Varios hechos de violencia se han presentado en Colombia en los últimos días. Por supuesto, estos reflejan los agudos niveles del conflicto armado existente en nuestra nación, que el actual gobierno se empeña en desconocer con su discursito de sofismas. De una u otra manera, todos ellos están relacionados con el proceso político en curso, […]
Varios hechos de violencia se han presentado en Colombia en los últimos días. Por supuesto, estos reflejan los agudos niveles del conflicto armado existente en nuestra nación, que el actual gobierno se empeña en desconocer con su discursito de sofismas. De una u otra manera, todos ellos están relacionados con el proceso político en curso, mediante el cual se busca imponer la reelección del actual Presidente de Colombia, el señor Uribe Vélez, quien opera como un abierto agente político de los grupos oligárquicos y de las estructuras paramilitares para instaurar un régimen fascista.
La reelección del Mesías paramilitar se esta montando a sangre y fuego, sin garantías para quienes ingenuamente han postulados sus nombres como candidatos, dizque como alternativa al actual gobierno. Su gesto electorero lo único que logra es darle legitimidad al actual proyecto pro fascista y despótico del grupo social dominante. En cuanto pasen los días hacia las fechas electorales previstas, este será un asunto que cada vez quedara más claro para la opinión pública y el pueblo. De allí la pertinencia del VOTO EN BLANCO que hemos propuesto para el día de la primera vuelta presidencial, como una manera de impedir que el aspirante a la continuidad dictatorial no logre más de la mitad de los votos requeridos, para no tener que recurrir a la segunda vuelta, al finalizar el mes de mayo del 2006.
Veamos el cuadro de violencia política que enrarece aun más el actual debate político.
Los grupos paramilitares como el Bloque Central Bolívar, el Elmer Cárdenas que dirige el Alemán -primo hermano de Vicente Castaño- y los escuadrones de la muerte en Huila, Meta, Tolima y Cúcuta, todos promotores de la reelección de Uribe Vélez, han desatado y estan ejecutando campañas de exterminio para acribillar lideres de la oposición pertenecientes al Partido Comunista, al Polo Democrático Alternativo Independiente, a otras corrientes de oposición a la reelección y a organizaciones sindicales y agrarias.
El 5 y 18 de noviembre fueron asesinados Jorge Cala y Rafael Pérez, concejales del Polo en la ciudad de Barrancabermeja; allí quienes dieron la orden fueron los Mellizos Mejia, interlocutores del gobierno en Santa Fe de Ralito que disponen de una franquicia en la población de Puerto Berrio para sus crímenes y negocios de narcotráfico hacia Cartagena y Centro América.
Los días 2 y 3 de diciembre fueron acribillados por los paramilitares uribistas que operan conjuntamente con miembros del Ejército, en el oriente del Tolima, los líderes campesinos Jorge Eliécer Ortega Murillo, Luís Eduardo Peña Saboy, Beatriz Eugenia Casas y José Galindo.
En los departamentos del Meta y Guaviare, amparados en las Brigadas Militares y los oficiales que las dirigen, los paracos que se encuentran organizados bajo el mando de Chatarro, Jesús Piraban Garnica (Jorge Pirata) y Pedro Guerrero Castillo (alias Cuchillo o Didier), casi todos antiguos miembros de las fuerzas armadas, están realizando campañas de exterminio de militantes comunistas y sindicalistas agrarios con el argumento de que son enemigos de la reelección de Uribe Velez.
En el Departamento de Casanare, 90 paramilitares de Vicente Castaño, aliado del gobierno, vienen realizando una campaña de exterminio de educadores y lideres sindicales, en los municipios de Hato Corozal y Paz de Ariporo. Ya han sido asesinados Gilberto Vélez, Cielo Pérez y Anselmo Piraquive.
En Cúcuta y los poblados cercanos a la frontera con Venezuela, las «Águilas Negras», un grupo paramilitar, que financia la policía y los políticos que promueven la reelección, realizan en estos momentos campañas de limpieza mediante asesinatos selectivos y recogen firmas a punta de fusil, para respaldar la inscripción de la candidatura del actual Presidente de Colombia. Todo esto ocurre en los barrios Brisas del Porvenir, Toledo Plata, Simón Bolívar y Caño Limón, de Cúcuta y se extiende a los centros comerciales conocidos como sanandresitos, la Central de Abastos y a las zonas rurales de Villa del Rosario, Los Patios y Puerto Santander. En La Llana y Tibú, los paracos han hecho circular listas de políticos opositores que serán asesinados en el curso de la actual campaña electoral.
En Bogota, Ernesto Moreno, abogado de un destacado líder guerrillero encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Combita despues de ser secuestrado en Venezuela por cuerpos policiales colombianos, fue objeto de una acción criminal para asesinarlo, perpetrada por los paramilitares del Bloque Capital, los cuales han organizado la recogida de firmas a favor de Uribe Vélez, en los principales centros comerciales de la capital y conjuntamente con las Redes de Informantes y los integrantes de la Policía Nacional. Este mismo grupo tiene amenazados a los juristas Miguel Gonzáles y Alberto Acevedo, quienes realizan acciones legales en favor de los presos políticos que integran las listas de canjeables en un eventual Intercambio Humanitario.
En el departamento del Choco, fronterizo con Panamá, la comunidad indígena Emberá Dobidá de Mamey Dipurdú, asentada en el municipio de Carmen del Darien, esta siendo sometida a los peores actos de violencia por parte del Bloque paramilitar Elmer Cárdenas, que dirige el «Alemán» y financiado por Bernardo Vélez, Juan Gonzalo Ángel, Luís Guillermo Villegas y Alberto Uribe, familiares cercanos del actual Presidente y reconocidos narcotraficantes de la ciudad de Medellín, que comercializan narcóticos desde la ciudad de Caracas, con el apoyo de altos oficiales de la Guardia Nacional venezolana, que integran el famoso «Cartel de los Soles».
Los paramilitares del Alemán, están promoviendo en esta región la reelección mediante asesinatos, amenazas y torturas de los indígenas del Resguardo.
Este fin de semana, fue asesinado en el sitio los Altares del departamento del Huila, plagado de paramilitares del Bloque Central Bolívar, el ex senador Jaime Lozada, quien era uno de los principales promotores del Intercambio Humanitario, en abierta oposición con los criterios gubernamentales. Este crimen cancela prácticamente todas las posibilidades de realizar un Acuerdo Humanitario que cerca del 80% de la opinión respalda, porque constituye un mensaje que atemoriza a quienes lo han solicitado de manera persistente en los últimos años y al cual se niegan de manera prepotente el señor Alvaro Uribe y su cúpula de generales corruptos.
Personajes como el ex -presidente López Michelsen, Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancur, Alvaro Leyva y centenares de parientes de los afectados en su libertad por la actual guerra civil, ya están denunciando las amenazas del gobierno y las acciones de los paramilitares y cuerpos de seguridad para que no prosigan en las campaña a favor del intercambio humanitario porque ello pone en peligro la reelección.
Este es el cuadro de violencia de la actual campaña política colombiana, en la que el candidato-presidente dispone de todas las ventajas y los grupos de la oposición no tienen las mínimas garantías para su acción de agitación y proselitismo a favor de sus propuestas.