El nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), Felipe Quezada Garrido (22), afirma que encabeza un giro a la Izquierda en la conducción del movimiento estudiantil penquista; señala su compromiso con la movilización en la calle y critica las prácticas electoralistas de partidos políticos de Izquierda. Señala que hay […]
El nuevo presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), Felipe Quezada Garrido (22), afirma que encabeza un giro a la Izquierda en la conducción del movimiento estudiantil penquista; señala su compromiso con la movilización en la calle y critica las prácticas electoralistas de partidos políticos de Izquierda. Señala que hay atisbos de recomposición del movimiento sindical en la Región del Bío Bío y afirma que si se aprueba la reforma propuesta por el gobierno, los alumnos de origen acomodado seguirán recibiendo mejor educación que los que provienen de los sectores postergados de la sociedad.
Felipe Quezada estudia tercer año de derecho. Vive en Chiguayante, ciudad satélite del gran Concepción. Milita en la organización política universitaria «Para Todos Todo» y participa en el colectivo «La Disidencia» de la Escuela de Derecho. Antes de ingresar a la universidad participó en una banda de rock y practicó deportes, aficiones que debió relegar a segundo plano para dedicarse a la actividad estudiantil.
Dice que su gestión al frente de la FEC constituirá un giro a la Izquierda, de inspiración «claramente revolucionaria», ante a la anterior directiva, representada por la alianza entre la Unión Nacional de Estudiantes (UNE) y el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL). Apuesta a desarrollar un trabajo más cercano a la base y a levantar organización desde los espacios locales, con vistas a «reconstituir el campo popular».
Su colectivo recoge mucho de la experiencia, trayectoria y elaboración política que tuvo el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). «Si bien no pretendemos hacer una réplica, calco o copia de esa experiencia, porque entendemos que fue algo propio del contexto histórico en el cual se desarrolló, pretendemos ser una continuidad de lo que el mirismo representó en la universidad».
La lista que ganó la FEC se llama «Todos Caminando» integrada además del colectivo «Para Todos Todo», por los Consejos Estudiantiles (también de matriz mirista), y la Juventud Guevarista, organización política que también tiene presencia en otras universidades regionales.
TRABAJADORES Y ESTUDIANTES
Concepción fue una zona industrial con una fuerte presencia del movimiento sindical. ¿Cuál es hoy la realidad?
«No dista mucho de la del resto del país. El movimiento sindical es víctima de la descomposición del campo popular producida por la dictadura, y perfeccionada durante 25 años de gobiernos de la Concertación y la derecha. Pero hoy existen atisbos de reconstitución de un movimiento sindical que no está en la línea tradicional de la CUT. A partir de esa realidad, estamos haciendo un esfuerzo conjunto que se expresa en marchas paralelas a la oficial del 1° de mayo y una ‘cuenta pública popular’, que hacemos el 21 de mayo. En esta línea hay sindicatos importantes como la Unión Portuaria del Bío Bío, Fenats regional, sindicatos de los supermercados Bigger y del Servicio Nacional de Menores (Sename)».
¿Qué opina de los anuncios de la presidenta en torno a educación?
«Nos oponemos a ‘maquillar’ el modelo de educación de mercado. Se habla de gratuidad universal, pero es falsa. Proponen una redefinición de lo público, diciendo que ciertas instituciones privadas cumplirán también un rol público que las habilitará para recibir fondos del Estado. En última instancia, el financiamiento seguirá haciéndose a la demanda, a través de un voucher (bono portable) al estudiante, tratado como un ‘cliente’ que recibe subsidio del Estado para pagar su educación.
Los establecimientos que cumplan con los estándares para acceder a estos recursos del Estado, serán necesariamente elitistas. Estarán en una primera línea en el mercado de la educación. A esa primera línea no ingresarán los estudiantes de los sectores más precarizados de la sociedad. A lo más, admitirán a uno que otro alumno de las escuelas más vulnerables. Pero el grueso de los estudiantes tendrá que optar, como hasta ahora, por los liceos técnicos y después por los institutos profesionales y centros de formación técnica, sin importar cuál sea su potencial como estudiante.
Con la reforma propuesta, los alumnos provenientes de los sectores acomodados seguirán teniendo mejor educación. No se desalojará de la educación el concepto mercantil porque los estudiantes seguirán obteniendo financiamiento dentro de la lógica de la oferta y demanda. Esta supuesta gratuidad irá hacia las instituciones capaces de atraer más matrículas, haciendo que las universidades compitan para captar alumnos. La extensión universitaria seguirá limitándose al marketing para vender imagen.
También continuará la segregación mediante pruebas estandarizadas, que no responden a criterios de selección objetivos y que terminan siendo casi exclusivamente socio-económicos. Se mantendrán universidades, colegios secundarios y escuelas básicas para ricos y para pobres. Mientras exista mercado y privados administrando, no habrá calidad igual para todos en la educación.
El lucro siempre ha estado prohibido en el sistema universitario, pero las universidades privadas encuentran caminos para burlar esa normativa. Lo mismo sucederá cuando los colegios subvencionados se conviertan en entidades sin fines de lucro. No se ve intención de cambio, porque no se modifica el pilar ideológico que sustenta el sistema. Mientras se transfieran fondos públicos a privados, habrá excedentes que generen una tasa de ganancia que se embolsará el privado».
