Los partidos de la alianza de gobierno todavía no cicatrizan la quebrazón de ilusiones que provocó el nombramiento del gabinete de Michelle Bachelet. Un verdadero terremoto sacudió a la clase política de la coalición gobernante cuando conoció los nombres de 10 mujeres y 10 varones que no ‘repiten el plato’ – de acuerdo a las […]
Los partidos de la alianza de gobierno todavía no cicatrizan la quebrazón de ilusiones que provocó el nombramiento del gabinete de Michelle Bachelet. Un verdadero terremoto sacudió a la clase política de la coalición gobernante cuando conoció los nombres de 10 mujeres y 10 varones que no ‘repiten el plato’ – de acuerdo a las palabras de la presidenta electa- , aunque las caras nuevas respeten cierto equilibrio en las cuotas de poder de las tiendas de la Concertación de Partidos por la Democracia. Una vez en la presidencia, Bachelet creará dos nuevas carteras, Seguridad Ciudadana y Medio Ambiente.
Cada ministro recibió una carpeta para estudiar sus tareas durante las vacaciones del tórrido febrero y prepararse para los primeros 100 días del próximo gobierno que debe arrancar el 11 de marzo. Luego, la futura jefa de estado partió a descansar a las cercanías del lago Caburga, en el sur del país.
Las designaciones
– Interior, Andrés Zaldivar Larraín (Partido Demócrata Cristiano, PDC);
– Hacienda, Andrés Velasco Broñes (Independiente);
– Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley Rioseco (PDC);
– Secretaría General de Gobierno, Ricardo Lagos Wéber (Partido por la Democracia, PPD);
– Secretaría General de la Presidencia, Paulina Veloso Valenzuela (Partido Socialista, PS);
– Defensa, Vivianne Blanlot Soza (PPD);
– Economía, Ingrid Antonijevic Hahn (PPD);
– Minería, Karen Poniachik (Independiente).
– Trabajo, Osvaldo Andrade Lara (PS);
– Agricultura, Alvaro Rojas Marín (PDC);
– Salud, María Soledad Barría (PS);
– Educación, Martín Zilic Hepic (PDC);
– Obras Públicas, Eduardo Bitrán Colodro (PPD);
– Transportes y Telecomunicaciones, Sergio Espejo Jaksick (PDC);
– Vivienda y Urbanismo, Patricia Poblete Bennett (PDC);
– Justicia, Isidro Solís Palma (Partido Radical Social Demócrata, PRSD);
– Bienes Nacionales, Romy Schmidt Sroya (PPD);
– Planificación y Cooperación, Clarisa Hardy (PS)
– Consejo de la Cultura, Paulina Urrutia Fernández (Independiente);
– Servicio Nacional de la Mujer, Sernam, Laura Albornoz Pollman (PDC).
Repercusiones
Los gremios empresariales mostraron satisfacción por el gabinete, el partido del derrotado Sebastián Piñera (Renovación Nacional, RN), lamentó la presencia de la «mochila de los partidos», en tanto la Unión Demócrata Independiente (UDI), la cara más dura de la derecha pinochetista, dijo que se pronunciará cuando los ministros comiencen a actuar.
El «mercado» también aprobó el gabinete. Según el análisis del diario La Segunda, el alza en la Bolsa de Valores de Santiago refleja confianza en el gabinete económico. Vladimir Werning, jefe para Latinoamérica de JP Morgan, dijo en Nueva York que el nuevo ministro de Hacienda, Andrés Velasco, «va a darle continuidad a las políticas de [Nicolás] Eyzaguirre, sobre todo en la regla del superávit estructural y en su calidad de candidato independiente ofrece una señal de debate objetivo y constructivo a los temas que generan intereses contrapuestos».
«El modelo ha funcionado muy bien, permitiendo crecimientos sostenidos y bajas en la pobreza: es un modelo que concita el gran apoyo de la ciudadanía y por eso la Concertación ha sido reelecta», dijo Andrés Velasco, futuro ministro de Hacienda. «El compromiso es profundizar esas políticas», añadió. «Tengo fe en que la Concertación tendrá la inteligencia que ha tenido hasta ahora», indicó desde su yate en Achao Nicolás Ibáñez, propietario de D&S, controladora de la gran cadena de supermercados Líder, quien compite en la regata ENTEL PCS 2006 en el archipiélago de Chiloé.
