El establecimiento colombiano, entendido como el poder económico, el poder de los medios y el poder político tradicional, busca denodadamente un candidato único para que pueda hacer contrapeso al líder progresista Gustavo Petro en las elecciones presidenciales del 29 de mayo de 2022.
Pero ante la cantidad y la bajísima calidad de los aspirantes no se logra promover ninguno. Lo cierto es que el proceso de preselección con más de 30 precandidatos y una decena de seudopartidos parecería ofrecer opciones para todos los gustos, pero en realidad es que no son más de 5 o 6 los que merecen ser tenidos en cuenta.
Se ha creado una situación en la que todo gira alrededor de Gustavo Petro, quien si bien no ha presentado una propuesta propiamente ideológica o programática de lo que sería su gobierno, sigue duplicando en intención de voto a su más cercano competidor, y esto es lo que preocupa mucho al establecimiento, en un año donde se produjo un estallido social contra las políticas y la represión del presidente ultraderechista Iván Duque.
Sus críticos señalan que Petro es más populista que revolucionario; que como administrador no mostró ser bueno pero tampoco tan malo como lo quieren presentar. Pero lo que es innegable que presagia un peligro para los centros de poder actuales, y esa situación se convierte en la característica que determina el comienzo del proceso político que culminará con las próximas elecciones.
El hecho es que según lo que dicen los sondeos, la ventaja que lleva sobre los otros candidatos le garantizaría quedar al menos como participante en la segunda vuelta. Gustavo Petro reveló parte de su estrategia al presentar lo que él llamó el “Pacto Histórico”, con el cual buscará obtener 55 curules en el Senado y 86 en la Cámara, con el fin de tener las mayorías y tramitar reformas estructurales sin contratiempos.
Y cuanto más se polariza el proceso, ya sea alrededor de él o de otros temas como la amnistía general que pretende el expresidente genocida Álvaro Uribe, más se beneficia y consolida el caudal electoral de Petro. Porque en Colombia es alrededor de nombres propios, no de proyectos partidistas, que se eligen los candidatos y, así, por mejores que sean, la mayoría es descartada por ser desconocidos del país.
Surgen posibles nombres para enfrentar a Petro y los exalcaldes Enrique Peñalosa (Bogotá), Alejandro Char (Barranquilla) y Federico Gutiérrez (Medellín) impulsan una alianza de centroderecha. En el uribismo hay varios nombres como los de las senadoras Paola Holguín y Paloma Valencia, y el analista Rafael Nieto, aunque algunos siguen hablando de Tomás Uribe, hijo del expresidente.
Por el lado de los verdes, también harán una alianza a la que llamaron‘Coalición de la Esperanza’ y allí están importantes figuras como Sergio Fajardo, Humberto de la Calle, los hermanos Fernando y Carlos Galán, y los dirigentes fuertes de esa colectividad como Angélica Lozano, Antonio Navarro Wolf y Juanita Goebertus.
Pero hay bases del partido Verde que piden que esa coalición se amplié y llegue a una consulta en la que participen con la que lidera Gustavo Petro, un camino que no parece convencer.
En cuanto a la izquierda entre los que se encuentran Colombia Humana, Polo Democrático, Unión Patriótica y Mais, junto a otros líderes políticos y de opinión como Roy Barreras e Iván Cepeda, formaron una coalición para realizar una consulta y definir un candidato presidencial en marzo de 2022 y también tomaron la decisión de ir con listas únicas a Congreso de la República.
También la composición del Congreso debería cambiar sustancialmente, dado que el Centro Democrático está disminuido, se están aprontando cuatro nuevos partidos a donde emigrarán al menos parte de los legisladores de la coalición derechista, y seguramente respaldarán como candidato a presidente a quien parezca cercano a pasar a una segunda vuelta. Lo más probable es que ningún partido logre el 15% de los votos.
Mientras que todos los poderes fácticos respaldarán a quien vean que puede ser el anti- Petro, se desfiguró tanto el sistema político que no ahora no sabes ni cómo ni de dónde escoger quién será el próximo gobernante, pero sí saben que poco pueden esperar de él.
Al establecimiento colombiano le quedan pocos meses para impedir que, finalmente, Gustavo Petro, llegue a la presidencia. ¿Hasta dónde se llegará para impedir el ascenso que tanto temen de Petro?
-.* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)