El Caribe es el mar de los proscritos. Sus vientos, olas y corrientes traen y llevan navegantes, que se desplazan mutuamente. Desde 1492 se inicia en el Caribe la Primera Guerra Mundial, que durante tres siglos se peleará en todos los océanos para decidir la hegemonía en Europa, y la de Europa sobre el mundo […]
El Caribe es el mar de los proscritos. Sus vientos, olas y corrientes traen y llevan navegantes, que se desplazan mutuamente. Desde 1492 se inicia en el Caribe la Primera Guerra Mundial, que durante tres siglos se peleará en todos los océanos para decidir la hegemonía en Europa, y la de Europa sobre el mundo hasta 1939. Sus huestes son los proscritos.
INDÍGENAS
Oleadas de pobladores que serán luego llamados originarios arriban desde África, Asia, Oceanía, proscritos por las guerras tribales o el hambre. Durante el primer milenio de la era cristiana se expanden por el Caribe los agricultores arawaks, que para la llegada de los europeos presentan una incipiente estratificación social (Roberto Cassá: Los indios de las Antillas; Editorial Abya Yala, Quito, 1995, p. 263). A la vuelta del milenio empiezan a desplazarlos los guerreros y navegantes caribes insulares, galibis o kalinagoum, comunidades igualitarias sin diferencias de clases, que establecen una confederación cultural extendida desde el Trópico de Cáncer al de Capricornio (Britto García, Luis: Señores del Caribe: indígenas, conquistadores y piratas en el mar colonial: Fondo de Tradiciones Caraqueñas, Caracas, 2001, pp. 12-34).
CONQUISTADORES
A partir de 1492 invaden el Caribe los europeos e imponen un remedo de la misma sociedad de castas que los había proscrito. Sus huestes en gran parte se reclutan entre siervos feudales desplazados, desposeídos, prófugos de las leyes contra los pobres e incluso criminales. El trabajo es maldición bíblica, que los conquistadores evaden. Primero someten a esclavitud a los indígenas, hasta que la Corona española lo prohíbe, pero desde 1504 permite la de los caribes. Los conquistadores entonces esclavizan a todos los indígenas llamándolos caribes. El maltrato y las pestes de los europeos exterminan casi totalmente en apenas un siglo a los aborígenes de las Antillas Para el arribo de Colón se estima que viven en La Española (hoy República Dominicana) 300.000 indígenas; para 1508 sobreviven 60.000; en 1510 quedan 46.000: en 1512 restan 20.000; Hernández de Oviedo duda que en 1540 queden 5.000 (Eric Williams: From Columbus to Castro: the history of the Caribbean 1492-1969; Andre Deutsch, Londres 1978, p. 33).
ESCLAVOS
Los africanos son secuestrados por otros africanos y luego vendidos a los europeos que necesitan mano de obra en América. Jack Hawkins, en sociedad con Isabel I de Inglaterra, desde 1565 geometriza la infamia con la operación llamada «El Triángulo»: lleva baratijas a África, las cambia por carne humana y la trueca en América por mercancías que acarrea a las islas británicas. Unos sesenta millones de vidas se perderán en esta infernal trinidad. Durante casi cuatro centurias la economía del Caribe depende de la mano esclava que colecta perlas y siembra caña, tabaco, cacao y café.
CIMARRONES Y CARIBES NEGROS
Los esclavos fugados son perseguidos como bestias. Los que escapan, se unen en sociedades tribales o cumbes, o se refugian con los caribes, de quienes aprenden la pintura corporal con onoto, la navegación, la pesca, las artes guerreras y el idioma, dando lugar así a una nueva nación, la garifuna, que fue utilizada por franceses e ingleses en sus pugnas coloniales y luego casi exterminada por éstos, que los confinan en un campo de exterminio en la isla de Roatán. De allí van escapando hacia las costas de Centroamérica, las Guayanas, la Florida.
CORSARIOS Y PIRATAS
Tras la repartición de América por el papa Alejandro VI entre España y Portugal, los monarcas de Francia e Inglaterra y los Señores de Holanda inician una carrera para disputarles la hegemonía en el Nuevo Mundo. A fin de cortarle las comunicaciones a los ibéricos, se asocian con salteadores navales que en tiempos de guerra declarada con otros reyes son llamados corsarios, y en tiempos de paz, piratas, para la ininterrumpida batalla de tres centurias que culmina con la hegemonía mundial de Inglaterra.