DIFERENCIAS EN LA IZQUIERDA
¿Qué diferencias tienen ustedes con la UNE o el FEL?
«Nuestras diferencias pasan por distintas apuestas políticas. Nosotros no apostamos todavía a copar espacios institucionales, porque entendemos que la actual institucionalidad no está diseñada para responder a las necesidades del pueblo. Trabajamos en torno a un eje organizativo que propende reconstituir el campo popular. Entendemos que en la medida que seamos capaces de generar organización desde la base, vamos a lograr la fuerza que permita hacer las transformaciones que necesita el país. Discursivamente es algo que también plantean organizaciones como la UNE o el FEL. Pero su apuesta táctica termina siempre en el juego electoral, que reduce la democracia al ejercicio del voto. UNE y FEL participaron en la pasada elección en la plataforma ‘Todos a La Moneda’, apoyando la candidatura presidencial de Marcel Claude, hecha de parches populistas o medidas nacional-desarrollistas.
Queremos cambiar el sentido común existente para subvertir el pensamiento de las personas en el sentido de cambiar sus concepciones del mundo para construir una nueva democracia, como herramienta ejercida con participación y decisión de base».
Pero ustedes están en la FEC y eso los vincula a la institucionalidad existente…
«Es diferente, porque las federaciones estudiantiles son cuerpos que se levantan desde un espacio de representación no estatal. Aclaro además que no descartamos de plano participar de la institucionalidad en el futuro, pero creemos que ahora no existe apoyo social para sustentar una forma alternativa de gobierno. Ante la debilidad del campo popular, una candidatura que se levante desde esa posición de debilidad no generará un cambio trascendente».
¿Mantienen vínculos con otras organizaciones estudiantiles?
«Estamos trabajando para generar una coordinación con otras federaciones universitarias de la región, como la Universidad del Bío Bío. Nos vinculamos también con los secundarios. No se pueden desconocer los esfuerzos que provienen de otras universidades de la zona, así también de los escolares. La organización que más estudiantes y liceos agrupa es el Cordón Secundario Rodrigo Cisternas (*), en el que participan algunos colegios emblemáticos como los liceos Enrique Molina y Fiscal. ACES Bío Bío es reducida, y la CONES también es débil».
Uno de los motivos de la falta de influencia de la Izquierda parece ser la dispersión.
«Nuestra prioridad es construir una alternativa de representación política para el pueblo que posea una vocación revolucionaria. En este contexto, tenemos una crítica profunda a los partidos tradicionales, que son meros frentes electorales. No estamos contra los partidos, pero pensamos que sus orgánicas deben estar acompañadas también de expresiones de poder popular».
PLANTEOS DE LA CONFECH
¿Qué consenso existe en el movimiento estudiantil sobre sus demandas?
«La Confech tiene una plataforma de seis puntos. Pedimos que se condone la deuda a quienes han estudiado con crédito; que se garantice el acceso universal a la educación superior; que haya mayores espacios democráticos al interior de las universidades; que termine la subcontratación en esos planteles y que efectivamente sea abolido el lucro, mediante un modelo de financiamiento sustentado en aportes basales del Estado».
¿Qué opina del proyecto de reforma tributaria?
«El objetivo es captar más fondos, pero hay que ver también el origen de esos recursos. Según la Fundación Sol, en la recaudación de impuestos todavía se mantiene un 48% de Impuesto al Valor Agregado (IVA), que tiene un carácter regresivo porque termina gravando especialmente a las personas de clase baja y media.
Sabemos que hay grandes grupos económicos que con apenas el 5% de sus utilidades podían asegurar educación y salud gratuita a todos los chilenos y chilenas. También que bastaría aumentar levemente el royalty del cobre, para que pudiéramos hacer una reforma tributaria que asegure derechos sociales básicos al conjunto de la población. Es la propia clase política la que nos impone trabas para impedir que estos recursos beneficien a la ciudadanía».
¿Es partidario de una nueva Constitución y una Asamblea Constituyente?
«En la medida en que vaya en beneficio del conjunto de la población, no la podemos descartar; aunque con la correlación de fuerzas existente, no creo que sea posible obtener dividendos positivos por este camino. El marco legal actual no nos acomoda a los intereses populares».
Se ha dicho que el proyecto del gobierno divide al movimiento estudiantil.
«Se habla de división, porque ciertas dirigencias responden a partidos políticos hoy alineados con la Nueva Mayoría. Pero más que hablar de división hay que decir que hay diferentes opiniones y aspiraciones. La pugna entre distintas posiciones es natural en todo movimiento, pero que eso decante en un quiebre es otra cosa. Hay una posición mayoritaria que quiere transformaciones profundas, las posiciones proclives al gobierno son una clara minoría en la Confech. Ellos tienen pleno derecho a entregar su opinión. Perder un debate también es algo natural en una democracia.
Algunas opiniones, como la de la directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Santiago (FEUC), a veces se acercan a posiciones del gobierno, y en otras toman distancia. Sabemos las conexiones que la Nueva Acción Universitaria (NAU), tiene con Revolución Democrática (RD) y conocemos el vínculo de RD con los asesores del ministro de Educación.
Nosotros no participaremos de la reforma propuesta por la Nueva Mayoría, porque se hizo a espaldas del movimiento estudiantil y del mundo social. Plantea soluciones que no terminan con la educación de mercado que buscamos erradicar».
Publicado en «Punto Final», edición Nº 806, 13 de junio, 2014