El subsecretario de Estado para Latinoamérica acusó al gobierno de Cuba de «inhumano». Le lanzó críticas terribles. Todo porque decidió liberar a un grupo de «disidentes» políticos.Según el subsecretario, dar crédito a un régimen por liberar inocentes es hacerse cómplice. Llamó «cínica y malvada» la política de «mover a la gente dentro y fuera de […]
El subsecretario de Estado para Latinoamérica acusó al gobierno de Cuba de «inhumano». Le lanzó críticas terribles. Todo porque decidió liberar a un grupo de «disidentes» políticos.
Según el subsecretario, dar crédito a un régimen por liberar inocentes es hacerse cómplice. Llamó «cínica y malvada» la política de «mover a la gente dentro y fuera de la cárcel».
Por ello, «hacer concesiones a un régimen de esa naturaleza es una política equivocada». «Un régimen que hace algo tan inhumano no puede ser influido por sutilezas diplomáticas».
No le falta razón al subsecretario. Apresar inocentes es un hecho atroz. Encarcelarlos por razones políticas o religiosas también. Condenarlos sin garantías judiciales es aún peor.
Asesinarlos ya no se diga. Torturarlos. Someterlos a tratos crueles, inhumanos, degradantes. Ocurre en el enclave colonialista de Guantánamo. Con centenares de presos desamparados.
Ocurre a diario en Afganistán. En Iraq. Pasó en la cárcel de Abu Graib. Pasa hoy en otros centros de detención. Con miles de asesinados, torturados, vejados. Sin ley que los proteja.
Tiene razón. Hacer concesiones a un gobierno que permite tales iniquidades es una política equivocada. Un gobierno capaz de tal degradación no entiende de sutilezas diplomáticas.
Lo ve el mundo a diario. Es bueno que el subsecretario lo diga. Que dé una vara para medir.