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Cronopiando

Publicidad criminal

Fuentes: Rebelión

Son las «ideas Peugeot» confiesa el anuncio antes de garantizarte la fiesta de la velocidad. «Nos vamos a divertir». ¿Y qué más puede hacerse al mando de un volante o de un pedal? Al fin y al cabo, la diversión es el signo de los tiempos y, asegura Citroen, dispone de un fiel aliado: «el […]

Son las «ideas Peugeot» confiesa el anuncio antes de garantizarte la fiesta de la velocidad. «Nos vamos a divertir». ¿Y qué más puede hacerse al mando de un volante o de un pedal? Al fin y al cabo, la diversión es el signo de los tiempos y, asegura Citroen, dispone de un fiel aliado: «el poder de la tecnología», es «imparable». También lo corrobora Renault mientras uno de sus vehículos cruza la pantalla del televisor, como si fuera un bólido, dejándonos en el oído el rugido de su motor fórmula-1.

Todos los días, en el mundo, miles de personas pierden la vida en calles y carreteras. El poder de la tecnología no fue capaz de salvarlas, la diversión derivó en tragedia y la fiesta en funeral.

Los fabricantes de automóviles producen modelos cada vez más caros, más rápidos y menos seguros. Ellos sólo se deben a las ganancias y las ganancias las reportan las ventas. Para aumentar los beneficios se reducen los costos de producción sacrificando la investigación y la seguridad. Sólo el capítulo de la publicidad ve crecer sus recursos. Una publicidad que crea y fomenta hábitos, que perfila maneras y gustos, y que en su apología de la velocidad y el juego es tan responsable como la industria o el Estado de las muertes que deja el negocio del transporte.

«Sal a jugar» invita BMW. La conducción es un recreo, un jocoso esparcimiento al que se convoca a los más jóvenes. Vehículos capaces de alcanzar más de 300 kilómetros por hora para vías y leyes de tránsito que, en la mayoría de los casos, no te permiten ir a más de 120. Toyota «redefine el placer de conducir» y lo atestigua un conductor que ríe, y Mazda representa «la puerta para escapar de la rutina». «¡Escápate!» nos grita su último modelo.

Los jóvenes, precisamente, son los que con más frecuencia ocupan los negros titulares los fines de semana. El juego que se proponía se interrumpió en una curva, el placer se quedó dormido, la escapada se estrelló contra otro juego.

Dice Jeep de sí mismo que, «sólo hay uno». La vida también es una. Por más que Mercedes-Benz asegure una «agilidad inteligente», parece oportuno creer más en nuestra inteligencia y practicar, en todo caso, la agilidad con nuestros hijos.

Para los más pequeños, la televisión también ofrece el último juego en llegar a los escaparates: Coche Hotwells, «velocidad a tope». Y por si alguna niña o niño echa en falta la energía que le permita seguir jugando con el deslumbrante coche negro, Cuétara-Flakes ha creado el remedio infalible: «los cereales más bestias».