1. Situación crítica y decadente del imperio de EE. UU. en Europa
¿Puede darse una “Revolución de los Claveles” en Ucrania? Desde luego el clímax de agonía que están sufriendo los soldados ucranianos en la guerra de Ucrania comienza a parecerse bastante al que sufrieron los marines en Vietnam. Aunque en el caso de Ucrania puede llegar a ser una guerra de mayor escala al estar implicada en ella la OTAN y la UE, aunque de momento solo sea en cuanto al envío masivo de armas y también al existir hoy más riesgo de la amenaza de armas nucleares. Son situaciones que suelen presentarse en los decaimientos de los imperios. Es de observar que la guerra de Ucrania, más que de Rusia contra Ucrania, es de EE. UU. contra Europa, incluida Rusia, que también es Europa. Para comprobarlo solo basta considerar que la guerra no la inició Rusia en 2022, sino EE. UU. y los nazis ucranianos en 2014 con el cruento golpe de Estado del Euromaidan, con el que provocaron la larga guerra civil del Dombas desde 2014, prolongada y activa aún en la actualidad.
Veamos sucintamente las situaciones agónicas de las tres detestables guerras de desgaste mencionadas, Vietnam, Angola y Ucrania
2. La guerra de Vietnam (1955-75)
En la guerra de Vietnam se ocasionaron más de 2,5 millones de muertos. Además, fue la mayor derrota bélica de EE. UU. Recientemente se han cumplido 50 años de la partida de las últimas tropas USA de Vietnam, el 29 de marzo de 1973. El presidente Richard Nixon fue quien dio la orden de retirada. La victoria del ejército norvietnamita sucedió dos años después. La guerra estalló 1955 entre el comunista Vietnam del Norte, con Hanoi como capital, y el Vietnam del Sur capitalista dirigido desde Saigón. Pronto Saigón empezó a recibir ayuda de EE. UU. en entrenamiento, armas y municiones, como está sucediendo hoy con Kiev. En 1965 USA envió las primeras tropas estadounidenses, pensaba que con su superioridad militar lograría una victoria rápida. Por el contrario, las fuerzas del ejército norvietnamita y el Vietcong eran mucho más precarias. EE. UU. llegó a lanzar unos 7,5 millones de toneladas de bombas en Vietnam del Norte, Vietnam del Sur, Laos y Camboya, más que las detonadas en toda la II Guerra Mundial por ambos bandos. También usó unas 400.000 toneladas de napalm, 75 millones de litros de agente naranja. Pero al final, los comunistas al frente de Ton Duc Thang-se lograron la victoria tras un certero liderazgo de Ho Chi Minh, quien murió antes de terminar la guerra en 1969, a los 79 años por un fallo cardiaco.
El historiador Mac Lawrence (autor de varios libros sobre la guerra de Vietnam) nos apunta que las bajas militares comunistas rozaron el millón, mientras las muertes del ejército de EE. UU. solo fueron en el norte 58.000 y en Vietnam del Sur unos 300.000. También perecieron entre 1 y 2 millones de civiles. Además, Vietnam del Norte contaba con el apoyo de China y la Unión Soviética. Pero según Lawrence la asistencia china y rusa: «Nunca se acercó a los niveles de apoyo estadounidense a Vietnam del Sur”. Este autor mantenía que, sin embargo, el factor más decisivo en la derrota de EE. UU. fue principalmente debida al Gobierno corrupto de Saigón (algo muy similar a lo que está pasando con el actual gobierno de Kiev). Pero también existían al menos dos factores más, las muy brutales agresiones militares de las tropas norteamericanas y el lógico rechazo de la mayoría de la población y de las tropas norteamericanas ante tanta barbarie.
