El trato dado a estos casos ha sido el desligarlo políticamente del conflicto colombiano, cuando en realidad son una continuidad del mismo: una expresión más de la guerra sucia. Esto se comprueba al analizar los correos de Bajaña y las interceptaciones de Sepúlveda que incluyen a Piedad Córdoba. En 2014, mientras trabajaba en Pazífico Noticias […]
El trato dado a estos casos ha sido el desligarlo políticamente del conflicto colombiano, cuando en realidad son una continuidad del mismo: una expresión más de la guerra sucia. Esto se comprueba al analizar los correos de Bajaña y las interceptaciones de Sepúlveda que incluyen a Piedad Córdoba.
En 2014, mientras trabajaba en Pazífico Noticias en Cali, divulgamos los correos del hacker ecuatoriano Andrés Bajaña, quien realizó actividades de espionaje para la inteligencia del ejército y adelantó interceptaciones ilegales para el hacker Andrés Sepúlveda que trabajaba para la campaña presidencial del candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga.
Leer: Paramilitarismo informático en Colombia
David Sepúlveda hoy se encuentra pagando una condena de diez años al comprobarse que compró información de inteligencia, realizó espionaje e infiltró las comunicaciones del proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC.
Sin embargo, el líder del Centro Democrático Oscar Iván Zuluaga, a pesar de existir un video donde se ve y escucha conversando con Sepúlveda sobre las actividades ilegales, fue exonerado de cualquier responsabilidad.
Tanto en el caso de Andrés Sepúlveda como en el de Andrés Bajaña, reina la impunidad. Porque al igual que en el paramilitarismo, los financiadores y clase política beneficiada por las actividades de los hackers, permanecen sin castigo.
El trato dado a estos casos ha sido el desligarlo políticamente del conflicto colombiano, cuando en realidad son una continuidad del mismo: una expresión más de la guerra sucia. Esto se comprueba al analizar los correos de Bajaña y las interceptaciones de Sepúlveda que incluyen a Piedad Córdoba. Revisando esta información se comprueba que la oposición política del país también fue objetivo de infiltración, como continuidad de un conflicto que utiliza la interceptación ilegal y el sabotaje (recuérdese el caso de las chuzadas del DAS) para estigmatizar, perseguir y asesinar a los contradictores políticos, víctimas del conflicto colombiano.
¿Dónde está la clase política y los financiadores de estos hackers? Reducir estos casos a simples peleas entre el uribismo y el santismo ha sido la agenda a imponer , cuando realmente hacen parte de una estrategia de guerra, una forma de paramilitarismo informático empleada antes, durante y (seguirá) después del proceso de paz con las FARC.
Hace pocos meses Andrés Sepúlveda solicitó ingresar a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) que contempla el Acuerdo de Paz para obtener beneficios jurídicos. Sepúlveda también ha manifestado querer aportar nueva información a la Fiscalía. La información que guarda y su relación con ataques a la oposición política (víctimas del conflicto), es de suma importancia para encontrar a los responsables políticos detrás de los hackers. Sin embargo, la solicitud de ingresar a la JEP fue negada.
La información que puede aportar Sepúlveda es de vital importancia para esclarecer una pequeña parte de la guerra sucia dentro del conflicto colombiano, de la cual la oposición política ha sido víctima. Su inclusión dentro de la JEP es ficha clave para descubrir a los responsables políticos y financiadores de este accionar. Los delitos del hacker Andrés Sepúlveda sí hacen parte del conflicto colombiano, una forma de violencia que algunos pretenden ocultar relegándola jurídicamente a un trato delincuencial común.
Fuente: http://www.laremap.com/2017/08/que-el-hacker-sepulveda-ingrese-la-jep.html