Las reprobaciones provinieron más bien de partidos y personajes políticos gubernamentales resentidos por no recibir lo deseado. Las primeras manifestaciones públicas del futuro equipo de gobierno reafirmaron que habrá una reforma al sistema previsional privado de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), «cambios revolucionarios» en el sistema educativo, una mejor distribución del ingreso, mejoramiento del sistema público de salud y regionalización del gasto en cultura, entre otros temas clave. Más gasto público social para mejorar la calidad de vida del pueblo, con cargo a los ingresos del cobre y, por tanto, sin aumentos de impuestos.
La clase empresarial parece resignada al cambio anunciado en los sistemas privados de AFP y salud – Instituciones de Salud Previsional (ISAPRE)- que garantizan un ahorro forzado – cercano al 20%- que aportan los trabajadores al sistema financiero chileno. La rentabilidad de esta masa monetaria, estimada en 70 mil millones de dólares -con un 30% invertido en el exterior- , genera grandes ganancias para las inversiones AFP que no inciden en mejores jubilaciones ni servicios justos para los ahorrantes forzados. Las ganancias del sistema tampoco incrementan directamente los ahorros de los afiliados capturados por este sistema único y obligatorio establecido por Augusto Pinochet en 1980.
Los lesionados
Concluyeron dos semanas de espera en que todo el mundo mantuvo encendidos sus celulares «porsiaca», día y noche. «Me habría gustado estar en el gabinete», declaró Víctor Barrueto, presidente del PPD, diputado que no postuló a la reelección esperanzado en un ministerio. El ex ministro de Educación Sergio Bitar, quien se desempeñó como gerente de la campaña electoral, es otro «ministeriable» creído seguro.
El senador PDC saliente Rafael Moreno fue el ministro del Interior que hubiera querido el timonel del partido Adolfo Zaldívar, pero tampoco cumplió sus anhelos. Bachelet desestimó, además, a los PS Mario Marcel, dado por seguro en Hacienda; Ricardo Solari, que renunció al ministerio del Trabajo para dirigir su comando de campaña en la primera vuelta; y Luis Maira, dejó por unos días su embajada en Argentina para estar cerca de un eventual llamado que nuca se produjo.
El PPD tiene cinco ministros, pero casi ninguno es militante formal y, además, ocuparán carteras de bajo perfil político, excepto la vocería gubernamental. Ni el partido de Bachelet quedó contento por no obtener ministerios de primer nivel y, secundariamente, porque – en la «interna socialista»- el titular de la cartera de Trabajo respondería más a la corriente de Camilo Escalona que al timonel partidario Ricardo Núñez. Los socialistas tienen en total cuatro carteras, donde la más relevante es la Secretaría General de la Presidencia, cuya labor esencial consiste en coordinar tareas legislativas con el Congreso.
«El gabinete cojea en los equilibrios que no están bien representados», dijo José Antonio Gómez, senador, ex ministro de Justicia y timonel del PRSD, un partido que tiene un ministro (Justicia), siete diputados y tres senadores con el 3,54% del electorado según la última elección de diputados del 11 de diciembre (los mismos comicios renovaron la mitad de la Cámara Alta), en tanto el partido Comunista, no tiene ningún legislador, con 4,56% de la misma votación. «Con lo que no estoy de acuerdo es que los partidos no estén en el debate político porque éste no es un gobierno de extraterrestres, sino de coalición política en el cual los partidos son esenciales», añadió Gómez.
En el PDC hay un cuadro parecido: con siete ministros, controlan las dos carteras más importantes (Interior y RREE), además de otras significativas, pero sólo dos secretarios de Estado (Sernam y Educación) son leales seguidores de la corriente del jefe del partido, Adolfo Zaldívar, quien no apoyó a su hermano convertido ahora en jefe del gabinete. La mayoría de los ministros del PDC se inscribe en la corriente disidente que lideran Soledad Alvear y su cónyuge, Gutenberg Martínez, jefe máximo de la Organización Demócrata Cristiana Americana (ODCA), quienes aspiran al control de la tienda.
¿Quién es el «Chico» Zaldívar?
