Estimados amigas (os) compañeras (os). Nos hemos enterados a través los distintos medios de comunicación, que en el día de hoy ha sido removido de su cargo el hasta ahora Presidente de la Federación del Cobre, Raimundo Espinoza, siendo reemplazado por el dirigente de la División Chuquicamata, Héctor Roco. Esta impactante noticia para el mundo […]
Estimados amigas (os) compañeras (os).
Nos hemos enterados a través los distintos medios de comunicación, que en el día de hoy ha sido removido de su cargo el hasta ahora Presidente de la Federación del Cobre, Raimundo Espinoza, siendo reemplazado por el dirigente de la División Chuquicamata, Héctor Roco.
Esta impactante noticia para el mundo sindical y los trabajadores del cobre, nos está dando señales del despertar del movimiento sindical de la minería, adormecido por más de dos década cuyos liderazgo, no solo estaban haciendo un daño a los trabajadores, ya que también perjudicaban mejores acuerdo con administración de la empresa,.
Si bien es cierto, el diálogo siempre debe estar presente en quienes lideran a los trabajadores y con quienes administran la Corporación, también es cierto, que en estos tiempos terminó la época del consenso por el consenso, y de la cocina en cuatro paredes, tengo el convencimiento, que lo mejor para los trabajadores y quienes la administran la empresa, es mirarse a los ojos y discutir dentro de un marco de respeto las diferencia que los separa, sin que el miedo de uno o del otro inmovilice su actuar, las diferencia no son malas, y muchas de ellas si es necesario profundizarlas, y por supuesto de cara a los trabajadores, estas formas de trabajo, efectivamente son más exitosas para la empresa y para los trabajadores, otra forma es esconder la basura debajo de la alfombra, este modo de actuar realmente genera cambios y participación que tanto se busca al interior de la corporación, y como dicen los expertos en procesos de cambio: SIN PARTICIPACIÓN Y SIN COMPROMISO NO HAY CAMBIO.
Por último lo sucedido hoy en la FTC no significa desconocer el trabajo realizado por Raimundo Espinoza durante toda su gestión pero más de 20 años al mando de esta organización, y que tiene su página especial en la historia de Chile en los momentos más duros, como lo fué el año 1983, supo ponerse de pies, para defender los intereses de Chile, especialmente de los trabajadores y los pobladores, sin embargo, esta federación, con el tiempo se convirtió en un zombie para la defensa de los interese de sus afiliados, dicho hoy por los nuevos dirigentes que asumen el liderazgo de la FTC, donde una buena parte de sus dirigentes actuales desplazados de cargos importante de la FTC, también por más de 20 años en cargos al igual que el presidente, jamás permitieron la renovación de nuevos dirigentes en cargos tan relevantes como Tesorero, Encargado de las Relaciones Internacionales, por decir algunos, este último cargo aseguraba viajar durante todos los años a Giniebra a la Reunión Anual de OTI (Organización Internacional de Trabajo).
En esta nueva posta sindical desearle a la nueva mesa directiva, especialmente a Héctor Roco el nuevo presidente, para que tenga la sabiduría e inteligencia de llevar a buen puerto esta gran organización, que se llama Federación de Trabajadores del Cobre, así también un mensaje a quienes fueron desplazados de sus cargo, para que demuestren si efectivamente están por defender a los trabajadores o por intereses personales, y para terminar un mensaje aquellos dirigentes que al llegar a la FTC su bandera de lucha era producir un cambio sacar de la presidencia a Raimundo Espinoza como el que se ha producido hoy, sin embargo, al poco andar cambió su postura, y hoy cuando tenía la oportunidad de demostrar su coherencia sindical, se restó a la votación , estando ausente de ella, me refiero a un Consejero Nacional que representa a los Sindicatos de Andina y Casa Matriz., y es importante que los trabajadores sepan de ello.
Lo sucedido hoy en la Federación de Trabajadores del Cobre, la más importante del país, es una señal, para todos aquellos dirigentes sindicales nacionales y de base, pero especialmente a los trabajadores que está llegando el término de aquellos dirigentes vitalicios, donde muchos de ellos en sus cargos a veces infunden el temor de sus propios afiliados.
Bien lo dice Cormerin:
Todo poder que no reconoce límites, crece, se eleva, se dilata, y por fin se hunde por su propio peso.
Fraternalmente,
Nelson Aquiles Soto Aguilera, Ex Consejero Nacional, Federación de Trabajadores del cobre.