Que vivan los estudiantes Jardín de nuestra alegría Son aves que no se asustan De animal ni policía… Un saludo de solidaridad y respaldo, de felicitaciones y admiración, de respeto y buenos deseos para el movimiento estudiantil colombiano en este septiembre combativo en el que al tiempo que desde la Universidad Distrital Francisco José de […]
Jardín de nuestra alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía…
Un saludo de solidaridad y respaldo, de felicitaciones y admiración, de respeto y buenos deseos para el movimiento estudiantil colombiano en este septiembre combativo en el que al tiempo que desde la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá, levantaba su voz contra los casos de corrupción que protagonizan altos directivos del Alma Mater, una decena de centros de educación pública y privada, también sumaban sus voces de apoyo y de indignación contra la podredumbre institucional que carcome a Colombia.
En la capital del país y en otras ciudades las movilizaciones congregaron a millares de jóvenes entusiastas, enfadados y decididos en sus reclamos, se expresaron vehementes además rechazando los asesinatos a que la guerra sucia somete al movimiento social y exigieron el desmonte del ESMAD, mano de represión criminal del Estado que ha desbordado sus abusos frente a cualquier protesta ciudadana.
No se podía esperar menos de la rebeldía de una juventud hastiada de repetir y repetir en cada jornada de protesta, sin eco gubernamental, sus críticas, no solo al abandono que padece la educación pública sino a la indolencia del establecimiento respecto a las infinitas necesidades sociales, que ahora en tiempos del Aprendiz del Embrujo, Iván Duque, que finge la paz, reinventa la guerra y privatiza lo público, desborda sin pudor contando con el beneplácito de la jauría mediática empeñada en agudizar la criminalización de aquellos que se atreven, desarmados, a enfrentar tanta vagabundería con sus libros y sus ideas.
Por una educación pública de calidad, universal, gratuita y transparente, no más corrupción, no mas brutalidad policial, no más abandono, #Desmonte Del ESMAD ya. Vándalos y bandidos son los de la clase parapolítica de la motosierra y las masacres, los Uribe Vélez, los Andrés Felipe Arias, los rateros de Agroingreso Seguro y los de Reficar; el descarado ex Fiscal Néstor Humberto Martínez, cucaracha del mismo calabazo pútrido del negociado de la Ruta del Sol y de Odebrecht; las ratas de Hidroituango, las del Túnel de La Línea, los del puente de Chirajara, AIS y Caprecom; los que saquearon Electricaribe, Foncolpuertos y el Guavio; los del carrusel de la contratación en Bogotá; los que desplazan campesinos para construir megaproyectos y acrecentar sus latifundios; Tom y Herry y demás lacras que se lucran de los torcidos de las Zonas Francas; los de los carteles de la hemofilia y el SIDA; los que muerden de las contrataciones de todo tipo; los del cartel de la toga y los que llegan al Congreso de la República comprando votos a tutiplén; los que promocionan ascensos militares contando litros de sangre inocente, y pare de contar…
¿Qué pasó con la manifestación de voluntad contra el robo continuado del Estado de los 11 millones 671 mil 420 ciudadanos que votaron a favor de la Consulta Anti- corrupción en 2018?
¿Qué pasó con el compromiso del gobierno y del parlamento de sacar adelante los siete puntos contenidos en la consulta?
¿Qué pasó con el desmonte del paramilitarismo?
¿Qué pasó con el prometido cumplimiento al Acuerdo de Paz?
Demagogos acostumbrados a fabricar falsos positivos dentro y fuera del país, como acaba de hacerlo el flamante Subpresidente ante la Asamblea General de Naciones Unidas llevando su falso positivo fotográfico (fotos de contexto, según él) contra Venezuela. No les da vergüenza porque saben que su amo yanqui que los apoya es peor en cinismo y maldad.
Más de veinte mil estudiantes en las calles, algo le deben decir a los señores que se creen dueños del país pretendiendo mantenernos sumidos en la miseria, la desigualdad, la exclusión política y la guerra por los siglos de los siglos.
No olviden que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resiste. Por eso:
Que rugen como los vientos
Cuando les meten al oído
Sotanas y regimientos.»..
La lucha sigue. ¡Juramos vencer y venceremos!