Ya que la ENAP es pública, la conclusión apresurada de la ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt, ex ejecutiva del grupo monopolístico de medios Copesa, tenía que ser que la empresa estatal era necesariamente culpable de la catástrofe humana y ecológica de Quinteros. La ministra de Piñera no se preocupó de verificar las informaciones del […]
Ya que la ENAP es pública, la conclusión apresurada de la ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt, ex ejecutiva del grupo monopolístico de medios Copesa, tenía que ser que la empresa estatal era necesariamente culpable de la catástrofe humana y ecológica de Quinteros.
La ministra de Piñera no se preocupó de verificar las informaciones del derechista senador Chahuán, el primero en acusar a la ENAP de las emanaciones tóxicas de productos derivados de hidrocarburos. Esto sucedía en Quintero y Puchuncaví y no en las Condes ni Vitacura ni en La Dehesa. La desigualdad promovida por el capitalismo neoliberal es también territorial. Éste discrimina, aísla y envenena a las clases populares.
Pero hay otra motivación más poderosa en la imprudencia ministerial. Ahora se sabe que la empresa Oxiquim que explota en la zona, cuyo directorio es presidido por el abogado de Sebastián Piñera, Fernando Barros, socio durante 17 años de Gonzalo Molina, el esposo de la recién nominada ministra del Medio Ambiente Carolina Schmidt es uno de los factores de riesgo de contaminación
El sesgo capitalista de fanáticos adiestrados en la defensa del mercado «libre» y desregulado así como de los intereses empresariales les impide ver la complejidad de las cosas y el interés de su propio pueblo que sufre se enferma y padece.
La reacción del Gobierno es para la risa: le pidió a las más de 17 empresas ( termoeléctricas, terminales de gas y petroleras) del sector de «reducir las emisiones de contaminantes».
La respuesta de la comunidad indignada en contra del presidente de la República en visita a Quintero y Puchuncaví manifiesta la ira incubada durante años de envenenamiento en una zona de desastre ecológico anunciado. Rota la imagen del político empresario ante la vista de un litoral transformado en horno de gases tóxicos por la actividad industrial descontrolada que fomenta la codicia empresarial que el mismo Presidente Piñera encarna.
Este es un ejemplo fehaciente que permite ver la naturaleza del gobierno empresarial de Piñera, vinculado a los poderosos grupos económicos que a ojos y paciencia de la elite política destruye el tejido social y la calidad de vida. Vemos como estos individuos están programados. Es más fuerte que ellos y ellas. Los intereses económicos privados les obnubila el pensamiento puesto que razón no tienen.
La evidencia está ante nuestros ojos. Es el modelo neoliberal consolidado año tras año por los gobiernos del a Concertación-Nueva Mayoría, movido por la búsqueda del lucro sin fin y el crecimiento sin límites el que pone en peligro la vida de los chilenos y chilenas de las clases populares; destruye los equilibrios naturales, expande componentes químicos nocivos, aniquila especies marinas. Y promueve incendios forestales apocalípticos al punto que comunidades enteras son sacrificadas en el altar del modelo económico, de la concentración de la riqueza y de la falta de empatía de los que hoy gobiernan.
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