La situación geopolítica actual se asemeja a la que hubo antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando, para invadir a la URSS, Hitler reunió bajo su mando a la mayoría de los países de Europa; EEUU y la UE han articulado hoy una coalición similar para hacer la guerra a Rusia en Ucrania.
Para ello, entregan a Kiev información militar clasificada, reclutan mercenarios e instructores militares, para que les instruyan en el manejo del material bélico que les venden, y emplean las redes sociales para propagar falsedades. Los ucranianos son sólo carne de cañón. ¿Por qué prolongan tanto tiempo la guerra contra Rusia? Porque EEUU y la UE esperan agotarla y derrotarla.
El conflicto tiene sus raíces en los atentados del 9/11, cuando los Neocon, fracción de la ultraderecha estadounidense, esperaban con este acontecimiento materializar sus sueños de dominio mundial. Era la catástrofe planificada que Paul Wolfowitz, Donald Rumsfeld, Victoria Nuland y otros Neocon querían que se dé para que Estados Unidos comenzara las guerras sin fin, en virtud de las cuales ya no se trataba de ganar guerras, sino iniciarlas y prolongarlas el mayor tiempo posible; el propósito era destruir las estructuras políticas y sociales de los países, blancos de este plan, para privarlos de toda defensa, asustar a otros, y así obtener la hegemonía absoluta.
La política actual de los neocon consiste en destruir primero a Rusia, para frenar su veloz desarrollo y arrebatarle sus recursos naturales, y luego a China, para impedir que se convierta en la primera potencia mundial en todos los aspectos; este es el meollo del actual conflicto; los gobiernos vasallos de Europa se les sumaron.
Victoria Nuland, figura descollante de los neocon y alta funcionaria estadounidense, fue a Kiev para respaldar el sangriento golpe de Estado de Ucrania de noviembre de 2013, encabezado por el Sector de Derecha, movimiento heredero de Stepán Bandera, colaborador de Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Como reacción, Crimea se independizó de Ucrania y se reintegró a Rusia, mientras que las repúblicas de Donetsk y Lugansk, que son parte del Donbass, proclamaron su independencia el 12 de abril de 2014; desde entonces no cesa el conflicto de Ucrania contra estas repúblicas, que ya ha causado cerca de 20.000 víctimas mortales.
Los neocon, desde el triunfo de Biden, controlan los más importantes centros de poder de la Casa Blanca y en este momento su política consiste en destruir a Rusia. Pero van a fracasar, cuando en el pasado sus enemigos intentaron borrarla del mapa y la acorralaron sin aparente escapatoria, el pueblo ruso enarboló un patriotismo digno de encomio; lo hizo cuando la invadieron los caballeros teutones, los polacos, los tártaros, los suecos, los turcos, los japoneses, los checos, los franceses, los alemanes, los ingleses, los estadounidenses, los italianos y cuando la agredió casi toda Europa, encabezada por Hitler.
A todos ellos vencieron en Kulikovo, Poltava, Crimea, Borodinó y Stalingrado, por mencionar algunas batallas. Algo parecido pasó con China, también amenazada por EEUU. Si Rusia y China derrotaron a tanta agresión militar en su contra, ¿cómo no van a derrotar ahora a los Neocon, incrustados en la Casa Blanca?, más que nada, por la poderosa alianza económica y militar que estas dos potencias han forjado.
Mediante los Acuerdos de Minsk, firmados el 5 de septiembre de 2014 por los representantes de Ucrania, las repúblicas de Donetsk y Lugansk, con las garantías de Francia, Alemania y Rusia, bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa y refrendados por el Consejo de Seguridad de la ONU, el Presidente Putin buscó la paz en Ucrania durante ocho años. Pero el gobierno de Kiev, más interesado en organizar una blitzkrieg en Donbass, se negó públicamente a cumplirlos. Los ataques contra el Donbass se intensificaron después de que EEUU y la OTAN entregaron grandes cantidades de armas a Ucrania.
En estas circunstancias, el servicio de inteligencia del Donbass develó los planes de Kiev para obtener, mediante la limpieza étnica de la población rusa, el control absoluto de ese territorio. Por esta razón, los líderes de las repúblicas de Donetsk y Lugansk solicitaron al Presidente Putin reconocer la emancipación de esas repúblicas, que está basada en la resolución 1514 de la Asamblea General de la ONU. Para abordar la situación creada, el Presidente Putin convocó a una sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de Rusia y el 21 de febrero de 2022 firmó los decretos de reconocimiento de la independencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Lo hizo para impedir que se siga exterminando a millones de rusos que viven en Ucrania, como estaba pasando desde hace ocho años, y que en su frontera se consolide un régimen nazi con capacidad de fabricar armas atómicas, tal como las autoridades ucranianas lo habían anticipado; tuvo que reconocer la independencia de Donetsk y Lugansk, sin que le importe el costo político de dar este paso.
