Un libro de reciente edición nos propone leer a Rosa Luxemburgo con mirada latinoamericana y desde los interrogantes de la actualidad.
«Rosa Luxemburgo y la reinvención de la política. Una lectura desde América Latina»
Hernán Ouviña, con prólogo de Silvia Federici. 2ª. Edición.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: El Colectivo, 2021.
El pensamiento de izquierda necesita la recuperación plena de los clásicos. Una aproximación que no se haga desde la pura perspectiva académica. Sino que incorpore una mirada militante, consustanciada con la finalidad transformadora que animó el pensamiento y la acción de los grandes exponentes de la praxis revolucionaria.
Esa misión militante puede asimismo enriquecerse con la asunción de una finalidad pedagógica, con una modalidad expositiva apta para llegar a un público amplio. Amplitud que comprenda en primer lugar a lxs militantes de base de la acción transformadora, con un lugar destacado para lxs jóvenes que hace poco han iniciado el camino del activismo social, político y cultural.
Un aporte muy enriquecedor para esa militancia es que el punto de vista no sea sólo general sino que esté arraigado en nuestro continente, en los padeceres y las contradicciones que atraviesan nuestra América.
Las características que enunciamos se despliegan de modo más que satisfactorio en el trabajo de Ouviña que comentamos.
Pasado y presente de un itinerario revolucionario.
El autor ha cultivado este tipo de enfoques tanto en relación con Antonio Gramsci como con Rosa Luxemburgo. Ya comentamos aquí un volumen colectivo configurado con el acercamiento de múltiples organizaciones de base al pensamiento y la acción de la revolucionaria polaca.
Ahora aporta su propio abordaje a una lectura latinoamericana de la gran figura del pensamiento revolucionario. El libro está atravesado por la preocupación pedagógica. Apunta en ese sentido una sucinta y prolija cronología al comienzo del libro, y un capítulo inicial con apuntes biográficos básicos.
También resulta didáctica la inclusión de recuadros, que contienen citas más o menos extensas de la dirigente espartaquista, noticias breves sobre personajes que se cruzaron con la trayectoria de Luxemburgo y comentarios acerca de ella de compañeros de lucha y estudiosos.
Ese aspecto formativo se hace compatible con la reflexión rigurosa y el examen de una extensa bibliografía de y sobre Rosa. En la búsqueda de caminos no tan recorridos, se presta atención a obras distintas de las canónicas, con atención particular a su correspondencia, sin excluir a la dedicada a temas privados e íntimos.
A la hora de enlazar el análisis de la praxis de la revolucionaria con las preocupaciones de lxs revolucionarixs del presente algunos capítulos destacan en particular.
El cuarto, “Formación política y disputa cultural para la emancipación”, repasa entre otros aspectos las “afinidades electivas” con Gramsci a la hora de comprender y llevar adelante la disputa cultural desde el ángulo de las clases oprimidas. Y lo integra dentro de un abordaje de la educación socialista, al que Luxemburgo dirigiera un costado importante de su actuación y reflexión.
Son unas pocas páginas de gran utilidad para quienes transitan actividades formativas desde una mirada emancipatoria.
El capítulo sexto, “Mujeres, pueblos indígenas y naturaleza en la reproducción de la vida” acerca los aportes de R.L. a algunos de los temas más álgidos del debate político y cultural actual. Allí el autor rastrea pistas en consideraciones que aparecen en textos no orientados de modo específico a esas cuestiones. Y que sin embargo contienen referencias valiosas desde la mirada de nuestro presente.
El tratamiento del amoroso vínculo de la revolucionaria con la naturaleza nos acerca una mirada distinta a la imperante en su época, orientada al desarrollo técnico y al dominio cada vez mayor de la naturaleza por el hombre como un signo de “progreso”.
En el capítulo titulado “Revitalizar el internacionalismo desde la diversidad”, Ouviña se lanza contra un preconcepto arraigado, el de que Rosa carecía de sensibilidad en torno a la “cuestión nacional”. Al contrario, muestra aquellas posiciones, en particular las contrarias al independentismo polaco, como una anticipación del “plurinacionalismo” que ha sido en las últimas décadas el camino emprendido por varios procesos de cambio.
Una lectura para el conocimiento y la acción.
La lectura del libro del investigador argentino nos deja con la impresión de que hemos sido alcanzados por un trabajo que trae la praxis luxemburguiana al presente sin despegarla del contexto histórico de origen. Ni de su inscripción en el itinerario general del pensamiento socialista y revolucionario.
A lo que se suma la virtud de que se ancla en nuestro subcontinente, para extraer tanto respuestas provisionales como interrogantes abiertos en torno a las incógnitas que hoy nos desvelan.
La obra se cierra con la apelación renovada a la apuesta por la revolución, asumida desde el riesgo y la incertidumbre, sin contaminaciones teleológicas. La genial consigna “¡Socialismo o barbarie!” resuena allí como ratificación de las convicciones revolucionarias. Las que quizás sea oportuno subrayar con la última cita de la protagonista del libro que se incluye en su texto:
La más desconsiderada energía revolucionaria y el humanismo más generoso, éstas son las verdaderas esencias del socialismo. Hay que dar la vuelta a un mundo, pero cada lágrima vertida, aunque haya podido ser secada, es una acusación. Y un hombre acosado por ocupaciones importantes que aplasta a un gusano por simple inadvertencia, comete un delito.”
Contribuye asimismo a lo grato de la lectura un cuidadoso trabajo de edición, de una sencillez no exenta de belleza. Tienen gravitación en esa característica las ilustraciones en blanco y negro de Oscar González (Guache), que jalonan cada capítulo.
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