Los informes fueron revelados en un informe de la Corte Suprema en el marco de la investigación del crimen de Orlando Letelier, donde encabeza el listado el dueño de El Mercurio Agustín Edwards. Amplio reportaje sobre el tema en la edición de este miércoles del semanario Cambio21. El diario El Mercurio, algunos de sus medios […]
Los informes fueron revelados en un informe de la Corte Suprema en el marco de la investigación del crimen de Orlando Letelier, donde encabeza el listado el dueño de El Mercurio Agustín Edwards. Amplio reportaje sobre el tema en la edición de este miércoles del semanario Cambio21.
El diario El Mercurio, algunos de sus medios asociados, y el consorcio periodístico Copesa recibieron dinero de la DINA en 1975, pagos efectuados mediante cheques desde una cuenta encubierta de la DINA en el Banco de Crédito e Inversiones cuyo titular era Manuel Contreras, director del organismo represor de la dictadura.
Además de El Mercurio y Copesa recibieron dinero los diarios Las Últimas Noticias, El Diario Austral, La Nación, La Prensa, El Día y La Discusión de Chillán, los semanarios Qué Pasa y Ercilla y las agencias internacionales de noticias United Press International (UPI) y France Press, además de la agencia nacional Orbe, según un informe de la Corte Suprema que fue dado a conocer por la agencia española EFE.
El semanario Cambio21 en su edición de este miércoles incluye un completo reportaje sobre el tema.
Dicho informe está adscrito al expediente sobre el crimen del ex canciller Orlando Letelier y, según la nota, los dineros fueron cobrados desde la cuenta corriente N° 13280724 del Banco de Crédito e Inversiones que figuraba a nombre de la «Dirección de Rehabilitación Nacional, DINAR».
Organismos de derechos humanos consultados por esta información estiman que los pagos de la DINA a la prensa ayudan a explicar no sólo el ocultamiento de las violaciones de los derechos humanos a la opinión pública, sino también su complicidad con montajes como el de la Operación Colombo: 119 detenidos desaparecidos que los medios hicieron figurar como ejecutados por sus propios compañeros en Argentina producto de rencillas políticas internas o muertos en inventados enfrentamientos con las fuerzas policiales argentinas.
También está el crimen de Rinconada de Maipú, en el que algunos periodistas «cubrieron la espalda» de la DINA difundiendo un falso enfrentamiento con agentes, cuando los prisioneros salieron muertos desde Villa Grimaldi, tal como confirmó la investigación judicial sobre el caso.
Información conocida recientemente reveló que la DINA también financió desde la cuenta «DINAR» a distintos estamentos del Ejército, como su Comandancia en Jefe, el Comando de Institutos Militares, CIM, el Batallón de Telecomunicaciones, la Escuela de Infantería de San Bernardo, los regimientos de Infantería N°4 «Arauco» y N° 9 de Chillán, el Instituto Geográfico Militar y la Fábrica de Materiales y Armamento, Famae.
La propia Junta de Gobierno, la Secretaría General de Gobierno y la Escuela Naval, cobraron dinero aportado por el órgano represivo.
Todos los cheques fueron cobrados en «escudos», la moneda vigente en Chile hasta el 29 de septiembre de 1975, cuando fue cambiada al actual peso (para calcular después de esa fecha, 1.000 escudos es igual a 1 peso). De acuerdo al informe de la Corte Suprema, la DINA manejó miles de millones de escudos cuando el sueldo mínimo de la época era de 27 mil escudos.
Desde esta cuenta también fueron pagados con altas sumas mensuales los principales agentes, entre ellos Marcelo Moren Brito, Pedro Espinoza, Christoph Willikie, Eduardo Iturriaga Neumann, Cristián Labbé y Juan Morales Salgado, además de la amante de Contreras, su secretaria Nélida Gutiérrez, y la enfermera Carlota Bolumburu, que inyectaba a los prisioneros para morir en la Clínica Santa Lucía.
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