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¿Qué jóvenes «ninis»?

Fuentes: Rebelión

Un estudio reciente indica que en Chile hemos superado el medio millón de jóvenes que han sido clasificados como «ninis», ni estudian, ni trabajan. Es una cifra fría y tajante, que debe de preocuparnos, pero sin embargo no podemos dejar de lado en su análisis y reflexión. Primeramente, tener en cuenta que la denominación «nini», […]

Un estudio reciente indica que en Chile hemos superado el medio millón de jóvenes que han sido clasificados como «ninis», ni estudian, ni trabajan. Es una cifra fría y tajante, que debe de preocuparnos, pero sin embargo no podemos dejar de lado en su análisis y reflexión. Primeramente, tener en cuenta que la denominación «nini», es una denominación adultocéntrica y estigmatizadora, que pone a toda una población en un limbo de la desocupación relativa, que ayuda a significar erróneamente a un joven despreocupado de su futuro, apático y en un letargo moratorio en la asunción de roles de adultos. Es por ello que no podemos quedarnos en un estereotipo de los jóvenes hoy, y considerar que también existe una gran masa de ellos que son otros «Nini», que son aquellos que muchas veces «ni» cuentan con posibilidades, «ni» poseen oportunidades de mejorar sus condiciones de vida, lo cual es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto.

Muchos jóvenes ahora no estudian o no han dado continuidad a sus estudios, por diferentes razones, entre ellos encontramos aquellos que no pudieron concluir sus estudios oportunamente por factores sobretodo socioeconómicas o aquellos que no han contado con la oportunidad económica de continuar estudios, por el aun acotado acceso a la gratuidad de una educación superior. Muchos jóvenes postergan su ingreso a la educación superior por no tener un puntaje mínimo para postular a beneficios, entonces tiene que invertir tiempo y dinero en preuniversitarios, o simplemente tienen la oportunidad de ingresar a la educación superior, pero el coste de movilización, materiales u otras demandas de la formación profesional, los coloca en no contar con posibilidades de costearlos. Algunos creen que los jóvenes se dedican a un «sabático», antes de entrar a la universidad, pero la verdad que aquellos que no cuentan con los recursos para descansar un periodo estival a expensas de los padres, se encuentran en la búsqueda de oportunidades para concretar sus proyectos de vida.

Lo mismo ocurre con las pocas posibilidades de inserción laboral, sin contar con experiencia previa o preparación técnica, incluso tampoco cuentan con las oportunidades de trabajos que aseguran cierta estabilidad laboral que cumpla con sus expectativas, más allá de trabajos esporádicos, part time o de temporada.

Los otros jóvenes «ninis», se encuentran invisibilizado, sin ser considerada su movilidad social en búsqueda de oportunidades laborales, y de posibilidades de concretar sus propios proyectos de vida, más allá de lo que los adultos esperamos de ellos. No es menor por el contrario la gran cantidad de jóvenes que a la inversa, se dedican al estudio y al trabajo simultáneamente, que para muchos es un orgullo desde las metas esperadas en un mundo adulto, pero que en realidad oculta por debajo aquellos que se ven obligados a trabajar para poder estudiar, o por el contrario tienen que continuar estudiando para entrar en un mundo competitivo en lo laboral. Estos mismos jóvenes muchas veces por ello deben de optar a abandonar una u otra posibilidad, conviertiendose en los otros «ninis».

No podemos también dejar de considerar como este tipo de estudios aún mantiene una visión sesgada y sexista, que se replican en las políticas públicas, toda vez que el resultado considera que más del 60% de la población estigmatizada como «nini» son mujeres. Este mismo estudio refiere que más de la mitad de ellas son madres, encontrándose un buen porcentaje sin posibilidades de dejar sus hijos al cuidado de otra persona, sin embargo, los estudios aun no consideran la cantidad de hombres jóvenes que también son padres y que también ven dificultadas sus posibilidades de trabajo por ello. El mismo estudio refiere también como «ninis» a aquellas mujeres que declararon estar dedicadas a los «quehaceres del hogar», sin considerar la carga laboral de ello o por qué se asumen esas responsabilidades, persistiendo visiones heteronormadas sobre problemáticas una vez más invisibilizadas.

Aun nos encontramos con muchos elementos que sesga la visión y análisis de una problemática más profunda, que ameritan no solamente esas políticas y programas paliativos, que abran mayores posibilidades y oportunidades a estos otros «ninis», sino que ofrezcan verdaderas alternativas a ellos. Políticas y programas que cada vez son más distantes si no se toman razones de fondo y subjetivas desde los propios afectados, de aquellos que, además deben de sumar, «ni» tienen la voz y no los hacen participes en la construcción de su propio futuro.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.