I Estas fechas tienen muchos símbolos y significados, que se contraponen o se utilizan de diversas formas, la mercadotecnia y las empresas han fetichizado aún más estas fechas, otorgándole al objeto un valor mayor del real, despojando su lado humano (y no hablo únicamente de la producción) provocando que el hecho de regalar sea medido […]
Estas fechas tienen muchos símbolos y significados, que se contraponen o se utilizan de diversas formas, la mercadotecnia y las empresas han fetichizado aún más estas fechas, otorgándole al objeto un valor mayor del real, despojando su lado humano (y no hablo únicamente de la producción) provocando que el hecho de regalar sea medido por el costo y no por la intensión de dar, de hacer sentir bien o al menos de intentarlo. Sin embargo, el ser humano persiste, cada vez que un niño recibe un regalo y lo valora en su dimensión o se alimenta una ilusión mediante el estímulo de la mente y los sentidos; la humanidad se renueva. Ese es uno de los significados que pudieran conservarse, no obstante con ello se otorgue una idea cíclica de la historia, la vida y los seres humanos renacemos cada día, cada periodo y cada vez que sembramos o cosechamos a favor y en resultado de una utopía. La humanidad tiene futuro en cuanto mantenga la ilusión y esperanza de renacer en sí misma cada día.
II
Estamos ante la próxima celebración en gran parte del mundo de la navidad o natividad, fecha que occidente ha marcado para la conmemoración del natalicio de Jesús, cuyo papel en la historia religiosa se le ha otorgado como el «Hijo de Dios», por lo que no es para nada una celebración menor, muy al contrario, es la ocasión fundadora del cristianismo. Viene a la mente la guerra genocida que el sionismo judío ha desplegado desde décadas atrás sobre el pueblo palestino. Israel potencia bélica y cómplice del imperialismo estadounidense, lleva décadas masacrando a los palestinos e impidiendo el establecimiento de su pueblo, la Franja de Gaza es zona de guerra permanente, los bombardeos son constantes incluso en fechas santas, los cadáveres de niños y mujeres no causan conmoción ante los ojos de quienes se han auto nombrado el «pueblo de elegido», y llevan a la práctica, un holocausto como el que ellos sufrieron de manos del nazismo alemán.
Un poco irónico pero mucho más trágico, han condenado a desaparecer al pueblo palestino que resiste con todos los medios posibles, ante el abandono de la ONU, de las potencias del mundo y de millones de seres humanos que han olvidado que muy pero muy cerca de ahí, en esa pobre y apartada geografía del orbe, nació a quien hoy celebran y desarrolló gran parte de su apostolado que da sustento a la fe que dicen profesar.
III
El dar y recibir es un hecho humano, ofrendar desinteresadamente a quien se aprecia es un reflejo del corazón, pero el dar y recibir es también un slogan del consumo y la deshumanización, reducir el afecto a lo material convierte a la bondad en una simple compra-venta, en estas fechas las vitrinas de los comercios ofrecen regalos de todo tipo, se presumen los mejores precios y los más bellos momentos garantizados al poseer alguno de esos objetos que se anuncia, es verdad que a todos nos gusta un gesto, hacerlo como recibirlo, pero ¿quién piensa en los trabajadores que producen las mercancías que consumimos?, ¿en qué condiciones viven y trabajan?, ¿acaso sabemos algo de aquellos que con su esfuerzo generan sonrisas a quien damos una u otra mercancía? Arriba hay quienes persisten en mantener sus bonos con toda impunidad y además lo presumen, pero si un trabajador pide el pago justo de su sueldo y sus prestaciones sociales como el aguinaldo es señalado, es juzgado, lo peor de todo, es que el primer juicio sobre él viene de sus propios compañeros que sí reciben esas prestaciones, ¿por qué unos si y otros no?, dejemos de mirarnos como competencia y miremos como humanos, el dar y recibir es un ejercicio diario, en estas fechas y en todo el año debemos practicar la conciencia para sembrar la esperanza del renacimiento humano.
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