La pandemia del Covid-19, sigue tomando fuerza afectando de forma radical a los grupos más necesitados de nuestras sociedades. La falta de condiciones materiales e inmateriales que repercuten en el diario vivir de las personas con el pasar de los días resulta ser más profunda al interior de los hogares. Sin desconocer que se existe una situación entre sobrevivir por llevar el sustento a las familias o estar expuestos al contagio, debido a la necesidad y falta de condiciones reales en las comunidades.
La situación del Covid-19, no ha sido indiferente ante las condiciones de existencia de los pueblos indígenas. Por el contario, el impacto de contagiados y la falta de recursos, medios y redes que permitan establecer tratamientos, campañas y estrategias que nazcan desde el sentir y hacer de las comunidades, a partir de un enfoque diferencial de orden intercultural, es cada vez un intento a medias/tardío por parte de la incapacidad y falta de voluntad politica de las instituciones gubernamentales.
No obstante, los pueblos siguen luchando y resistiendo ante la pandemia teniendo presente sus prácticas socioculturales, cosmovisiones, rituales y sentires en defensa de la vida, cultura, tierra y territorio. Parte del legado que ha cultivado por siglos los movimientos indígenas que apuestan por un proyecto pedagógico de paz desde abajo en medio de la guerra abierta, el extermino étnico y el despojo radical al ser víctimas de los grupos tradicionales sumidos en las instituciones público-privadas.
El evento comunitario titulado “trueque tradicional de comunidades indígenas de Ortega”, realizado el 15 de agosto del presente año en el marco de la semana de los pueblos originarios, responde a una iniciativa de orden intercultural y popular que, apuesta por la unidad, paz y buen vivir de los pueblos en sus territorios. En donde, se pretenden fortalecer el tejido comunitario en medio de los impactos profundos de la pandemia que resisten en la cotidianidad los pueblos indígenas del Tolima. A su vez, incentiva la recuperación de la memoria histórica, la oralidad y las prácticas socioculturales basadas en el intercambio horizontal, abierto y orgánico entre las comunidades que carecen de algún bien natural con respecto a otra que tiene la posibilidad de compartirlo.
La diversidad de bienes naturales: plátanos, cachacos, maíz, café, miel de guayaba, bananos, huevos, productos naturales y medicina tradicional/ancestral, pomada, extracto y aceite de coca/marihuana, tabaco, anamú, riegos de plantas dulces y amargas entre otros. Hacen parte de la amplia galería proveniente de las comunidades que contribuyeron a un espacio de pacificación, armonía y solidaridad intercultural en función de recuperar y re-existir a los impactos estructurales de otras pandemias que históricamente ha sido victimas: el abandono estatal, corrupción, politiquería, exterminio sociocultural, despojo y privatización de tierras y el racismo/discriminación sobre sus prácticas cosmogónicas en los territorios.
De esta manera, los participantes expresaron sus sentir y voces sobre la finalidad, propósito y oportunidad de impulsar estas iniciativas desde abajo. Entre ellos: la gobernadora Carmen Nubia Guzmán de la comunidad indígena Chapinero Loany Toy “el intercambio de productos, es decir el trueque solidario como pueblos. Así podemos tejer, apoyar y fortalecer las comunidades. Son productos agrícolas y otras artesanías hechos por nuestros compañeros”.
El consejero mayor del CRIT Ermison Vega Quintero “me parece muy bien que estás tradiciones vuelvan a vivir, hace 15 años hacíamos los cambios de huevos por maíz. Ahora, es importante volver a la mano-vuelta en aquella época mi abuelo trabaja dos jornales en la finca del vecino y también el vecino venía a la finca de mi abuelo a pagarle por el mismo jornal, es decir, un retorno a la vida ancestral”.
La voz del representante de las comunidades indígenas del Tolima ante Cortolima, Alfredo Capera, argumenta que “es un sistema de mercadeo de las comunidades indígenas y es un espacio milenario muy antiguo. Cuando no existía la plata/dinero los indígenas mercadeaban con otros hermanos. Esto es conocido como el trueque, ya que es el intercambio solidario y comunitario entre los pueblos, es una práctica histórica que siempre recuperamos y buscamos realizarla como un ejercicio de correspondencia comunitaria”
Sin desconocer, el testimonio de la mujer indígena en estos tiempos de temor y esperanza que devienen de la pandemia. Tal como lo señala, María Eugenia “la misión de este evento es poder aprender a intercambiar y rescatar la cultura que cada vez se vienen perdiendo. Estos eventos se vienen realizando en el marco de la semana de los pueblos indígenas. Consiste en traer productos de las comunidades: cachaco, artesanías, naranjas, café, pan y aguacate. Esto proviene de las comunidades y resguardos para apoyar a los hermanos que carecen de dichos productos”.
En
últimas, los pueblos indígenas del Tolima siguen luchando en medio del
Covid-19, aunque carecen de muchas condiciones y apoyos reales por parte de los
gobiernos de turno. La resistencia territorial responde a un sentir milenario,
al ser una expresión de trabajo desde abajo y comunitario, en donde se construyen
otros escenarios de paz, reconciliación y buen vivir que están más allá de las
visiones tradicionales de las sociedades modernas. Tal vez, es momento de
voltear y mirar con sencillez las experiencias e imaginarios socioculturales de
los pueblos indios antes de pensar en volver y reproducir la “nueva normalidad”
que tanto añoran los grupos tradicionales de arriba.
José Javier Capera, Doctorante en Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana (México). Maestro en sociología política del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Politólogo de la Universidad del Tolima. Analista político y columnista del periódico el Nuevo Día (Colombia) y Rebelión.org (España). Correo: [email protected] – http://josecaperafigueroa.blogspot.mx/