En 1968, en la guerra de Vietnam, sucedieron masacres como la de My Lai, en la que marines USA mataron a entre 350 y 500 civiles, incluidas mujeres y niñas a las que previamente violaron, a niños que fueron abrasados por el napalm en Vietnam, asesinatos y torturas realizadas por el ejército USA. Estos horribles hechos comenzaron a poder verse por a TV, por primera vez en la historia, horrorizando a la opinión pública en EE. UU. Todos estos horrores, fueron uno de los factores importantes que ayudó a la población de a pie de EE. UU. a comprender que en Vietnam no se estaba librando una guerra por la democracia, sino que era una guerra colonial de lo más represiva y terrorífica. Además, en 1971 una asociación de veteranos de la guerra de Vietnam presentó en Detroit un informe para demostrar que las masacres no eran hechos aislados, sino el resultado habitual de la política de Washington. Como resultado de estos injustos sacrificios se desataron fuertes protestas de la sociedad norteamericana, promovidas por: estudiantes, trabajadores, militares, los proderechos humanos, pacifistas, antinuclares, ecologistas, etc. Al observar este estado de repulsa tan fuerte de la sociedad ante la guerra, Lawrence concluye: «Políticamente no era factible seguir combatiendo de forma indefinida, por lo que el movimiento contra la guerra llevó a los líderes estadounidenses a cambiar sus planes y buscar una solución». La solución fue que el entonces secretario de Estado de EE. UU., Henry Kissinger, y el político y general norvietnamita Le Duc Tho en enero de 1973 firmaran el Tratado de París que puso fin a la guerra de Vietnam.
3. Movimiento hippie
Como consecuencia de estas protestas y rechazos, surgió y se extendió cada vez con más fuerza y con repercusión mundial el movimiento hippie que aglutinaba todas las protestas mencionadas. Por su parte el historiador Arnoldo Rivera dijo que “En los sesenta los jóvenes se rebelaron contra muchas situaciones que sentían injustas: contra la guerra en Vietnam, se opusieron al consumismo capitalista y a las costumbres conservadoras. Además se conquistó el sexo libre y el poliamor, se popularizó el uso de la pastilla anticonceptiva y se levantó el tabú sobre las relaciones premaritales. Comenzaron a abundar las parejas interraciales y la visibilidad de la homosexualidad”.
4. La Revolución de los Claveles de Portugal fue consecuencia de la “guerra de desgaste” de Angola (1961-1975)
La Revolución de los Claveles de Portugal se motivó, en alguna medida, de forma semejante, al menos en motivación, a como surgió movimiento hippie en EEUU: motivado por la dureza represiva de una guerra colonialista. El colonialismo de Angola en el primer caso y el de Vietnam en el segundo caso. La Revolución de los Claveles permitió acabar con 48 años de dictadura, primero bajo el mando de António de Oliveira Salazar (1932-1968) y luego de su sucesor, Marcello Caetano (1968-1974).
Una voz testigo de esta revolución fue la de Vasco Lourenço, (último capitán aún superviviente de esa revolución), el cual relata, en una entrevista de La Sexta Columna el 26 de abril de 2024, que “Miles de portugueses caían en una batalla cuyo fin era mantener sus dominios en Angola, Guinea-Bissau o Mozambique, entre otras colonias. Pero en esta acción estaban muriendo, sobre todo, los hijos de las clases trabajadoras por un imperio todavía defendido por su dictadura”.
Por su parte Tereixa Constenla, autora de “Abril es un país”, señala que el gran drama de los soldados portugueses fue descubrir que estaban combatiendo por una causa profundamente injusta, “que eran un ejército opresor y que estaban condenados a la derrota. Mueren 55.000 personas, 10.000 militares portugueses y 45.000 africanos. Hay 800.000 portugueses que se movilizan en ese periodo, muchos vuelven mutilados, con estrés postraumático”. En la conspiración militar participaron cerca de 300 oficiales, pero fue decisivo que contaran con un masivo apoyo popular.
José Medeiros Ferreria en su libro “Portugal en transición” dice que el detonante del movimiento fue el cansancio de los jóvenes oficiales por la marcha de la guerra en las colonias portuguesas de África y el desprestigio que sufrían las fuerzas armadas.
Y mientras tanto, en la vecina España, a Franco esta revolución izquierdista portuguesa le sentó como un jarro de agua fría y recrudeció su dictadura. Destituyó al ministro de Información, Pío Cabanillas, al que consideró que empezaba ser demasiado laxo y permisivo en la información de la historia del momento. Además ese año la policía realizó muchas redadas para detener a políticos e intelectuales de izquierda.
Según muestra una reciente encuesta del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, hoy el 65% de los portugueses consideran a esta revolución el hito más importante de la historia de Portugal.
