El Poder Ejecutivo, dirigido por Sebastián Piñera, ha tenido el peor inicio de año de un mandato posdictadura, esto por la acción de los estudiantes secundarios. El abuelo de la dirigenta de la Aces, Ayelén Salgado, fue asesinado por Carabineros en 1977 y 42 años después ella es perseguida por el gobierno por haber llamado […]
El Poder Ejecutivo, dirigido por Sebastián Piñera, ha tenido el peor inicio de año de un mandato posdictadura, esto por la acción de los estudiantes secundarios. El abuelo de la dirigenta de la Aces, Ayelén Salgado, fue asesinado por Carabineros en 1977 y 42 años después ella es perseguida por el gobierno por haber llamado a boicotear la PSU. Su mensaje es claro: no se siente intimidada.
El inicio de 2020 no ha sido muy distinto al Chile agitado posterior al 18 de octubre del año pasado. Esto por el boicot de los estudiantes secundarios, convocados por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), a la PSU realizada este 6 y 7 de enero. De esta forma, marcando el peor verano para un gobierno en Chile desde terminada la dictadura, donde pese al calor las manifestaciones siguen.
Si bien la protesta fue exitosa parcialmente, puesto que implicó la cancelación de la prueba de historia y la suspensión de las demás pruebas en un 20% de los locales del país, este hecho sí irritó al gobierno de Sebastián Piñera.
La avanzada del Ejecutivo de parte de la ministra de Educación, Marcela Cubillos, consistió en anunciar que quienes impidieron el normal funcionamiento de la PSU quedarán fuera del proceso de admisión 2020. En tanto, el titular de Interior, Gonzalo Blumel, presentó una denuncia bajo la Ley de Seguridad Interior del Estado en contra de quienes hayan participado del boicot, apuntando principalmente a Víctor Chanfreau y a Ayelén Salgado, los dos voceros de la Aces que en un punto de prensa llamaron a la protesta en contra de la prueba estandarizada.
Hasta hoy los integrantes de esta asamblea de estudiantes no han sido notificados de la denuncia, pero ya distintas organizaciones de abogados se han contactado con ellos para establecer una defensa sólida.
Algo claro es que las manifestaciones no se detendrán.
INTERFERENCIA conversó con Ayelén Salgado, mujer de 18 años recién egresada del Liceo Notre Dame. Es nieta de Roberto Castillo Arcaya, hombre que la noche del 7 de agosto de 1977, a sus 35 años, fue asesinado a balas por Carabineros de Chile en medio de un toque de queda, caso por el cual todavía no hay culpables.
En este artículo prefiere ser referida como vocera de la Aces, puesto que al ser consultada por su militancia o simpatía política, es enfática en que la asamblea está compuesta por personas de distintas convicciones, y ella tiene claro que su rol es representar a sus compañeros y compañeras.
– ¿Te intimida la denuncia presentada por el gobierno?
– No, es una respuesta que no es ninguna novedad, es la única respuesta que da el gobierno a cualquier persona o movimiento que se levanta en contra de lo establecido, en este caso la PSU, que es una demanda histórica del movimiento estudiantil. La respuesta del gobierno también es histórica, en cuanto a la represión hacia las personas movilizadas.
– ¿Cuál crees que es le mejor defensa que pueden mostrar los estudiantes?
– La mejor defensa que mostramos es que no estamos solos como estudiantes secundarios y que no creemos en las instituciones ni en los partidos políticos. El pueblo se dio cuenta de eso, entonces nos estamos apañando como pueblo en general, tenemos mucho apoyo de asambleas territoriales, por ejemplo.
– ¿Crees que esta acción del gobierno puede generar un efecto contrario para ellos, es decir, intensificar la protesta?
– Ellos están actuando de una manera irracional, de todos los presos políticos que tienen actualmente varios son secundarios. Creemos que estas querellas son apagar esto con más fuego. Hay muchos comentarios de que si nos llegan a hacer algo a nosotros o a cualquier persona que metan presa, básicamente dejarán la cagada. Hay una bola de nieve con cada querella que se presenta y con la represión desenfrenada. El gobierno quiere parar las movilizaciones y buscar un enemigo, en este caso nosotros, pero lo único que va a pasar si nos hace algo es aumentar las movilizaciones.
– El próximo 27 y 28 de enero se tomarán las pruebas pendientes, a excepción de la de historia ¿El llamado de la Aces es el mismo?
– Nos estamos organizando, entendemos que es difícil porque no sabemos cuáles serán los locales de rendición, pero nos vamos a seguir organizando con todas las personas que están en contra del modelo de educación de mercado.
– El 2019 fue protagonizado por los secundarios, primero siendo perseguidos por Aula Segura y después tomando la iniciativa por las alzas del metro y con esto en definitiva, dieron inicio al estallido social ¿Crees que son lo suficientemente tomados en cuenta, considerando que han marcado el destino político del país?
