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Salir del círculo vicioso y tóxico Petro-oposición

Fuentes: Rebelión

Muy pocas personas en Colombia y posiblemente en el mundo, tienen o tendrán la suerte de tener juntos en su documento de identidad, la afortunada combinación de dos apellidos políticos significativos y aterradores. Por ejemplo, López-Gómez, en el caso excepcional de Edmundo, el afortunado y longevo “patricio” (para no usar el conocido término plebeyo de gamonal) del partido liberal costeño.  

Otro caso excepcional podría ser el del político extremo-conservador (para no usar el conocido termino plebeyo de uribista) Miguel Uribe Turbay, signado con dos de los apellidos más significativos políticamente en los últimas 7 década de conflicto interno de la historia colombiana, a quien los dados del azar no favorecieron, truncando definitiva e irreversiblemente su prometedora y vertiginosa carrera a la presidencia de la república de Colombia, programada de antemano para dentro de dos periodos electorales, con la certeza inamovible de que la democracia colombiana no verá nunca la luz del sol moviéndose y cambiando, tal y como lo explica el ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial E. Peñalosa, (en entrevista 18.06.25 en el diario el Tiempo)  https://www.eltiempo.com/politica/partidos-politicos/a-quien-le-interesaba-matar-a-miguel-uribe-entrevista-de-maria-isabel-3463582

Entrevista, que por su título nos recuerda una de las tantas salidas venturosas del suspicaz Sir británico Winston Churchill, quien cuando se le informaba de alguna muerte importante o significativa, respondía con su plétora característica preguntando: “Y, ¿a quién beneficia esa muerte?  Lo que también nos insinúa una solución al enigma que tiene en vilo tanto al gobierno colombiano como a sus oponentes políticos, quienes han optado por el candoroso nombre de “oposición”.

Ambos bandos (de bando viene el nombre de bandoleros) tratando de ganarse a la sociedad para su causa electorera, sin permitir o mejor impidiendo por todos los medios, que surja una tercera propuesta alternativa popular y verdaderamente democrática y superadora del círculo tóxico, vicioso y repetitivo Petro- Oposición, en el que se encuentra la sociedad colombiana dándose cuchillo, o acuchillándose entre sí inmisericordemente.

En ese atrincheramiento, fue herido de muerte con una herida penetrante craneoencefálica el candidato privilegiado, por nombre y ascendencia politica, Miguel Uribe Turbay.     

¿Oposición a qué o a quién? No me vayan a decir, en serio, que AUV y sus incondicionales, o J. M. Santos y sus adictos, o Gaviria y sus sectarios, o Vargas Leras con su grupúsculo, están o estarán en contra del Capitalismo verde con rostro humano que viene promoviendo el presidente Petro con su demagógico progresismo contrainsurgente.

 Podrán estar en contra de la coprolalia y las palabras de resaca, vacuas, agresivas y lunáticas, usadas formalmente por la alta dignidad del Poder, lo que posiblemente sea realista. Pero en el fondo del enfrentamiento (no es su forma exterior verbal) NO hay contradicción real.

Podrán los “oponentes” estar injuriados o resentidos mortalmente porque el Poder ejecutivo no les ha dado contratos o hecho nombramientos en embajadas, y el reducido grupo gobernante ha acaparado en sí toda la miel del Poder. Pero para esto están diseñadas las elecciones presidenciales: para rotar los negocios. Lo que se ha alterado es el inicio de la campaña electoral para presidente que el mismo presidente con su errabundia discursiva y la inconsistencia de sus propuestas, ha adelantado en casi un año largo.

¿¿A quién beneficia esta muerte politica?? Porque por más que la revista Semana.com,  aprovechándose de la ignorancia abrumadora que campea en Colombia y con un criterio manipulador para seguir manteniendo la expectativa y aumentar ventas; promueva a la agorera pitonisa Mhoni y,  a un nuevo santo Chárbel que hace milagros imposibles; la dolorosa realidad médica que trasluce cada parte informativo médico, es que muy posiblemente SI el candidato presidencial Miguel Uribe Turbay, logra sobrevivir el coma vegetativo en el que se encuentra, no podrá seguir participando en la próxima contienda electoral. Y entonces, volvemos al desconfiado Sir británico que recomendaba, prioritariamente, saber quien sería el beneficiario del asesinato.

¿A quién le interesa o mejor quién es el beneficiario de desestabilizar aún más a la sociedad colombiana, en estos momentos de crisis civilizatoria severa que tiene a la Humanidad entera ante una muy posible guerra atómica y con qué finalidad se comete ese repudiable crimen de dispararle en la cabeza a un político tan caracterizado y pugnaz como el candidato presidencial Miguel Uribe Turbay?

¿A quién le interesa poner a todos los colombianos a girar en torno a un círculo vicioso de elucubraciones, invenciones y fantasías, al cual más irracionales, en un espiral de irracionalidad sospechosa cada vez más inútil como irracional, si no es a los partidarios de la irracionalidad y el nihilismo nazi fascista que caracteriza periodos tan oscuros como el que estamos atravesando actualmente?

La pista del niño sicario que nos recuerda a la niñez colombiana retratada plenamente en el film de los años 80 del siglo pasado Rodrigo D no futuro, y nos conduce hasta la “olla” (o barrio en ruinas de cualquier ciudad colombiana donde se expende todo tipo de narcóticos) y nos pone de presente a su padre biológico-ausente-que-nunca-regresará, porque está de mercenario en la guerra de Ucrania, como parte del lucrativo negocio del mercenarismo y los asesinos por contrato o sicariato que se ha apoderado de Colombia.

La pista de la pistola usada, que después de muchos negocios torcidos nos conduce a EEUU y Austria, dos las potencias capitalistas exportadoras de armas (de todo tipo) a la periferia dependiente, que para 2024, según el US departamento de Estado alcanzó la módica suma de 319.000 millones de US dólares dentro del gigantesco y pingüe negocio de la venta de armas, con la que se han alimentado las guerras civiles en Colombia.  

El potente grupo sicarial perpetrador que está detrás del atentado a Uribe Turbay, nos lleva por una novelesca ruta al Caquetá, al Ecuador y a un “costeño” de origen venezolano ya asegurado. Los escoltas, los guardaespaldas, los promotores del acto en un escenario previamente garantizado. En fin, toda suerte de detalles, minucias, elucubraciones, falsas noticias (fakes) falsas fotografías y radiografías, falsos médicos, etc que han convertido a las redes sociales en organismos de investigación e inteligencia, y a los navegantes en ella en simples objetos de manipulación psicológica e ideológica, parece también conducir a una gran operación de alienación pavorosa que todavía no sabemos a quien beneficia o beneficiará en un futuro.

Sin embargo, pilado el trigo de la paja, quedan objetivamente cuatro cosas: Una. La desestabilización aún mayor de la sociedad colombiana. Dos. La salida definitiva del candidato Uribe Turbay de la contienda electoral. Tres el círculo vicioso y toxico de crispación Petro-Oposición. Cuatro. La ausencia de una tercera alternativa democrática y popular que supera las dos trincheras artificiales anteriores, y saque al país de semejante espiral destructivo y arrasador, que amenaza el futuro de la sociedad colombiana como sociedad racional y civilizada.

A no entrar en el vórtice de este espiral irracional y destructor, les encarezco a mis paisanos colombianos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.