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Protestas contra Gallardón en Lavapiés

Fuentes: Rebelión

El pasado martes 21 de febrero,  decenas de vecinos de Lavapiés recibieron al alcalde Alberto Ruiz Gallardón y a la ministra de Cultura Carmen Calvo gritando consignas como «Gallardón, leñador, rey de la especulación» y «Esta cultura, nos lleva a la sepultura». El motivo de la visita era la inauguración del nuevo teatro del Centro […]

El pasado martes 21 de febrero,  decenas de vecinos de Lavapiés recibieron al alcalde Alberto Ruiz Gallardón y a la ministra de Cultura Carmen Calvo gritando consignas como «Gallardón, leñador, rey de la especulación» y «Esta cultura, nos lleva a la sepultura». El motivo de la visita era la inauguración del nuevo teatro del Centro Dramático Nacional, que ocupa el lugar del antiguo Olimpia.

Los vecinos portaban diversas pancartas en las que se quejaban, entre otras cosas, de las 3000 infraviviendas que existen en el barrio de Lavapiés, del abuso inmobiliario, de las promesas incumplidas para el nuevo Centro de Salud de la calle Tribulete (que según el proyecto y la promesa electoral debería estar acabado en el segundo semestre de este año y aún no han empezado las obras), de la tala de más de una treintena de árboles en el único parque del barrio y de la negativa a que en el edificio de la Fábrica de Tabacos, Tabacalera de Embajadores, se instalen proyectos e iniciativas sociales, al tiempo que se mantiene vacío.

Más de una hora estuvieron los manifestantes en la puerta del Olimpia protestando contra las políticas municipales de Gallardón, que tratan de «regenerar nuestro barrio» y «dotarle de la población adecuada», tal y como se presentó en el proyecto de renovación de Lavapiés del Ayuntamiento hace cuatro años. Algunas de las personas presentes comentaban que «El hacinamiento y la precariedad en la que vivimos much@s vecin@s de Lavapiés no lo inaugura nadie. Ni una ministra ni el alcalde vienen a acompañar al desahuciado, al inquilino expulsado y a los proyectos sociales arruinados por la máquina inmobiliaria».

También se recordó las continuas redadas e identificaciones con las que se acosa continuamente a los vecinos inmigrantes y la violencia policial con la que el pasado 30 de enero doce dotaciones de antidisturbios entraron el plaza de Lavapiés, repartiendo porrazos a diestro y siniestro, y en la que se produjo la detención de uno de los viandantes.

Tras un intento de entrar en el teatro («hito, hito, hito, teatro gratuito») a compartir los canapés con los intrusos en el barrio, se proclamó, en un bonito acto simbólico, la República Popular de Lavapiés por aclamación popular de los vecinos. Al final del acto, numerosas personas se habían acercado a la puerta del teatro para despedir a Gallardón con consignas de «Menos coches oficiales y más gastos sociales» y  «que se vayan en metro».