Ante la falta de consenso entre empresarios y trabajadores, el aumento al salario mínimo tuvo que ser fijado por decreto por el gobierno, que no financió su campaña precisamente con dinero de los trabajadores. Finalmente el salario quedó en 589.500 pesos (331 dólares). Aumentó en 22.800 pesos, que vendrían siendo 760 pesos (42 centavos de […]
Ante la falta de consenso entre empresarios y trabajadores, el aumento al salario mínimo tuvo que ser fijado por decreto por el gobierno, que no financió su campaña precisamente con dinero de los trabajadores. Finalmente el salario quedó en 589.500 pesos (331 dólares). Aumentó en 22.800 pesos, que vendrían siendo 760 pesos (42 centavos de dólar) diarios. En resumen un colombiano que gana el salario mínimo tendrá en 2013 la modesta suma de 19.650 pesos (11 dólares) diarios para vivir. ¿Quién puede vivir con eso?, ¿para qué alcanzan 760 pesos?
Increíblemente muchos lo hacen. No sé cómo. Es más, sé que muchos más viven (sobreviven) con menos. Y seguro eso es lo que pensarán los empresarios de Colombia que no sienten sino con su bolsillo. Si fuera por ellos no debería existir un salario mínimo. Pero la pregunta que debe hacerse no es cómo lo logran sino qué clase de vida se puede tener ganando esa miseria (hay muchos también que no ganan nada).
Así los que «chillan» no son los ricos, sino los pobres. Como siempre. Como en la reforma tributaria que nos clavó el gobierno de Santos, en la que supuestamente chillarían los ricos, pero paradójicamente es apoyada por la ANDI y criticada por los trabajadores.
El mito: los empresarios generan empleo
A propósito de todo este tema, existe una falacia generalizada que es defendida a capa y espada por los empresarios y por los políticos neoliberales (muchas veces esos políticos son también empresarios) que afirma que la mejor forma de que haya pleno empleo es eliminando el salario mínimo. Para ellos, eso haría que los empresarios pudieran contratar a más trabajadores, eso sí pagándoles un menor salario. Keynes demostró hace muchos años que esto es falso, pero hay intereses poderosos que prefieren seguir sosteniendo la mentira. Siguiendo el camino de esta lógica perversa, la mejor forma de alcanzar el pleno empleo -para ellos- seria la esclavitud. Y no exagero ni un poco.
Pero esta falacia parte de otra falacia: los empresarios generan empleo. Ellos no lo generan, el aumento de la demanda en el mercado sí, y este aumento de la demanda no es otra cosa que aumento del consumo, y quienes consumen más son las clases medias y los pobres siempre y cuando tengan incrementos salariales que les permitan mejorar su calidad de vida. Ahí radica todo.
Por eso mismo es que gravar con altos impuestos a las clases medias y no a los ricos no crea empleo sino al contrario. Si un rico no ve un aumento significativo en la demanda del bien o servicio que produce su empresa, no va a contratar a nadie más. Y si la demanda aumenta sólo un poco, buscará la forma de aumentar su productividad con los mismos empleados que ya tiene, y les pagará lo mismo o un poco más, porque de todas formas eso le saldrá más barato que contratar a otro. Siempre será más barato sobreexplotar que contratar y si la clase media tiene más impuestos para pagar que dinero para consumir, la demanda de bienes y servicios en la economía bajará haciendo innecesarios bastantes puestos de trabajo.
El pasado mes de marzo, Nick Hanauer, empresario fundador de Amazon y gear.com, dio un discurso en un evento organizado por la Technology Entertainment and Design (TED). Su público estaba conformado por acaudalados empresarios gringos que pagan mínimo 7.500 dólares por asistir a las charlas organizadas por la TED para las élites. El eje central de su charla fue la siguiente tesis: «si es verdad que mantener bajos los impuestos de los más ricos produjese más puestos de trabajo, hoy en día estaríamos saturados de ofertas de trabajo». Nada revolucionario. Aun así fue censurado. Y fue censurado porque todo lo que he venido diciendo los ricos lo saben, pero no lo quieren oír, ni quieren que se derrumben las falacias asumidas como verdades que no hacen sino llenarlos de privilegios. (Vea la conferencia censurada de Hanauer http://vimeo.com/42860584, y conozca la historia detrás de la censura http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012/05/23/censurado-lo-que-los-millonarios-no-quieren-oir-98495).
Esto aplica perfectamente para el caso de Colombia, que hace poco aprobó una reforma tributaria que grava con más impuestos a la clase media y se los baja a los ricos y a las transnacionales. El Senador Robledo lo ha explicado hasta la saciedad, pero donde hay mayorías parlamentarias y hay intereses poderosos de por medio, la verdad es algo que se puede ignorar fácilmente (vea http://www.youtube.com/watch?v=3poLI3dCyik). Según Robledo, el gobierno quiere hacer ver como ricos a las clases medias pero se hace el de la vista gorda con los verdaderos ricos que ganan billones de pesos.
Mientras el sector financiero, a julio de 2012, tenía utilidades de 20.50 billones de pesos (a diciembre sin duda serán mayores), un trabajador a julio de 2012 había recibido 3’966.900 pesos de salario mínimo (566.700 mensual), y no libres. De ahí ha tenido que sacar para alimentar a su familia, pagar el estudio de sus hijos, pagar su arriendo y sus deudas. Comcel, de Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, tuvo utilidades en 2011 por 2.8 billones de pesos, Pacific Rubiales las tuvo por 2.29 billones de pesos, Bavaria Sab-Miller por 1.55 billones, el Cerrejón 2.48 billones… la desigualdad es enorme.
Y la desigualdad no es sólo un problema para el pobre que la sufre. También lo es para los ricos porque el que siembra miseria, recoge rabia y ésta se puede transformar en violencia. Ellos lo saben. Y también saben que la rabia mezclada con violencia, cuando es racionalizada y organizada puede generar cambios sociales importantes. Revoluciones verdaderas. A eso le temen. A que la gente despierte. Por eso dicen luchar contra la pobreza, pero su hipocresía es tal, que como la lucha contra la pobreza les implica hacer sacrificios, ahora prefieren luchar sólo contra la pobreza extrema.
Twitter: @SantiagoPeye
(*) Santiago Peña Aranza es analista político.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.