Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística, por Carlos Sanchis.
Estoy de acuerdo con la valoración de Robert Thompson acerca de la publicación de la caricatura anti-musulmana en el Jyllands-Posten de Copenhague. La publicación causó un alboroto que ha producido un poderoso boicot internacional contra la compra de género danés. Cualquier lector honesto debe estar de acuerdo en que estas caricaturas fueron diseñadas, obviamente, para causar dolor, conflicto, y odio hacia el Islam y los musulmanes. En lugar de animar al lector a dar más tirada a esta publicación, describiremos brevemente dos de las caricaturas para calmar la curiosidad. No son visiones valiosas. Uno de los dibujos bosqueja al Profeta Mahoma como un «terrorista» y otro es una calumnia contra todos los musulmanes de cualquier parte. Aquellos que exigen el derecho a la libre expresión como una defensa de esta clase de publicaciones están o desconcertados o son de la misma bajeza de espíritu y mente que se expresa en las caricaturas. Predeciblemente, el editor intenta una defensa de la «libertad de prensa» para lo que ha hecho.
La defensa de la «Libertad de Expresión»
Desde hace demasiado tiempo, los medios de comunicación y las agencias de noticias ha ocultado su obscena, y políticamente intencionada, conducta detrás de sus exigencias por la «libertad de expresión». Como miembros de la misma familia humana debemos comprender que los medios de comunicación son una herramienta sumamente poderosa en todas nuestras sociedades. En pocas palabras, existe un diferencial de poder al considerar la influencia de los medios de comunicación en toda la población, para no hablar en los jóvenes y niños. Los medios de comunicación tienen una responsabilidad enorme. Una de sus responsabilidades es construir, animar y fortalecer la familia y las estructuras sociales que sirven a las personas en su conjunto. En cambio, en la industria de las noticias y el entretenimiento son constantes los ataques a las estructuras que unen a la sociedad, una falta de consideración para los valores de respeto por las cosas que son importante para otros, una escasez de consideración positiva para los valores de otros y la cortesía común.
Las corporaciones de los medios de comunicación defienden sus prácticas destructivas afirmando que tales consideraciones son un «terreno resbaladizo», pretendiendo que tales auto-impuestas restricciones se añaden a la censura y llevarán a la imposición de los valores de los medios de comunicación a otros. Pretenden ser un «valor libre»; una posición que es de inmediato, filosóficamente ingenua y falta de sinceridad. Todas las personas y todas las organizaciones hacen lo que hacen a partir de un conjunto subyacente de asunciones y valores. Los honrados admiten la génesis de sus ideas y conductas; los ímprobos no lo hacen.
¿Qué es «Adecuado para imprimir?»
En mis 11 años de estudios superiores, solamente una vez me pidieron que abandonara una clase. Estaba en un curso de periodismo en la Universidad de Tennessee y el profesor era un editor del Nashville Tennessean . En esta conferencia en concreto, él estaba usando el término « noticiable » en lo que yo pensé que era un modo alegre. Levanté mi mano y empecé una discusión dentro de la clase con él. Intentaré recordar esa discusión con mi mejor memoria – parafraseando, por supuesto,:
LMB: ¿Cómo determina usted, como un editor, lo que es « noticiable »
Profesor: «Debe ser obvio» (y reemprende su conferencia)
LMB: «Pero usted, realmente, no ha contestado a mi pregunta»
Profesor: «Nosotros le damos a la gente lo que necesita.»
LMB: «¿Que pasa si lo que determina usted ser ‘lo que la gente necesita’ viene a ser, en conjunto, destructivo para la sociedad?»
Profesor: Si los medios de comunicación determinan lo que es bueno para las personas, se están situando, en autoridad, por encima de la sociedad en lugar de someterse a la voluntad de la gente.
LMB: ¿Cómo sabe usted que lo que la gente necesita es lo mejor?
Profesor: Tenemos que asumir que lo es. Por otra parte, estamos imponiendo nuestros valores sobre ellos.
LMB: ¿Cómo determina usted que es lo que la gente necesita ?
Profesor: Simple – por los números – nuestra tirada. Si no estamos dándole a la gente lo que necesita, dejará de comprar nuestro periódico.
LMB: ¿No entra la voluntad de los anunciantes en juego en alguna parte de este dispositivo?
Profesor: No, ellos escogen anunciar en nuestro periódico en base a nuestra tirada.
LMB: ¿Así lo que usted nos está diciendo es que los editores del Nashville Tennessean especulan manteniendo a flote noticias y artículos de opinión si las personas continúan comprando el periódico, usted sabe que sus artículos son « noticiables » y si dejan de comprarlo, usted sabe que tiene que hacer algunos ajustes en su criterio para lo que es « noticiable ?»
Profesor: Eso es correcto.