5. El desastre de Ucrania (2014-)
Según el “Instituto de Demografía y Calidad de Vida Ucraniano”, la población del país (dentro de las fronteras de 1991) ha descendido de 42 a 35 millones en 2 años. Por su parte el subdirector del Instituto, Oleksandr Hladun, Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), señala que hay 6,5 millones de refugiados ucranianos, de ellos unos 1,2 millones en la Federación Rusa. En las estadísticas del Ministerio de Justicia, en los 2 años han muerto más de un millón de personas, tanto por la guerra, como por el deterioro la atención médica, comenta Hladun. Daria Michajlischina, del «Centro de Economía Social» ucraniano, comparó encuestas realizadas en primavera de 2023 y diciembre de 2023 y en enero de 2024 entre refugiados en el extranjero (excepto en Rusia y Bielorrusia) y vio que un 63% quería regresar el año pasado, frente a sólo el 26 % en la actualidad.
Y es que ya empezaron a contarse multitud de bajas desde el comienzo de la Guerra Civil del Dombas, desde agosto de 2014 hasta el 23 de febrero de 2022. Estas son las muertes producidas en este período.
Víctimas mortales (2014-2021)
Muertos | Heridos | |
Total | 14.400 | 37-39.000 |
Civiles | 3.404 | 7.000– 9.000 |
Fuerzas ucranianas | 4.400 | 13.800–14.200 |
Fuerzas separatistas | 6.500 | 15.800-16.200 |
Muertes por regiones (año de estimación) | ||
Donetsk | 2.420 | (2015) |
Luhansk | 1.185 | (2015) |
Donetsk | 5.042 | (2021) |
Luhansk | 1.700–2.000 | (2021) |
Fuente: ONU– 2021 |
El portal de Internet MSN nos informa de que desde el inicio de la intervención rusa en febrero de 2022 hasta el 30 de abril 2024 más de 30 ucranianos han muerto al intentar cruzar de forma ilegal la frontera para evitar el alistamiento, según ha afirmado el portavoz del Servicio Estatal de Guardia de Fronteras ucraniano la gente está dispuesta a pagar mucho dinero a personas que les prometen ayuda para cruzar la frontera. Efe informó que, desde el inicio de la ley marcial, se han descubierto unos 450 grupos delictivos especializados en el tráfico de personas a través de la frontera.
Teniendo en cuenta esto último, se puede comprender suceda que los ucranianos en edad de alistarse no están dispuestos a ingresar en el ejercito ucraniano, esto lo reflejan las encuestas recientes del mes de abril de 2024, el 35 %. La respuesta del Gobierno de Zelenski para conseguir el indispensable reclutamiento que supla las masivas fugas al extranjero y el constante aumento de bajas del ejercito ucraniano, fue la aprobación de una nueva ley de reclutamiento que mantiene la obligación alistamiento desde los 18 a los 60 años.
6. Similitudes y conclusiones
En el último decenio en Ucrania ha existido un “gobierno nazi, corrupto y represivo” tanto como el que existió en el colonialismo de Lisboa entre los años 1932 al 1974. En el caso de la guerra de Angola era el Gobierno de Portugal el que sangraba y ponía en agonía al ejército portugués. Pero, en la actualidad, el Gobierno neocolonialista estadounidense regido por las inescrupulosas megacorporaciones (que provocó la revolución antiguerra de Vietnam), es el que está forzando a un desgaste económico de Europa en ayuda armamentística a Ucrania y un exterminio en las filas del ejército ucraniano. Todas estas tropelías son las que generan estos gobiernos con incapacidad de lograr la confianza de la mayoría de la población y, además, propicios a que cunda entre la población el sentimiento generalizado de rechazo de explotación neocolonial, como sucedió con los gobiernos corruptos de Saigón, de la Lisboa de Salazar o la Kiev de Zelenski (al mando de Biden), que, además, fueron perpetradores de brutales masacres.
En definitiva, si tenemos en cuenta las analogías que aparecen entre estas tres prolongadas y detestables “guerras de desgaste” (más bien se les podría llamar guerras de desastre), parece bastante lógico que en Ucrania pudiera aparecer un movimiento si no completamente similar, si con las mismas motivaciones que las de la revolución antiguerra de Vietnam en EE. UU. o la revolución antiguerra de Angola, también llamada Revolución de los Claveles de Portugal.
Julio García Camarero es doctor en Geografía por la Universidad de Valencia, ingeniero técnico forestal por la Universidad Politécnica de Madrid, exfuncionario del Departamento de Ecología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias y miembro fundador de la primera asociación ecologista de Valencia, AVIAT
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