Pedro Cayuqueo (Puerto Saavedra, 1976), periodista y activista social es director del Periódico Azkintuwe. Hemos aprovechado su reciente visita a Euskal Herria (País Vasco), invitado a conocer experiencias de revitalización del euskera en medios de prensa, para que nos hable de los retos de los medios de comunicación mapuche. Cayuqueo tiene una larga trayectoria tanto […]
Pedro Cayuqueo (Puerto Saavedra, 1976), periodista y activista social es director del Periódico Azkintuwe. Hemos aprovechado su reciente visita a Euskal Herria (País Vasco), invitado a conocer experiencias de revitalización del euskera en medios de prensa, para que nos hable de los retos de los medios de comunicación mapuche.
Cayuqueo tiene una larga trayectoria tanto en los medios de comunicación como en las luchas de su pueblo. Años enfrentando la represión con la palabra como arma más valiosa. La publicación que dirige ha distribuido, de los Andes hacia ambos océanos, 29 números y más de 100.000 ejemplares, amen de contar con un portal digital que acumula otras miles de visitas. Sus textos son reproducidos por importantes medios de todo el mundo. El pueblo mapuche parece tener en Azkintuwe un medio con eco internacional.
«Nosotros veníamos trabajando desde el año 2000 en el campo de la contra información. Todos veníamos del activismo social; las publicaciones que hacíamos, por lo tanto, estaban unidas al activismo. En el año 2003 decidimos hacer una publicación ajustada a los cánones tradicionales del periodismo. Con el activismo mediático difícilmente conseguíamos atraer la atención de otros medios, del gremio que está legitimado para hacer prensa», explica Cayuqueo. «Muchos habíamos cursado estudios de periodismo; cada vez teníamos más herramientas y decidimos que era importante cambiar lo que hacíamos. Decidimos lanzar una publicación de periodismo de investigación y que también nos permitiera entregar nuestra opinión. El cambio fue bueno: empezamos a tener más aceptación y generar más incidencia».
Azkintuwe es, además, un nuevo modo de entender la prensa escrita mapuche. No tiene relación ni con partidos ni organizaciones en particular. «Las primeras experiencias de medios mapuche están vinculadas a boletines partidarios, institucionales, en tiempos de la dictadura. Nunca pasaban de uno o dos números. El Consejo de Todas las Tierras, ya en los 90, editaba un periódico que se llamaba Aukin (la Voz) en el que daban cuenta de sus debates como organización y sus actividades. Circuló bastantes años a nivel de comunidades y sus miembros, pero no alcanzó a tener un desarrollo como medio de comunicación global del pueblo mapuche».
Las experiencias en la Red, sin embargo, son más recientes: «Antes del 2000 había pocas cosas en la red. Nosotros, en 1999, creamos una web llamada Resistencia Mapuche. En el 2000 nace Mapuexpress, que es otra plataforma virtual importante. De ahí en adelante el crecimiento ha sido gigantesco: webs, blogs, en ambos lados de la Cordillera. Cada cual hace su trabajo en base a su activismo, su militancia en el movimiento». Azkintuwe no depende de grupos políticos u organizaciones: «Somos un medio de comunicación independiente. Es difícil de entender porque casi todas las experiencias de comunicación han nacido a partir de organizaciones mapuche, de sectores específicos. Pero ser independientes era una de las necesidades que teníamos para dar cabida a todos, sin distinción. De formar parte de una organización muchos no hubieran querido trabajar con nosotros, aquella era la realidad».
Entre redactores, fotógrafos, ilustradores y los corresponsales repartidos por Wallmapu y otros puntos de América, son cerca de 20 las personas que hacen Azkintuwe. Todos ad honorem. En un mundo marcado por las leyes del mercado, son numerosos los obstáculos económicos. Problemas de ser independientes. «Hacer en Chile prensa independiente, prensa mapuche, no es sólo un apostolado, es una necesidad vital porque tenemos en Chile grupos económicos, vinculados con las transnacionales que saquean nuestro territorio, y que controlan además la prensa. Aliados, además, con los gobiernos de turno. Lo mismo sucede en Argentina», y cita El Mercurio y La Tercera, poderosos e influyentes holdings chilenos de la comunicación.
«Es necesario mostrar la otra cara de la moneda y no sólo a nivel de la sociedad no mapuche, también en la nuestra: el número de activistas mapuche no supera el 20% de hermanos; el otro 80% se nutre, en el día a día, de la prensa oficial y llegan a creer que sus hermanos son realmente «terroristas», como dicen los grandes medios. Hay necesidad de informar hacia nosotros mismos lo que acontece, que nuestra gente sepa que luchar y organizarse no son caprichos de «comunistas», sino que son demandas de un pueblo, demandas de una nación y que, en su momento, ellos también se van a beneficiar de esta lucha».
«Estamos en esta etapa», agrega Cayuqueo. «Partimos del activismo, luego nos centramos en la denuncia internacional y ahora intentamos ser una plataforma informativa para todo el País Mapuche. Esto implica un trabajo no hecho hasta la fecha: dar cobertura a lo social, a lo deportivo, a lo económico, incluso a cosas más triviales (gastronomía, turismo, tiempo libre), ser un verdadero medio de comunicación, sin ocultar por cierto nuestra opinión, ya que estamos todos vinculados a la luchas políticas y no podemos desconocer este hecho. Pero queremos convertirnos en una herramienta de comunicación de un pueblo, una nación que está viva, que tiene sus contradicciones internas en cuanto a cómo encaminar su futuro. La existencia de más medios es positivo para la construcción nacional mapuche».
A la hora de hablar del mapudungun, Cayuqueo marca diferencias entre la realidad de las radios y la prensa escrita. «Ha costado mucho que se use el mapudungun en la prensa escrita. Lo primero porque la lengua no está normalizada: no hay normas gramaticales únicas. Esto complica el escribir y, más aun, el leer. En el periódico hemos intentado más que usar el mapudungun darle un espacio al debate sobre la necesidad de revitalizarlo y normalizarlo. Hay que fomentar un debate en torno a la necesidad de normalizar nuestra lengua. Hace tres años, con motivo del Día Internacional de las Lenguas, se publicó un especial en mapudungun. El imprimirlo, el hacerlo circular era increíble; fue el impacto de ver una publicación completa en mapudungun, impacto que creo cierta valorización. Y sabemos lo importante que es darle valor social a una lengua».
La radio parece ser más propicia a la utilización del mapudungun. «En los últimos años se ha dado un avance importante al respecto. En los 90′ había proyectos comunitarios con equipos de muy baja frecuencia y con una media de 6 ó 7 meses de funcionamiento. Luego empezaron a aparecer programas mapuches en radios comerciales. Hoy en día existen radios comerciales mapuche; ya no es una hora a la semana en una radio chilena o argentina; ya se ha dado el paso de gestar radios propias por parte de organizaciones y comunicadores independientes, un cambio tremendo ya que se deja de depender de las radios argentinas y chilenas».