LMB: ¿Así que usted no ve que tenga alguna responsabilidad, tanto si su publicación es una fuerza constructiva para la sociedad o una fuerza que causa un colapso en el orden y la armonía social?
Profesor: Nosotros creemos que las personas saben lo que es mejor para ellas.
LMB: Cuando persistí con mi argumento, el profesor se volvió desesperado conmigo y me pidió que abandonara la clase. Yo era un hombre joven y «lleno de orín y vinagre» como dicen ellos. ¡Yo estoy seguro ahora que bajo su punto de vista, lo merecía!
Esta pequeña discusión que tuvo lugar hace más de 30 años, solo describe parte de la defensa de los medios de comunicación corporativos de su teoría y practica incluso hoy. Hay una abrogación fundamental de la responsabilidad en la posición que el profesor defendió. Como individuos y organizaciones de individuos, somos responsables de las palabras que pronunciamos, de los artículos, de las noticias y los ensayos que publicamos, las palabras que seleccionamos para ser transmitidas y de las escrituras y películas que escribimos, producimos y proyectamos.
Televisión
Este poderoso instrumento llamado «televisión» día tras día hace estallar la sociedad, noche tras noche con imágenes de violencia, sexo explícito y palabras de mal espíritu. ¿Cuándo un padre está mirando una excepcional y benigna seria cómica con su niño, por qué debe tener la programadora de televisión el derecho de sorprenderlos de repente con imágenes de violencia y sexo en un anuncio comercial? ¿No deben tener los padres el derecho de escoger su tiempo para discutir estos asuntos con sus hijos de manera propia, en vez de tener de repente a un extraño entrando en su sala de estar con viles imágenes y mensajes?
¿Puede la mente de un niño pequeño competir con las ágiles, inteligentes y sofisticadas tecnologías que producen imágenes rápidas como el fuego y no le permiten al niño recuperarse de una antes ser asaltado por la siguiente?. Poco realistas, los « Reality Shows » como Factor del Miedo y el Show de Jerry Springer degradan a los seres humanos con sus burlas y arrojan a las personas desgraciadas unas contra otras, generando actitudes de espíritu ruin, conflictos y cólera entre la audiencia del público que los está viendo.
Los programas políticos, faltos de integridad y responsabilidad, de las noticias de televisión necesitan ser descritos. Hoy, publicamos dramáticos gráficos que muestran el engaño con el que han informado de las muertes de niños en Palestina desde el principio de la segunda Intifada. Intentan justificar estas atrocidades sociales con racionalizaciones cojas. Pero todos nosotros sabemos que su línea de fondo es la valoración y el dinero. Todos sabemos que no son un «valor libre» sino que tienen programas políticos subyacentes dictados por fuerzas externas en el gobierno y en las grandes corporaciones. En los EE.UU., la NPR y la PBS están quizás entre las más peligrosas programadoras, considerando su declaración de ser «públicas» al tiempo que aceptan gran cantidad de dinero de capitalistas que siempre consiguen lo que quieren para sus dólares.
Los medios de comunicación impresos
Las poderosas corporaciones de medios de comunicación impresos, no son nada mejor. Vemos lo que seleccionan para imprimir y lo que escogen omitir. La gente ve su cuidadosa redacción de artículos de noticias. Durante los últimos 5 años los hemos visto fabricar miedo entre la gente con sus advertencias contra un enemigo que nunca ha existido. Los hemos visto apoyando las guerras sobre la gente de Afganistán e Irak y, gradualmente, empezar a distanciarse de esas guerras cuando se vuelven amargas y los pueblos se vuelven contra ellas. Los dueños y editores del New York Times , Washington Post, Boston Globe, Chicago Tribune, Los Angeles Times , y muchos otros periódicos tienen hoy sangre en sus manos; la sangre de los niños, mujeres y hombres que nunca supusieron una amenaza para ellos ni para nadie del llamado «mundo occidental». Están como culpables por su papel en estas guerras; como los políticos, los funcionarios militares y pistoleros lo son por el suyo.
Desde espectáculos como «Policías» y «Supervivencia» a «el Sexo en la Ciudad» o «Casa»; las actitudes negativas de bajeza, venganza, retribución y cinismo son penetrantes a lo largo de los medios de comunicación corporativos. Raramente veremos ternura, bondad, apacibilidad, amor verdadero, plena compasión y otras amorosas condiciones humanas positivas promovidas entre las relaciones de personas, en los medios de comunicación. Típicamente, vemos la melancolía, piedad y emociones poco profundas que rodean un tema de » atrapar al tipo malo» – así puede haber «clausura» para la víctima – una fórmula que se extiende a los héroes de policía y que rinde culto en el altar de un estado policial. La fórmula del bribón, la víctima y el rescatador. El espectador sale con odio por el bribón, lástima para la víctima y una imponente admiración para el rescatador; es decir el estado.