La designación más polémica, y también la más anticipada, fue la del titular de la cartera más relevante del área política, el ministerio del Interior, adjudicada al senador saliente del PDC Andrés Zaldívar Larraín, 70 años. Nombrado como «El Chico» por sus amigos o «El Enano» por sus críticos y detractores, el futuro jefe del gabinete Bachelet contrarió a su hermano Adolfo Zaldívar, llamado ‘El Colorín’ (Pelirrojo), el jefe del PDC que hubiera preferido en el cargo al senador también saliente Rafael Moreno, de impronta más conservadora y confrontacional.
Moreno no fue postulado a la reelección, precisamente para dejarlo «libre» para un ministerio, en tanto Zaldívar simplemente perdió la contienda, pero después de su derrota se entregó por completo a la campaña de Bachelet en segunda vuelta, reparando eventuales trizaduras entre la abanderada y el PDC, el partido más fuerte de la coalición, cuyos líderes no ocultan su resentimiento ante un segundo gobierno PS.
Con el período de cuatro años de Bachelet, la Concertación completará dos décadas de gobierno, sumando cuatro años de Patricio Aylwin, seis de Eduardo Frei Ruiz Tagle y seis de Ricardo Lagos, quien tuvo dos ministros del Interior, por cinco años al socialista José Miguel Insulza (hasta que se fue a la OEA en 2005) y luego al PPD Francisco Vidal Salinas, que antes ocupó la secretaría general de gobierno.
Zaldívar fue subsecretario, ministro de Hacienda y biministro de Hacienda y Economía de Eduardo Frei Montalva (1964-1970). Todavía se recuerda que siendo uno de los ministros más jóvenes de la historia política pronunció su memorable ‘discurso del terror’, una alocución por cadena nacional que provocó una masiva fuga de capitales en cuanto Salvador Allende ganó las elecciones del 4 de septiembre de 1970.
Con los años, Zaldívar y el PDC cambiaron de postura respecto a la dictadura que al comienzo apoyaron, el ex biministro fue agredido por la tristemente célebre Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y debió marchar a un largo exilio. En las primeras elecciones después de 17 años de pinochetismo, derrotó a Lagos en 1989 como senador por Santiago, pero diez años más tarde perdió ante este mismo contendor las primarias que designaron al candidato presidencial de la Concertación en 1999.
Cuando Scotland Yard detuvo en Londres a Augusto Pinochet – octubre de 1998- por orden del juez español Baltasar Garzón, el entonces presidente del Senado Zaldívar emprendió una solitaria gira europea para conseguir sin éxito su libertad y traslado a Chile, liberación que sólo se produjo escasos días antes de que Lagos se instalara en La Moneda, no por un fallo de la justicia británica sino por prerrogativa administrativa del gobierno de Tony Blair.
En diciembre de 1998, Zaldívar abogó por el colega senador Pinochet ante el entonces ministro de Asuntos Exteriores Abel Matutes, del gobierno de José María Aznar, quien – según la prensa hispana- le prometió que ‘España estudiará la propuesta chilena para que sea una Corte Internacional de Justicia la que decida qué país y qué institución es competente para juzgar a Pinochet’. El dictador, que entregó la banda presidencial en marzo de 1990, se mantuvo casi una década extra influyendo las bambalinas del poder, primero como temido comandante en jefe del Ejército, hasta marzo de 1998, y luego como senador vitalicio, en virtud de su condición – ‘constitucional’- de ex jefe de Estado.
El futuro canciller
La segunda designación clave del área política, el ministerio de de Relaciones Exteriores, recayó en el también senador saliente PDC Alejandro Foxley Rioseco, 67 años, ministro de Hacienda durante todo el período de Patricio Aylwin (1990-1994). Al final de su mandato, Aylwin intentó – sin éxito- ungirlo como ‘presidenciable’, pero sólo logró convertirse en presidente del Partido Demócrata Cristiano (1994-1996). Ahora de nuevo surgieron voces que lo levantan como presidenciable del PDC para 2009.
Foxley ha sido gobernador del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (1990-1994), co-presidente del Directorio del Diálogo Interamericano, Washington (1994-1999), presidente del Comité de Desarrollo de los Gobernadores del Banco Mundial – Fondo Monetario Internacional (1991-1992), miembro del Comité Ejecutivo del International Economic Association, IEA (1985-1988), presidente de la Corporación de Investigaciones Económicas para Latinoamérica, CIEPLAN (1976-1990).