– No, de hecho siempre hemos dicho que como secundarios o viéndonos como menores de edad, nos ven como personas que no son capaces de tomar decisiones, de pensar básicamente. No tenemos cierta participación política y aún así nos quieren meter presos, pero aún así nosotros sabemos que hacemos política en nuestras asambleas, en nuestras manifestaciones. Lo que no toman en cuenta realmente son nuestras demandas legítimas, las que no solo son en términos educativos, sino que sobre un modelo en general que precariza la vida.
– ¿Crees que hace la opción Convención Constituyente debió haber considerado la participación de menores de edad?
– Entendemos que el cambio de una Constitución nace del sentido común porque la actual fue hecha en dictadura, pero sabemos que esto va mucho más allá. En las asambleas territoriales y también las de la Aces no solamente se ve el cambio de Constitución para arreglar los problemas del país, sino que hay algo mucho más profundo. Si tenemos que estar presentes, tal como las mujeres y pueblos indígenas, el tema es quién nos va a estar representando ahí ¿Las mismas diputadas que nos han estado vendiendo todo este tiempo?¿Camila Flores? Entendemos que nos están las mujeres trabajadoras representadas ahí. Los estudiantes secundarios decimos que no hay que entramparse en que la política es un voto, la política la venimos haciendo en las calles, en nuestras asambleas, con nuestros vecinos. No nos quieren escuchar, pero seguimos haciendo política en las calles, no hemos obtenido ningún voto pero ya vemos todo lo que ha ayudado la movilización callejera.
– Si el país continúa en la misma sintonía ¿Creen que es posible poder dialogar con Marcela Cubillos en materia educacional?
– Nosotros creemos que ella debería estar fuera, hoy nos está amenazando, los grupos que recibimos de grupos fascistas se ven impulsados por los dichos de Marcela Cubillos. No vamos a dialogar con alguien que defendió a un dictador. Tampoco hay algo que dialogar, las demandas están en la mesa, lo que pasa es que ellos no se quieren hacer cargo porque saben que van a perder plata. Por eso seguimos movilizados en la calle, pero no vamos a conversar con cómplices de asesinatos y violaciones.
– Algunos los han criticado por tener poca representatividad como Aces ¿Cómo responden a eso?
– A nosotros nos vota una asamblea que es abierta y que entre marzo y abril elige a sus representantes. esas personas nos votan a nosotros. Cuando hablamos del boicot siempre dijimos que éramos una asamblea más convocando a este boicot. También hay otros estudiantes autoconvocados, hay muchas personas también que se sienten representados por nosotros.
– En una nota de Radio Bío Bío hablaron ex dirigentes secundarios de las protestas de 2006 y criticaron el boicot a la PSU. Tres de estos son del Partido Socialista (Daniel Carrillo, Karina Delfino y César Valenzuela) y uno de Renovación Nacional (Maximiliano Mellado). Ellos parecen estar lejos de lo que fueron a principios de este siglo, hoy los cuatro trabajan en torno a sus partidos y se van en contra de los secundarios ¿Qué te parece este cambio?
– Bueno, sobre la derecha no hay nada que opinar, nunca hubiesen estado de acuerdo con cambiar las cosas. Respecto de que personas de las generaciones anteriores pudieran no estar de acuerdo, hoy las cosas han cambiado, hoy tenemos una generación que no aguanta más las vulneraciones, que no se va a quedar callada. Habían dirigentes que hace 14 años sí mandaban cartas, hacían marchas, pero nunca se solucionó nada, por tanto, no íbamos a mandar de nuevo esas cartas, por eso esta generación tiene una radicalidad mucho mayor, hay que entender que las generaciones han cambiado.
– Por otro lado ¿Cómo ves la articulación del mundo social?¿Crees que funciona la protesta esencialmente inorgánica vista hasta ahora en las calles?
– Yo creo que hoy se logra articular un movimiento social que ha unido a muchas luchas que antes estaban divididas. Hoy todos estamos por la dignidad de nuestro pueblo. Hoy se ve la violencia política en las calles, la que antes no era validada, y que sigamos creyendo que nuestras marchas pacíficas con globo no daban resultado, como la carta que le mandamos recientemente al Demre y al Cruch, la cual nunca tuvo respuesta. Hoy se vuelve a validar el tomarnos las calles y la defensa como pueblo a la represión que vivimos. Creo que existe una organización del pueblo, nos empezamos a mirar las caras con nuestros vecinos y vecinas en los territorios.
– Con 18 años eres uno de los mayores problemas para el gobierno, en pleno verano, algo atípico en el Chile posdictadura ¿Cuáles son tus motivaciones para estar movilizada? Considerando que gente mayor posiblemente entiende la forma de pensar de los secundarios de hoy.
– Hoy una de las más grandes motivaciones y desde hace mucho es saber que hay un apoyo muy grande del pueblo, de que Chile despertó es real y que despertó con rabia. Como estudiantes secundarios que no éramos escuchados, con mucha gente agradeciéndonos por saltar los torniquetes, hoy no podemos dejar esta lucha, también por todos los compañeros que han perdidos sus ojos, los que están presos y por quienes han muerto por esta lucha, por ellos no podemos dejar de movilizarnos, aunque sea con querellas o sin querellas, no tenemos miedo y sabemos que no estamos solos.