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Resistencia civil contra la guerra de Uribe Vélez

Fuentes: Rebelión

Para salir del bloqueo a la paz se requiere de una gran habilidad tactica. Las acciones de masas deben involucrar el mas amplio grupo de los defensores de la paz. La resistencia civil contra la guerra urirbista es un punto clave de la accion comun de millones de colombianos. Tarde que temprano llegaría la contraofensiva […]

Para salir del bloqueo a la paz se requiere de una gran habilidad tactica.

Las acciones de masas deben involucrar el mas amplio grupo de los defensores de la paz.

La resistencia civil contra la guerra urirbista es un punto clave de la accion comun de millones de colombianos.

Tarde que temprano llegaría la contraofensiva contra los Acuerdos de paz de la ultraderecha fanática. Bien perdiendo o ganando en el plebiscito o con cualquier otro mecanismo de refrendación.

De haber ganado el SI por los mismos 54 mil votos que perdió frente al No, la polarización también habría sobrevenido y la reacción de los grupos más retardatarios de la sociedad sería peor, más feraz y violenta.

La ultraderecha está anclada en potentes estructuras sociales, culturales y políticas, capaces de competir con el poder concentrado en el Estado, cuando no tiene su monopolio absoluto. Lo vimos en la campaña y las votaciones para el plebiscito de la paz. Santos fue incapaz de hacer prevalecer el poder del gobierno y su competencia civilizatoria para crear un consenso holgado a los pactos de paz. Pudo más la regresiva pedagogía de las facciones ultramontanas. La pedagogía del gobierno quedo reducida a una inocua propaganda, completamente inutil frente a las mentiras del contradictor. Mentiras que son normales en toda reyerta por el poder. Eso lo sabemos por Aristóteles, Polibio y Maquiavelo.

Santos mismo es un campeón de la mentira y el engaño.

Foucault tiene razón en el sentido de que el poder más preponderante no solo anida en los espacios estatales. Por el resto de la sociedad hay otros poderes con más potencia. Lo acabamos de comprobar el 2 de octubre.

Se creyó que era suficiente con el poder del gobierno para sacar adelante el Acuerdo de paz y los hechos han desmentido tal conjetura.

Colocados en el nuevo escenario político derivado del plebiscito y la negación de los acuerdos de paz es preciso asumir las siguientes premisas.

Primera. Uribe va por la destrucción absoluta de los consensos de paz de La Habana. No descansara hasta imponer su punto de vista, que es el de la guerra y el exterminio de la resistencia agraria.

Segundo. Uribe va a bloquear el Cese Bilateral del fuego y de hostilidades, mediante una amplia campaña de opinión para demostrar que las Farc siguen en sus acciones de guerra y hostiles a la población. El resultado será de nuevo un escenario de combates, enfrentamientos y operaciones de las Fuerzas Armadas contra los frentes guerrilleros.

Tercero. Uribe, Ordoñez y Vargas Lleras intentaran anticipar la campaña electoral presidencial, en la que van a competir para barrer los acuerdos de paz de la Mesa de diálogos de La Habana.

Frente a este lúgubre horizonte político, lo que permitirá hacer posible que la izquierda y las corrientes democráticas, defiendan y protejan la paz acordada, es una gran destreza para realizar una estrategia de alianzas de corto plazo. Se requieren decisiones políticas tácticas con inteligencia y perspicacia.

En ese sentido, las grandes movilizaciones de masas en curso, como las tomas agrarias del 12 de octubre, deben permitir constituir un potente movimiento de Resistencia civil y democratica contra la guerra que quiere instalar, de nuevo, la ultraderecha paramilitar que coordina Uribe Vélez.

Hay que impulsar acciones políticas que se apoyen en el uso de métodos no-violentos por parte de grupos de civiles para desafiar al poder violento y guerrerista de la alianza derechista de terratenientes, multinacionales, generales, empresarios, banqueros y políticos corruptos. La resistencia civil pacífica de los colombianos debe incluir acciones sostenidas para debilitar las fuentes de poder del adversario, para obligarle a negociar en términos favorables a la paz.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.