Los estadounidenses sufren prohibiciones oficiales por las cuales se proscribe la publicación de literatura de diversos países, entre estos Cuba, lo cual fue objeto de una demanda judicial en esta ciudad, informó la prensa local. Un grupo de organizaciones que representan a editoriales y autores demandaron la víspera al gobierno federal, al que acusan de […]
Los estadounidenses sufren prohibiciones oficiales por las cuales se proscribe la publicación de literatura de diversos países, entre estos Cuba, lo cual fue objeto de una demanda judicial en esta ciudad, informó la prensa local.
Un grupo de organizaciones que representan a editoriales y autores demandaron la víspera al gobierno federal, al que acusan de impedir la publicación e ingreso a Estados Unidos de obras de escritores de Cuba, Irán y Sudán.
La demanda fue presentada en un tribunal federal en Manhattan y constituye un reclamo para que la justicia elimine las restricciones de la administración del presidente George W. Bush por las cuales se bloquea el intercambio libre de información e ideas.
«Los norteamericanos que deseen información sobre Cuba, Irán y Sudán están limitados a leer lo que ya ha sido escrito en esos países», consigna el texto presentado al tribunal.
El documento hace notar la labor de censura ejercida por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro, encargado de hacer aplicar las prohibiciones dispuestas al efecto por la Casa Blanca.
Entre los demandantes están la «Association of American University Presses», la «Association of American Publishers», y el «American Center» del PEN Club.
En el caso de Cuba, Estados Unidos aplica una política de bloqueo por más de 45 años, a cuyos efectos no escapan ni siquiera la literatura científica ni los avances médicos conseguidos en la isla.
Tal postura impide incluso que ciudadanos estadounidenses se beneficien de medicamentos y vacunas desarrollados por científicos cubanos, cuyos trabajos de investigación requerirían de licencias especiales y engorrosas para poder ser difundidas en territorio norteamericano.
El bloqueo también viola las libertades ciudadanas de los estadounidenses, impedidos de poder viajar a la vecina isla, pero también obstaculiza los intercambios de todo tipo, incluso deportivos y culturales.
Las nuevas medidas dictadas por la Casa Blanca como parte de un plan para lo que en Washington llaman la «transición pacífica en Cuba», llegan al extremo de impedir a equipos deportivos infantiles de aquel país topar con sus pares cubanos.
Recientemente en el Capitolio se aprobó una enmienda destinada a levantar las prohibiciones de viajes a Cuba. Sin embargo, la cúpula legislativa republicana repite maniobras de antaño para impedir que tal propósito llegue en forma de ley al despacho de Bush, quien ha prometido vetar cualquier alivio al bloqueo.