También fue profesor de economía y desarrollo internacional del Instituto Helen Kellogg de la Universidad Notre Dame, EEUU (1982-1989), profesor visitante del Instituto de las Américas de la Universidad de California, San Diego (1985), de la Universidad de California Berkeley (1981), del Massachusetts Institute of Technology (M.I.T.) de Massachusetts (1978), de la Universidad de Oxford, Inglaterra (1975), y del Institute of Development Studies de la Universidad de Sussex, Inglaterra (1973).
Ocupará hasta marzo la presidencia de la Comisión de Hacienda del Senado. Y acompaña en solitario la aspiración de un sector exportador no cuprífero que solicita… la intervención del Estado en el mercado monetario a fin de forzar una devaluación del signo monetario chileno. Es decir, brega por una sobre valorización artificial del dólar, a contrapelo de la doctrina de dejar hacer lo suyo a la mano libre e invisible del mercado, proponiendo que el Banco Central compre masivamente dólares para hacer subir su precio.
¿Hijo de tigre?
La Secretaría General de Gobierno estará a cargo de Ricardo Lagos Weber, 42 años, PPD, abogado y economista, miembro del comando de la campaña de Bachelet, ex director de Asuntos Económicos Multilaterales de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería e … hijo del presidente saliente Ricardo Lagos Escobar. Muchos dicen que, a despecho del síndrome chileno que encumbra a los apellidos presidenciales (Alessandri, Frei, Allende, Aylwin), el vástago tendría méritos propios de capacidad y trabajo.
Quien desempeña la Secretaría General de Gobierno tiene a su cargo las relaciones con la prensa y ejerce como portavoz gubernamental ante los medios de comunicación, precisamente el cargo que catapultó al actual ministro del Interior Vidal. Pero el desempeño del cargo también puede convertirse en sepultura política, como ocurrió en la administración de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-1990) con el PPD Víctor Manuel Rebolledo González, quien ejerció el cargo sólo 6 meses, más tarde fue elegido diputado y terminó su vida política desaforado por corrupción en 2003 e imposibilitado para ejercer cargos públicos.
Muchos otros voceros oficiales tampoco «dieron fuego» ante las cámaras de televisión, a pesar del esmerado maquillaje y los ensayos de gesticulación ante el gran espejo instalado para «practicar» en las dependencias internas de la Secretaría General de Gobierno. Con los años pasaron a un discreto olvido político, relegados al dorado exilio de alguna embajada.
Mujer clave del gabinete político
La Secretaría General de la Presidencia quedó a cargo de la socialista Paulina Eliana Veloso Valenzuela, abogada y académica, formada en la Universidad de Concepción, profesora de derecho civil de la Universidad de Chile. La primera mujer relevante en el llamado «gabinete político» es abogada-consejera del Consejo de Defensa del Estado, fue miembro de la Comisión Nacional de Acreditación de la Educación Superior (2002), autora del libro La Justicia frente a los Derechos Humanos de las Mujeres (Editorial Jurídica Conosur, Santiago, 2000).
Como jefa de gabinete de la Subsecretaría del Trabajo (1990-1994), Veloso se desempeñó también como jefa de División y subrogante legal del Subsecretario (viceministro) del Trabajo, fue subdirectora del Servicio Nacional de la Mujer, Sernam (1994-1997) y abogada integrante de la Corte de Apelaciones de Santiago (2003-2005). En 2005 recibió el premio de la Asociación de Abogados de Chile a la profesional más destacada en Derecho Privado.
La ministra es madre del presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Nicolás Grau Veloso, alumno de quinto año de de Ingeniería Comercial en la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas que obtuvo el 36% de las preferencias como representante de la Izquierda Amplia (Lista D), quien declaró «no creo en los gobiernos de la Concertación, creo en un proyecto distinto que aborde las transformaciones sociales de una forma más profunda». «Lo que me importa es que ella es consecuente», dijo respecto a su madre.
Paulina Veloso siempre militó en el partido Socialista, desde su juventud estudiantil en Concepción, pero contrajo matrimonio con un joven ligado al partido Comunista que desapareció en Argentina victimado por la «Operación Cóndor». Por este motivo, Veloso litigó contra Augusto Pinochet en uno de los tantos juicios de desafuero instruidos por el magistrado Juan Guzmán Tapia que quedaron en nada por la pretendida «demencia subcortical» con que los altos magistrados protegieron al imputado ex dictador.