Digo que la posición tomada hace tanto tiempo por mi profesor sólo es «parte de su defensa» porque la mayoría de los jefes de los medios de comunicación también serían rápidos en determinar – no sólo lo que es « noticiable » sino también lo que es «no noticiable » – moralmente igual de malo – como en el famoso lema del New York Times , «Todas las noticias que son apropiadas para imprimirse». Y ahí radica lo que es conocido en los círculos de debate como su «inconsistencia interna». Esta parte de su defensa contradice, obviamente, la explicación dada hace muchos años por mi profesor. Esta posición es la misma asunción que ha producido «leyes del odio» y nuestro moderno «pensamiento policial».
Las corporaciones de los medios de comunicación necesitan ambas direcciones
Así pues, las corporaciones de los medios de comunicación necesitan – y las han tenido – ambas direcciones. Si publican algo con mal ánimo y destructivo, pueden culpar al público porque , «Nosotros le estamos dando sólo lo que él quiere». Si desean publicar algo que se adecue a sus propios valores o los valores y el programa de sus anunciantes, pueden afirmar su responsabilidad social como justificación. Cuando son identificados con exactitud en un debate formal estos problemas y desafiados en donde empieza y acaba la « libertad de expresión «, frecuentemente usan el argumento de « No se puede gritar ¡Fuego! en una atestada sala de cine «. Su estrategia en este debate es tan simple como obvia la usada por el oponente, enfermo de ofuscación y de lógica circular.
¿Por qué estuvo mal para el Jyllands-Posten, el periódico de Dinamarca, publicar ofensivas y desorientantes caricaturas sobre Mahoma, los musulmanes y finalmente su fe: el Islam? Mayormente, fue un error porque sus publicaciones tienen poder para influir en un gran número de personas y son, finalmente, responsables de los efectos que su trabajo tiene en la sociedad, para bien o para mal. Una de las razones específicas por las que fue un error es que las caricaturas son un vil, irreverente e incívico ataque a las personas musulmanas y a su religión. El periódico se defendió diciendo que ellos han publicado caricaturas que también eran « críticas » con la cristiandad. Incluso un niño sabe – sobre todo un niño sabe – que «dos errores no dan la razón». Esta defensa parecían hacer que las fuertes objeciones levantadas por los musulmanes como venir a ser, en cierta manera irrazonables. Sugieren que sus objeciones nos dicen algo sobre «el temperamento musulmán»; reforzando la mentira moderna de que el Islam es inherente y esencialmente agresivo y violento. Pero si cualquiera publicara algo sobre «su temperamento», en referencia a otras religiones o etnias sería denunciado por «racista», «intolerante» o «antisemita.»
La complejidad empleada para ofuscar y defenderse
Las normas razonables para la publicación no son tan complejas como los medios de comunicación corporativos y la magistratura han intentado hacerlas. Hacerlas complejas con argumentaciones circulares y ofuscaciones son un método usado por aquellos que se esconden de la luz de la simplificación y de la honestidad. Nosotros no quedaremos absorbidos por sus argumentos del relativismo en estos asuntos. Los emplearemos sólo dentro de la integridad y la estructura del debate formal. Pero explicaremos nuestras propias reglas para publicar y publicaremos libremente su crítica honesta a nuestras prácticas.
En Axis of Logic, admitimos con libertad nuestro conjunto de asunciones, nuestros valores y presuposiciones. Porque a partir de estas asunciones y valores determinamos lo que pensamos que es « noticiable » e importante de ser dado a conocer al público. Un lector puede discrepar con nuestro conjunto de asunciones, pero puede al menos conocer la base subyacente de nuestros puntos de vista y de nuestras prácticas. No pedimos disculpas por dar lo mejor de nosotros para destruir las fuerzas y las prácticas que nosotros creemos que están degradando y destruyendo a las personas tanto como individuos como sociedades en su conjunto. Hay diferencias importantes entre la crítica enérgica y los ataques con un mal espíritu. Hacemos lo que podemos para sacar a la luz las cosas hechas en secreto por aquellos que están en el poder. Pero también tenemos la responsabilidad de alabar lo que es correcto, bueno y verdadero. ¿ Cómo sabemos lo que es « correcto, bueno y verdadero «? por encima de todo, sabemos que es» lo correcto » porque lo conocemos intuitivamente. También le proporcionamos al lector nuestras normas internas con las que ella o él pueden contrastar nuestra actuación, los valores de los que partimos en nuestro manifiesto y nuestra declaración de objetivos. ¿Cometemos errores? Por supuesto. A veces en el calor del apasionamiento podemos escribir y publicar cosas de una manera descortés o incluso cosas que no son objetivamente correctas. Pero cuando nos damos cuenta o tomamos conciencia de esas faltas nos disculpamos -como hemos hecho en el pasado -, publicamos una retractación de forma destacada y aprendemos de la experiencia.
– Les Blough
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