El 24 de febrero, el Presidente Putin anunció el inicio de la operación militar especial en Ucrania, cuya finalidad es desmilitarizar y desnazificar este país, poner fin a los innumerables abusos contra la población de Donbass por parte del gobierno de Kiev, y llevar ante la justicia a los miembros de ese régimen, que ha cometido un real genocidio contra su propio pueblo, todo en conformidad con el artículo 51 del capítulo 7 de la Carta de la ONU. A pesar de ello, la OTAN apoya a Ucrania y amenaza con desatar una guerra contra Rusia, que inevitablemente será nuclear.
Al cumplirse 1160 años del nacimiento del Estado ruso, el Presidente Putin declaró que en Occidente sostienen que si en 1991 fueron capaces de derrocar a la URSS, ha llegado el momento de debilitar, dividir y destruir a Rusia, para que se desintegre y se reduzca a una multitud de pequeños países, que se enfrenten entre sí en una guerra mortal, objetivo que se enmarca en la estrategia occidental de eliminar los centros de desarrollo soberanos e independientes, para imponer a otros países su voluntad y pseudovalores. Hizo notar que Rusia ha sido siempre el hogar para personas de diversas nacionalidades y religiones y recalcó que, a pesar de las múltiples invasiones, la fragmentación y la tragedia de la guerra civil, los períodos sombríos de la historia de Rusia siempre fueron seguidos por etapas de renacimiento.
Putin dijo que la autonomía es garantía de libertad y en la tradición rusa uno no puede sentirse verdaderamente libre si no lo es también su pueblo, su patria. “Los años pasados demostraron que es mortalmente peligroso debilitar la soberanía de Rusia y abandonar sus intereses nacionales. Nosotros no sucumbiremos al chantaje y la intimidación. Nadie podrá prohibir o cancelar la civilización y la riquísima cultura de Rusia, tampoco logrará destruir los valores que unen a la sociedad rusa y nos convierten en un gran pueblo. Estos valores son la fidelidad a la verdad y la justicia, el respeto a la familia, el amor a los niños, la misericordia, la compasión, la ayuda mutua y el deseo de hacer bien a los demás, a todo el país, a Rusia. Ser patriota es la esencia de la naturaleza y del carácter del pueblo ruso. Ahora, en el marco del operativo militar especial, nuestros héroes, voluntarios, soldados y oficiales, muestran estas altas cualidades humanas”.
Alguna vez, el gobierno de Kiev afirmó que si quienes viven al este de Ucrania se consideran rusos y aspiran a hablar ruso, entonces esa gente debe escapar a Rusia, por su propio bien y el futuro de sus hijos y nietos. En lugar de eso, las repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporoyia, territorios poblados mayoritariamente por rusos, anunciaron un referéndum para su adhesión a Rusia.
Luego de esta decisión, el Presidente Putin decretó: “Para defender a nuestra patria, su soberanía e integridad territorial, y garantizar la seguridad de nuestro pueblo y las personas en los territorios liberados, considero necesario apoyar la propuesta del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor de llevar a cabo una movilización parcial”. Esta medida y la celebración del referéndum son el punto de partida para una nueva etapa en la historia de la humanidad. Al dar este paso, Rusia ha cruzado el Rubicón, en adelante, de haber una amenaza a la integridad de sus territorios, para su protección, deberá defenderlos con todos los recursos que dispone.
Putin indicó que algunos altos directivos de la OTAN hablan sobre la posibilidad de usar contra Rusia armas nucleares e incluso indican los lugares donde arrojarlas. Les recordó que su país tiene diversas armas, algunas más modernas que las de la OTAN. “En caso de una amenaza a la integridad territorial de nuestro país, para la defensa de Rusia y su pueblo, sin duda usaremos todos los medios disponibles. Esto no es un bluff. Aquellos que tratan de chantajearnos con armas nucleares, deben saber que la rosa de los vientos podría girar en su dirección”. Lo bueno de Putin es que si tiene algo que decir, lo dice y, además, lo cumple.
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