, de la propia Ligeia, y yo agrego de Raúl Iturra Falca, (a)»Tomás Gordo» del gran poeta Mellado, de Marcel Garcés, del chico Soza, de Sepúlveda, sin olvidar a Jaime Adaro y a tantos otros. En fin, un tiempo brillante de la prensa de izquierda del cual el autor del libro fue uno de los destacados.

Por cierto Ravest, en el capítulo final, nos cuenta minuto a minuto cómo fueron las últimas horas de Radio Magallanes la mañana del 11 de septiembre del 73, el trabajo de libretistas, locutores, radiocontroladores, la nerviosa grabación, reproducción y distribución del histórico discurso de Salvador Allende, su propia conversación final con el presidente y el valor del pequeño grupo que en la radio del PC vivió esas horas dolorosas.

Con palabras precisas Guillermo define el marco general del momento que hoy vivimos y dice : «Los represores y los animadores culturales de la ignominia conviven junto a la memoria de los ausentes. Transitan por las mismas veredas quienes los humillaron y quienes les lloran. A casi dos décadas de que formalmente fueran guardadas las bayonetas, continuamos siendo una sociedad de inacabables transiciones hacia la democracia, la justicia, la ética, la equidad social, la verdad. Redefinir nuestra convivencia sigue siendo una tarea pendiente«. Diagnóstico exacto.

Guardando diferencias de tiempo y distancias, en su tiempo también razones tuvo Vicente Huidobro cuando a comienzos del siglo pasado publicó a propósito del Centenario de Chile, su «Balance del Centenario» en el que nos veía como un pueblo » sin entusiasmo» y advertía «¡Pobre país, hermosa rapiña para los fuertes!….. las inmensas riquezas de nuestro suelo son disputadas a pedazos por las casas extranjeras……fijan los precios de nuestra materia prima al salir y los precios cuando vuelve elaborada…….vengan los cuervos…..Chile aparece como un inmenso caballo muerto tendido en las laderas de los Andes bajo un gran revuelo de cuervos».

En un artículo de 1909 Luis Emilio Recabarren escribió a su vez que «la verdadera emancipación del pueblo no sonará hasta tanto el pueblo mismo se eduque, se organice y se emancipe de la tiranía burguesa y capitalista como lo ha oprimido toda la vida…» ….

Un país en que un candidato presidencial » de izquierda» se baja. Pero no para apoyar al candidato de la Izquierda, Jorge Arrate, sino para apoyar a otro del mismo sistema que dice combatir. Un país cuyo ejército sigue siendo una caja de lamentables sorpresas, ya sea porque recontrata a honorarios a torturadores de la DINA, o por las sospechosas andanzas de oficiales en complicidad con mercaderes de armas y de helicópteros. Resulta pues que no sólo el pretérito es imperfecto. Hay que modificar el presente para mejorar el futuro.