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Ricardo Lagos: el gobernante chileno que más dinero invirtió en armas

Fuentes: Prensa Latina

Cuando el presidente Ricardo Lagos entregue la banda presidencial en 11 de marzo próximo a quien resulte su sucesor, habrá pasado a la historia como el gobernante chileno que más dinero invirtió en armas. En los seis años de su mandato, las Fuerzas Armadas habrá completado la compra de unos dos 500 millones de dólares […]

Cuando el presidente Ricardo Lagos entregue la banda presidencial en 11 de marzo próximo a quien resulte su sucesor, habrá pasado a la historia como el gobernante chileno que más dinero invirtió en armas.

En los seis años de su mandato, las Fuerzas Armadas habrá completado la compra de unos dos 500 millones de dólares en modernos equipamientos, que hizo de Chile con mucho en el país de América Latina que más destinó a ese rubro. Su gobierno justifica el hecho con la necesidad de renovación del potencial castrense de cara al bicentenario (2010) y las posibilidades generadas por la bonanza económica derivadas de los altos precios del cobre, principal soporte del armamentismo chileno. Mediante la controvertida Ley Reservada del Cobre, que pasa automáticamente a las Fuerzas Armadas el 10 por ciento del total de sus exportaciones para la adquisición de armamento, el Ministerio de Defensa obtuvo sólo el 2005 más de 850 millones de dólares. Este presupuesto, que es adicional al que asigna el gobierno a esa cartera, hacen de Chile el país que más porcentaje de su Producto Interno Bruto (4,0 por ciento) por habitantes destina a la adquisición de armamento en la región y uno de los mayores compradores del mundo. Analistas del sector citados hoy por el diario electrónico El Mostrador, justifican el hecho con la necesidad de renovar el equipamiento de las tres ramas, considerados obsoletos para un país que aspira a convertirse en una potencia regional.

«Toda la flota se dio de baja junta. Lamentablemente el presidente Lagos no tiene la culpa de que el diseño de las flotas y los buques que se compraron en el régimen militar (1973-1990), quedaran obsoletos en la misma época», dice Eduardo Santos. Pero lo fundamental para el experto, a quien parece «razonable y adecuado» el alto nivel de gastos militares, es la inestabilidad política de los vecinos del norte, con «un Ollanta Humala con fuertes aspiraciones en Perú y un izquierdista como Evo Morales en Bolivia». «Chile no tiene ambiciones territoriales ni amenaza a nadie, pero quiere vivir tranquilo», asevera Santos, cuyas opiniones reflejan el sentir, no sólo de las Fuerzas Armadas, sino de los sectores más conservadores del gobierno y la oposición de derecha.

El país sudamericano, que en la Guerra del Pacífico (1879-1884) arrebató todo el litoral a Bolivia y vastos territorios del sur peruano, insiste que no tiene litigio territorial alguno pendiente con sus vecinos. Para los bolivianos, sin embargo, obtener una salida soberana al mar resulta de vital trascendencia, a la cual no están dispuestos a renunciar, mientras los peruanos reclaman más de 35 mil kilómetros de mar, rico en recursos pesqueros, en su frontera sur con Chile. Al igual que Santos, el abogado y analista Miguel Navarro justifica los enormes recursos invertidos en armamentos y defiende la conducción política de Lagos, aunque admite que es el gobernante que más ha gastado en el rubro desde la época del presidente Jorge Montt (1891-1896). «El (Lagos) comprendió las necesidades de las Fuerzas Armadas y, en segundo lugar, demostró tener un buen conocimiento de la importancia del poder estratégico en la conducción política general, y eso está muy a la altura del jefe de Estado», afirmó. Para el analista «la situación internacional de Chile cambió durante la actual administración porque somos una potencia mediana emergente, lo que implica asumir mayores responsabilidades a favor de la paz y la estabilidad internacional».

Durante los años de su mandato, Chile ha adquirido 28 ultramodernos aviones de combate F-16, cuatro fragatas y dos submarinos en Holanda, y se apresta a comprar un centenar de poderosos tanques Leopard II a Alemania. Aún faltan por adquirir, decisión que ya fue aprobada en esta administración, un número alto de helicópteros, varios buques de apoyo para la Armada y dos barcos petroleros, además de otros pertrechos. Se estima que Chile tendrá un PIB de 112 mil millones de dólares en 2006.

Angel Pino Rodríguez es corresponsal de Prensa Latina en Chile