BUCANEROS
Los colonos franceses, ingleses y holandeses alquilan los servicios de compatriotas como indentured servants en contratos de tres a cinco años que equivalían a la más dura esclavitud. Concluido el plazo, o fugados para evitar la dureza de sus patronos, los antiguos contratados penetran desde comienzos del siglo XVII como pobladores ilegales en la Española y otras islas, donde viven de la cacería, el cultivo del tabaco y la venta a los navegantes de carne que ahúman en una parrilla o boucan. Los bucaneros ocupan el arco de las pequeñas Antillas y la Banda Nororiental de La Española, desafiando repetidas campañas de exterminio (Britto García, Luis: Demonios del mar: piratas y corsarios en Venezuela, 1528-1727; Caracas, Comisión V Centenario de Venezuela, 1998, pp.435-510).
FILIBUSTEROS
Algunos bucaneros proscritos se hacen a la mar desde 1629 en pequeños barcos o fly boats y asaltan los convoyes ibéricos. Crean así una piratería local, autónoma, igualitaria, solidaria, regida por contratos o constituciones votadas democráticamente, que desbarata las comunicaciones ibéricas, sigue la violencia después de que las potencias europeas celebran la paz, e incluso asalta las naves de holandeses, franceses e ingleses. Los filibusteros franceses, apoyados por la Corona, terminan apoderándose de La Española en 1690. Cuando las potencias se coligan para exterminarlos, los últimos filibusteros azotan Nueva Inglaterra y el Océano Índico, y uno de ellos, el capitán Misson, funda una colonia utópica e igualitaria en Madagascar.
PATRIOTAS
Con el siglo XIX arrancan los movimientos independentistas de América Latina y el Caribe. En 1804 la insurrección de los esclavos de Haití extermina a sus dueños y arroja al mar una expedición de veteranos napoleónicos. Las nacientes repúblicas no tienen fuerzas navales dignas de tal nombre, pero sus próceres encuentran refugio y apoyo en el Caribe cuando son derrotados, y a veces recurren al corso. Bolívar regresa a Venezuela con el apoyo del presidente haitiano Alexander Petión, y culmina la independencia con la ayuda de los curazoleños Manuel Piar y Brión.
REVOLUCIONARIOS
Como los independentistas, los revolucionarios proscritos en sus propios países se mueven por el Caribe en pos de la Revolución Social o Socialista. José Martí cae como mártir intentando liberar Cuba; Juan Bosch trata de desembarcar en República Dominicana para acabar con el tirano José Leonidas Trujillo. Durante dos siglos intervenciones imperiales ocupan y vejan las repúblicas caribeñas y se apoderan del gran nudo de comunicaciones del Istmo de Panamá. Desde 1959, Cuba resiste al más poderoso imperio de la tierra. Nicaragua y Venezuela también insurgen.
EL IMPERIO DE LOS PROSCRITOS
¿Qué nos enseñan estos sangrientos milenios? Mediante la proscripción un sistema alivia la presión social arrojando a sus explotados y marginados de su ámbito originario. Los expulsados irrumpen en nuevos territorios, usualmente proscribiendo o destruyendo a su vez a los pobladores anteriores de éstos. Los proscritos, expulsados por los imperios, sirven así paradójicamente de instrumento de la expansión imperial, y una vez que la han posibilitado, son destruidos por ella. La Guerra Mundial que durante medio milenio se desarrolla en el Mar de los Proscritos en buena parte decide la hegemonía en Europa, y luego la de Europa sobre el mundo, y determina que un imperio fundado por proscritos se convierta en primera potencia militar del planeta. El cierre de las posibilidades de expansión geográfica dificulta la proscripción externa y abre la posibilidad de que los proscritos se rebelen directamente contra el sistema que los excluye.
¡Proscritos de todos los Caribes, uníos!
Fuente:http://luisbrittogarcia.blogspot.com/2010/05/proscritos-del-caribe.html