Entre las víctimas de la «Operación Cóndor», rol 2.182-98, figura el cónyuge de la futura ministra, el ciudadano chileno-suizo Alexei Vladimir Jaccard Siegler, desaparecido tras su detención en Argentina en 1977. En la misma causa figuran otras víctimas desaparecidas en el vecino país, como Jorge Isaac Fuentes Alarcón, Juan Hernández Zazpe, Luis Gonzalo Muñoz Velásquez, Manuel Tamayo Martínez, Edgardo Enríquez Espinoza, Jacobo Stoulman Bortnik, Matilde Pessa Mois, Víctor Oliva Troncoso, Jean Claudet Fernández, Luis Enrique Elgueta, Ricardo Ramírez Herrera, Héctor Velásquez, Ruiter Correa, Hernán Soto Gálvez, José Luis de la Maza Asquet, Cristina Magdalena Carreño Araya, José Alejandro Campos Cifuentes y Luis Quinchavil Suárez.
La Corte de Apelaciones de Santiago ordenó el desafuero de Pinochet por estos delitos, el 5 de julio de 2004, con el voto en contra y la reserva de varios ministros, pero finalmente la Corte Suprema aplicó impunidad por «demencia subcortical».
En el fallo consta que «a fs. 542, 858, 971, 2.498 y 2.901 [de ese expediente] declara doña Paulina Veloso Valenzuela, quien expresa que su cónyuge Alexei Vladimir Jaccard Siegler fue detenido por personal del ejército en Concepción, con posterioridad al golpe militar, siendo dejado en libertad incondicional el 21 de diciembre de 1973, trasladándose ambos a Suiza debido a la doble nacionalidad de su marido, quien el 14 de mayo de 1977 viajó a Chile vía aérea haciendo escala en la Ciudad de Buenos Aires, donde llegó el 15 de mayo del mismo año, hospedándose en el Hotel Bristol.
«Sin embargo, al día siguiente fue secuestrado junto con otros militantes del Partido Comunista por agentes de seguridad argentinos y chilenos, presentándose en el hotel el día 17 de mayo agentes policiales argentinos a retirar las pertenencias de Jaccard. Expresa que por información por ella recopilada tomó conocimiento que el Gobierno Argentino en un primer momento afirmó que su marido se había embarcado en un avión Varig con destino a Brasil, bajo otra identidad, lo que resultó falso, para posteriormente expresar que se habría embarcado con pasaporte argentino a la ciudad de Santiago con fecha 26 de mayo de 1977, lo que fue ratificado por aparecer su nombre en la lista de pasajeros.
«No obstante, revisada la tarjeta de embarque relativa a ese viaje, la letra que allí aparece no corresponde a él y su nombre está mal escrito, siendo imposible que haya viajado con pasaporte argentino a Chile, ya que éste viajaba con pasaporte suizo debido a su doble nacionalidad. Como consecuencia de su detención dedujo un recurso de amparo en junio de 1977 ante la Corte de Apelaciones de Santiago, informándose por investigaciones que su cónyuge ingresó a Chile como turista el 26 de mayo procedente de Argentina, con domicilio en un Apart-hotel ubicado en Américo Vespucio N° 202, donde no aparece registrado como pasajero.
«A raíz de un nuevo recurso, deducido en julio de 1977, Investigaciones informó a la Corte de Apelaciones que Jaccard salió del país el 12 de junio de 1977 ingresando a Uruguay vía Lan Chile, sin dejar rastro sobre su paradero. Sobre el móvil de su viaje a Chile indica que vino en una misión del Partido Comunista para servir de correo financiero entre el Partido Comunista en el exterior con el Partido Comunista interno, situación que ella supo años después, siendo la detención de su cónyuge parte de una operación de mayor entidad, lo que se demuestra con la detención coetánea del banquero judío Jacobo Stoulman junto a su cónyuge en Buenos Aires, según se infiere de la documentación incautada a Luis Arancibia Clavel, agente de la DINA en Buenos Aires, como consecuencia de su detención por el caso Prats.
«A fs. 858 complementa sus dichos indicando que Jaccard fue detenido probablemente con Ricardo Ramírez Herrera y Héctor Velásquez Mardones, hecho también acaecido en Buenos Aires el 16 de mayo de 1977».